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Cómo usar la mascarilla negra

Cómo usar la mascarilla negra

La "mascarilla negra”, también conocida como "mascarilla peel-off" o "mascarilla de carbón activado", tiene como objetivo principal limpiar profundamente los poros de la piel, remover impurezas, células muertas y puntos negros. Descubre cómo usarla y sus beneficios.

Índice

¿Qué es la mascarilla negra y cuáles son sus beneficios?

La mascarilla negra se ha vuelto muy popular en los últimos años. Proviene de Corea, pero se ha extendido su uso a todo el mundo para limpiar el rostro y acabar con los puntos negros.

El carbón activado es el ingrediente clave que le da a la mascarilla su color negro. El carbón activado es conocido por sus propiedades de absorción, lo que significa que puede atrapar y remover toxinas, suciedad y aceites de la piel. Proviene de producto natural procedente de maderas poco duras como la del pino, carbones minerales o huesos de vegetales, entre otros.

Además, contiene polímeros y agentes peladores que le dan a la mascarilla su textura pegajosa y que se seca después de aplicarla. Cuando la mascarilla se seca, estos agentes ayudan a adherirse a las impurezas de la piel y a las células muertas de la piel y eliminarlas al retirarla.

Al aplicar la mascarilla sobre la piel, especialmente en áreas donde se acumulan puntos negros, como la nariz, la frente o el mentón, los ingredientes activos comienzan a absorber el exceso de grasa y a adherirse a las impurezas de la piel.

A medida que la mascarilla se seca, los polímeros y agentes peladores se contraen, creando un efecto de "pelado" cuando se retira la mascarilla. Este proceso ayuda a eliminar las células muertas de la piel, los puntos negros y otras impurezas de los poros.

Entre sus beneficios principales encontramos:

- Limpieza profunda: la mascarilla negra puede ayudar a limpiar los poros obstruidos y a eliminar las impurezas y toxinas de la piel.

- Reducción de puntos negros: al remover las impurezas y células muertas de la piel, también puede ayudar a reducir la apariencia de puntos negros y granitos.

- Piel más suave y luminosa: después de usar la mascarilla, muchas personas encuentran que su piel se siente más suave y con un aspecto más radiante.

- Eliminación de células muertas: al secarse y pelarse, la mascarilla negra también ayuda a eliminar las células muertas de la piel de la capa superficial. Esto puede promover la renovación celular, dejando la piel con un aspecto más fresco, suave y radiante.

- Regular la actividad de las glándulas sebáceas para evitar el exceso de grasa.

- Cuenta con propiedades astringentes y exfoliantes.

- Previene el envejecimiento gracias a los aminoácidos esenciales y compuestos antioxidantes que regeneran la piel y previenen las arrugas.

- Control del exceso de grasa: para personas con piel grasa, la mascarilla negra puede ayudar a controlar el exceso de producción de grasa. Al limpiar los poros y eliminar el exceso de sebo, puede ayudar a mantener la piel más equilibrada y menos propensa a la aparición de brillos grasos.

- Algunas mascarillas negras también contienen ingredientes que ayudan a desintoxicar la piel, eliminando toxinas y contaminantes ambientales que pueden acumularse en la superficie de la piel.

¿Cómo usar la mascarilla negra?

1. Limpiar tu rostro con algún producto de limpieza facial, eliminando los restos de maquillaje si lo tienes. Puedes lavar tu rostro con un limpiador suave y agua tibia para eliminar cualquier residuo.

2. Colocar un paño de agua tibia o hacer un baño de vapor para abrir los poros.

3. Si deseas una limpieza más profunda, puedes exfoliar suavemente la piel para eliminar las células muertas de la piel. Esto puede ayudar a que la mascarilla penetre mejor en los poros y a obtener mejores resultados.

4. Agitar o mezclar bien la mascarilla antes de aplicarla para asegurarte de que los ingredientes estén uniformemente distribuidos. Algunas mascarillas negras vienen listas para usar, mientras que otras pueden requerir mezcla o preparación previa.

5. Aplicar una capa uniforme de la mascarilla sobre la piel limpia y seca, especialmente en las zonas más problemáticas (nariz, mentón, frente). Puedes usar una brocha o pincel para hacerlo. Evitar áreas sensibles como los ojos, las cejas y los labios.

6. Dejar actuar durante unos 15-30 minutos, o hasta que esté completamente seca y se sienta firme al tacto.

7. Retirar suavemente la mascarilla, comenzando desde los bordes y sacándola hacia afuera. Levanta con cuidado para evitar tirar demasiado fuerte de la piel.

8. Lavar la cara suavemente para eliminar los restos.

9. Finalizar aplicando tu crema hidratante habitual para restaurar la humedad y nutrir la piel después del tratamiento.

Puedes usarla una o dos veces por semana y se aconseja hacerlo antes de irse a la cama para que la crema de noche sea más efectiva.

Siempre es aconsejable probar la mascarilla en una pequeña área de la piel antes de aplicarla por completo, y seguir las instrucciones del fabricante para obtener los mejores resultados y evitar posibles irritaciones o efectos no deseados.

Fuente:

American Academy of Dermatology

Redacción: Irene García

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