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¿Cada cuánto usar mascarilla facial?

¿Cada cuánto usar mascarilla facial?

Seguramente te sientas identificada con este artículo, tanto si la utilizas como si todavía no. De hecho, si no la utilizas probablemente te estés preguntando cuándo comenzar con ella, y si ya lo haces, dudarás de si la utilizas lo suficiente o si la que usas es la mascarilla facial adecuada para tu tipo de piel.

Índice

¿Cómo usar la mascarilla facial?

Una adecuada higiene y un cuidado del cuerpo y de la cara diarios son fundamentales, pero la piel también es importante en nuestro día a día. Por eso es importante saber cuidarla y protegerla bien. Pero ¿por qué es tan importante? Pues bien, la piel del rostro es mucho más fina y delicada que la del resto del cuerpo, además, esta se encuentra expuesta durante todo el año a múltiples agentes externos que pueden dañarla como en el caso de la contaminación o de cambios extremos de temperatura. Lo que significa que tarde o temprano tendrás que hacer uso (quieras o no) de las mascarillas faciales…

El mes de septiembre es el ideal para comenzar a preocuparse de la piel del rostro pues otoño es la estación perfecta para comenzar la operación détox de la piel en la que, por supuesto, las mascarillas faciales son sus perfectos aliados. El objetivo de este producto es, fundamentalmente, preservar la salud de la dermis, pero para ello hay que elegir la más adecuada a nuestra edad y a nuestro tipo de piel.

Por norma general, y tal y como afirman los expertos, lo más recomendable es utilizar la mascarilla facial una o dos veces a la semana, siempre en días alternos y a partir de las 20:00 o las 21:00h ya que es cuando nuestra piel entra en un proceso de regeneración celular ayudando así a potenciar los efectos de la fórmula. Pero para saber cuál es la mascarilla perfecta para cada una de nosotras hay que tener en cuenta una serie de variables: tipo de piel, edad y beneficio que queremos potenciar. Y una vez tengamos esto claro ¡adelante!

Eso sí, recordemos ante todo que cada persona es un mundo y que a pesar de que a nuestra mejor amiga un determinado producto le vaya perfecto a su piel a nosotras no tiene por qué pasarnos lo mismo. Productos en el mercado hay millones, pero hay que saber elegirlos adecuadamente, respetar los tiempos y aplicarlos siguiendo siempre el manual de uso.

Pero ¿todas las pieles necesitan un cuidado extra con una mascarilla?

La respuesta es sí. Para la mayoría de los expertos todas las pieles deberían hacer uso de una mascarilla facial al menos de forma periódica. Las mascarillas más frecuentes son las limpiadoras ya que una piel limpia es la base para aumentar la regeneración celular, la oxigenación de los tejidos y la eliminación de las toxinas.

Si, por ejemplo, nuestra piel es sensible y tiende además al enrojecimiento debemos elegir una que no tenga una exfoliación demasiado intensa. En este caso, usaremos una mascarilla facial tipo calmante o antirrojeces. Pero si de lo contrario, nuestra piel tiene más bien una tendencia acneica, producción grasa y puntos negros, lo mejor es utilizar una mascarilla rica en ácido glicólico.

Y aunque la edad ideal para comenzar a usar una mascarilla depende solo de la disponibilidad de cada persona, lo más recomendable durante la adolescencia sería aplicar una mascarilla cada semana para llevar mejor esos brotes de acné; y a partir ya de los veinte años hacer uso de la mascarilla de ácido glicólico que contribuye a lucir una piel luminosa y libre de imperfecciones, pero sobre todo a crear el hábito del cuidado semanal de la piel. Además, para luchar contra una piel triste y apagada la mejor arma: la mascarilla.

¿Cómo cuidar las pieles grasas?

Las pieles grasas o con tendencia acneica, por ejemplo, se caracterizan por tener poros más dilatados y mayor propensión a la secreción sebácea. Su aspecto puede resultar más untuoso, con brillos y tendencia a la aparición de puntos negros y espinillas. ¿Cómo protegerla?

Limpieza: lo ideal es limpiar el rostro graso o acneico tanto por la mañana como por la noche con geles con textura jabonosa para emulsionar con agua evitando que se formen espinillas y puntos negros, y utilizando en casos puntuales un tónico astringente.

Tratamiento: hay que tratar este tipo de pieles por la noche con un serum libre de aceites y prescindir de la crema hidratante.

Hidratación: la hidratación debe realizarse con textura de gel, pero libre de grasa. Para este tipo de pieles lo mejor son las cremas que contienen concentraciones bajas de alfa hidroxiácidos como el ácido glicólico.

¿Cómo cuidar las pieles sensibles?

Para las pieles más sensibles la cosa cambia un poco, pues este tipo de pieles suelen ser más bien blancas, finas y reactivas, es decir, que se ponen rojas con los cambios de temperatura o se ven alteradas a consecuencia de cualquier factor externo. La mayoría de estas pieles tienen problemas de hidratación al perder agua con facilidad.

Limpieza: leches limpiadoras suaves o agua micelar. Por lo general se utilizarán productos para pieles sensibles porque el jabón seca demasiado, pero solamente una vez y preferiblemente por la noche.

Tratamiento: sérums con vitaminas C y E o ácido hialurónico todos los días por la noche.

Hidratación: cremas hidratantes suaves adecuadas a este tipo de piel que pueden ser mezcladas con una base de maquillaje. Aquí también son recomendables productos emolientes ya que calman la irritación y ayudan a retener el agua.

¿Cómo cuidar las pieles normales?

Y, finalmente, para las pieles normales lo ideal es lo siguiente:

Limpieza: geles, leche limpiadora o agua micelar. Por la mañana y por la noche, pero evitando siempre la utilización de tónicos.

Tratamiento: sérums con vitaminas C y E o ácido hialurónico todos los días por la noche.

Hidratación: cremas hidratantes con vitaminas C y E, ácido hialurónico con factor de protección o una base de maquillaje con filtro solar.

¿Y tú? Dime qué piel tienes y te diré el tratamiento ideal para tenerla perfecta cada día.

Fuente:

AEDV: Academia Española de Dermatología y Venereología

Redacción: Ana Ruiz

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