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¿Cómo afecta la obesidad a la función respiratoria?

¿Cómo afecta la obesidad a la función respiratoria?

Sí, probablemente ya habías escuchado algo al respecto, pero son muchos los estudios que lo avalan y es que la obesidad afecta a la función respiratoria de las personas. De hecho, esta enfermedad provoca una disminución de la cantidad de aire que puede entrar y salir de los pulmones y favorece el cierre de las vías respiratorias dando lugar a la disnea, la dificultad respiratoria o la falta de aire. Pero ¿cómo afecta realmente esta enfermedad? ¿Hay tratamiento?

Índice

¿Qué es la obesidad?

La obesidad significa tener demasiada grasa corporal o tejido adiposo. Y no, no es lo mismo que tener sobrepeso, lo cual significa pesar demasiado. De hecho, una persona puede tener sobrepeso por músculo o agua extra, al igual que por tener demasiada grasa, aunque es cierto que ambos términos significan que el peso de una persona es superior a lo que se piensa que es saludable para su estatura.

Tal y como lo define la OMS la obesidad es cuando el índice de masa corporal (IMC) y la estatura del individuo es igual o superior a 30 kg/ m2. Una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y a su vez también un problema médico grave que aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud. La obesidad es una situación caracterizada por tanto, por esa presencia de un peso por encima de los valores adecuados a esa talla y edad del sujeto como ya veíamos.

Además, esta es la enfermedad metabólica de mayor prevalencia en el mundo occidental y se asocia a una elevada morbimortalidad constituyendo tanto un problema de salud, como social y económico. Por norma general, y según algunos estudios, la relación, por ejemplo, entre obesidad e hipertensión, cardiopatías o diabetes es objetivo prioritario en programas de salud y la morbilidad respiratoria ligada a la enfermedad se pasa por alto. Sin embargo, la obesidad determina alteraciones en la fisiología del aparato respiratorio dando lugar a numerosas manifestaciones clínicas como la disnea secundaria o la insuficiencia respiratoria de las que es necesario hablar.

¿Qué relación hay entonces entre obesidad y fisiología respiratoria?

Según un archivo publicado en una revista especializada en Bronconeumología, “los cambios observados en la fisiología respiratoria en relación con la obesidad incluyen alteraciones en la mecánica ventilatoria, en los músculos respiratorios, en la regulación de la ventilación y en el control de la respiración durante el sueño”.

Otros estudios, como el realizado por profesionales del servicio de Neumología y del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario La Paz, aseguran que “la obesidad puede afectar a través de mecanismos inflamatorios y alteraciones ventilatorias la función pulmonar y la capacidad al ejercicio”. De hecho, se afirma también en el estudio que los sujetos obesos desarrollan de esta forma un tipo de respiración más rápida y superficial que la de las personas sin obesidad. Además, a nivel de la vía aérea también se observaron cambios con mayores resistencias en los obesos. Sin embargo, lo cierto es que todas estas alteraciones no siempre se han acompañado de un menor rendimiento en las pruebas de esfuerzo cardiorrespiratorias, aunque probablemente la forma en que se expresa su capacidad al ejercicio pueda explicar estos resultados contradictorios.

¿Qué dicen los expertos de la obesidad?

Pues bien, la definen como la enfermedad metabólica más frecuente en el mundo y que se caracteriza por la presencia de un exceso de tejido adiposo corporal. Actualmente, además, se le considera como una enfermedad crónica y se asocia también a distintas enfermedades y se comporta como u importante factor de riesgo cardiovascular. La obesidad, además, posee un reconocido impacto sobre la prevalencia y el pronóstico de algunas enfermedades respiratorias como el asma, la hipoxemia, el síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño, el síndrome de obesidad hipoventilación, la hipercapnia, la neumonía y algunas complicaciones respiratorias perioperatorias.

