¿Cómo ayudar a quien no se deja ayudar?
Sabes que tu prima tiene un problema en su trabajo, pero no quiere hablarlo contigo y cambia de tema cada vez que se lo intentas sacar. O que tu hermano está hecho un lío con su mujer, pero no quiere que habléis de ello. ¿Cómo ayudar a quien no se deja ayudar?
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Primer paso: reconocer el problema
El paso más crucial y normalmente el más complicado es que esa persona reconozca abiertamente que tiene un problema del tipo que sea: laboral, de pareja, con el alcohol, de salud, mental… Decir en voz alta lo que te pasa es hacerlo más real, por eso, mucha gente evita hablar de aquello que le preocupa, como si así pudiera lograr que ese problema desapareciera solo.
Otros no son capaces de aceptar que tienen un problema, algo habitual en adicciones o relaciones tóxicas. Tienen una especie de venda en los ojos que no les permite darse cuenta de lo que les está pasando y del grave problema en el que se están metiendo.
En ambos casos, el resultado es el mismo: no les puedes ayudar porque no quieren aceptar que tienen un problema y es probable que se enfaden e incluso se vuelvan agresivos cuando les hablas de su problema.
Y, si no quieren reconocer su problema o no piden ayuda, será imposible ayudarlos ya que no hay forma de que una persona corte con otra que le está haciendo daño o deje las drogas si realmente no quiere hacerlo. No se puede obligar a los demás, por lo que el primer paso para ayudar a quien no se quiere dejar ayudar es hacerle ver su problema.
No es sencillo, ni mucho menos, pero es lo más importante. Una vez esa persona sea consciente de su problema, será más sencillo ayudarle.
Para conseguir que se caiga su venda debes ser muy sutil y tener paciencia, ir poco a poco. Debes intentar hacerle ver las posibles consecuencias de lo que está haciendo y los motivos por los que estás preocupada. Como decíamos, siempre de manera indirecta y sutil, nada de “hacer una intervención” y soltárselo a las bravas o conseguirás el efecto deseado, que se enfade y se vaya. Incluso que te retire la palabra.
Dale un tiempo prudencial y ve poco a poco. La motivación para el cambio, es decir, que esa persona se dé cuenta de su problema es la única forma de poder ayudar a alguien. Si no quiere que le ayudes, por muy frustrante que sea, debes dejarle en paz hasta que te pida ayuda. Pero sí puedes intentar hacerle ver lo que está pasando.
Ahora que lo acepta, ¿cómo ayudarle?
La forma de ayudarle dependerá sobre todo del problema que esa persona tenga. No es lo mismo lidiar con una adicción o un trastorno de la conducta alimentaria que con un problema con un amigo envidioso. Debes valorar si tú puedes ayudarle realmente o si tu implicación en esta ayuda era lo que ya has hecho: hacerle ver el problema. Y, partir de ahora, buscar ayuda profesional que realmente pueda solucionar lo que le ocurre.
Si es así, es importante buscar un profesional de psicología especializado en tratar el origen del problema que le dé las herramientas necesarias para superar su problema de adicción, romper esa relación tóxica, superar la depresión o mejorar su autoestima. Son muchos los problemas que los psicólogos nos ayudan a tratar, por lo que no desdeñes su ayuda en esta solución. De hecho, en muchos casos son los únicos que realmente podrán hacer algo.
Pero, además, puede que esa persona necesite tu apoyo, tu comprensión, tu cariño… Estar simplemente a su lado, llevarle a las consultas u ofrecer tu brazo para apoyarse cuando le falten las fuerzas puede ser la mejor ayuda.
Debes valorar la situación y buscar aquello que necesita y que tú puedes ofrecerle. Un sitio en casa para dormir, un hombro sobre el que llorar, alguien con quien hablar y desahogarse, un amigo para salir a tomar algo… A cada problema o situación, una solución diferente. Ponte en su piel e intenta comprender por lo que está pasando y lo que realmente necesita para ofrecérselo.
Igualmente, debes estar preparada para los rechazos y las negativas. A vces necesitamos que esa persona que mejor nos conoce y sabe lo que nos pasa se aleje un tiempo para que podamos rehacernos si su irada. Si es así, no te lo tomes a mal y dale un tiempo, estando siempre cerca para cuando te necesite.
Ayudar a una persona en una situación complicada no es sencillo, más aún cuando le cuesta reconocer su problema, por eso lo más importante es que tengas paciencia y mucho amor. Seguro que poco a poco vas consiguiendo que rompa esa barrera, se abra a ti y se deje ayudar. Pero no será de un día para otro. Así que no t alejes de él y hazle ver que estás ahí, acabará buscando tu ayuda.