Por tanto, como vemos, la obesidad repercute sobre la función pulmonar de diferentes formas ya que, por una parte, se comprueba una reducción de los volúmenes de los pulmones, especialmente la capacidad residual funcional y el volumen de reserva espiratorio y, además, se ha señalado también un descenso de la fuerza de los músculos respiratorios. Además, los individuos con obesidad precisan de un elevado consumo energético para mover su masa corporal, algo que condicionaría también (y mucho) una capacidad de ejercicio reducida, lo que se refleja también en la menor duración de las pruebas de esfuerzo. Asimismo, otro efecto de la obesidad es el aumento de reflujo gastroesofágico asociado a una relajación del esfínter gastroesofágico y a su vez del reflujo del ácido de las vías digestivas superiores a las vías aéreas.

Finalmente, la obesidad constituye el principal factor de riesgo para el desarrollo del síndrome de apnea obstructiva durante el sueño, pero ¿qué es exactamente? La apnea obstructiva del sueño es un trastorno del sueño potencialmente grave que hace que la respiración se detenga y se reanude repetidamente durante el sueño. Existen, además, varios tipos de apnea del sueño, aunque la más común es de la que hablaremos en este artículo, que es la apnea obstructiva del sueño, un tipo de apnea que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan intermitentemente y bloquean las vías respiratorias durante el sueño.

Síntomas más comunes de la apnea obstructiva del sueño

Los signos y síntomas más comunes de la apnea obstructiva del sueño son:

- somnolencia diurna excesiva

- ronquidos fuertes

- episodios observados de pausas en la respiración durante el sueño

- despertar brusco con jadeo o asfixia

- dolor de cabeza por la mañana

- boca seca o dolor de garganta

- dificultad para concentrarse

- cambios de humor, depresión o irritabilidad

- presión arterial alta

- disminución de la libido

- sudoración nocturna

Pero ¿por qué se produce?

La apnea obstructiva del sueño se produce cuando los músculos de la parte posterior de la garganta se relajan demasiado para permitir una respiración normal. Son estos músculos los que sostienen estructuras que incluyen la parte posterior del paladar, las amígdalas y la lengua. Cuando, por ejemplo, los músculos se relajan lo que sucede es que las vías respiratorias se estrechan o bien se cierran cuando inspiras. La respiración empieza a ser inadecuada, algo que dura durante unos diez segundos o más y que produce una reducción del nivel de oxígeno en la sangre. Es entonces cuando el cerebro percibe esta dificultad para respirar y te despierta durante un tiempo breve para que puedas volver a abrir las vías respiratorias.

Cuando la persona se levanta no recuerda el despertar porque es muy breve. Pero sí, se ha producido y, seguramente, además, acompañado también con falta de aire o algún ronquido o ahogo, aunque es cierto que con una o dos respiraciones profundas este se corrige rápidamente. Un patrón que puede repetirse entre cinco y treinta veces o más por hora durante toda la noche. Y ten en cuenta también que estas interrupciones afectan tu capacidad de alcanzar las fases de sueño profundas y relajadas deseadas por lo que es bastante probable que se tenga sueño en las horas en las que una está despierta.

No obstante, recuerda también que son muchas las personas que padecen esta apnea obstructiva del sueño, pero no se dan cuenta de que el sueño en la noche se les interrumpió incluso llegan a pensar muchas de ellas que han dormido bien toda la noche. Por ello, lo más recomendable siempre es prestar especial atención a los síntomas y consultar con un médico cuando sea necesario. Es decir, cuando o bien tú o bien tu pareja notéis:

- ronquidos lo suficientemente fuertes como para interrumpir el sueño de otros o el tuyo propio

- despertarse jadeando o ahogándose

- pausas intermitentes en la respiración durante el sueño

- somnolencia diurna excesiva que pueda causar sueño mientras uno trabaja, ve la televisión, etc.

En esos casos, hay que hablar con un profesional de la medicina para que nos mande el tratamiento más adecuado no solo para tratar la apnea, sino también la obesidad, regulando la alimentación, el ejercicio físico y los niveles de leptina en el organismo. 

Fuente:

https://www.archbronconeumol.org/es-obesidad-funcion-pulmonar-articulo-13077885

Scielo: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112014001200009#:~:text=La%20obesidad%20repercute%20sobre%20la,fuerza%20de%20los%20m%C3%BAsculos%20respiratorios.

Medlne Plus: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007297.htm

Redacción: Ana Ruiz

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