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Cómo ayudar si un familiar tiene cáncer

Cómo ayudar si un familiar tiene cáncer

Nadie puede negar que, por desgracia, una enfermedad como el cáncer está a la orden del día. Esta es, en realidad, un conjunto de enfermedades relacionadas en las que se observa un proceso descontrolado en la división de las células del cuerpo y, aunque existen más de 100 tipos, el cáncer de piel, el de pulmón, el de mama y el colorrectal son los más comunes que existen.

Índice

Cuando el cáncer irrumpe en nuestras vidas

Pueden existir tanto tumores benignos como tumores malignos. Estos últimos se diferencian en que los benignos son de crecimiento lento, no se propagan a otros tejidos y rara vez vuelven a aparecer tras ser extirpados. Sin embargo, el tumor maligno es de crecimiento rápido, se propaga a otros tejidos, puede volver a aparecer tras ser extirpado e incluso puede llegar a provocar la muerte si no se lleva a cabo el tratamiento.

Es importante saber que una enfermedad como el cáncer puede afectar a personas de todas las edades, incluso a fetos, pero el riesgo de padecerlo va aumentando con la edad. El cáncer causa alrededor del trece por ciento de las muertes, y de acuerdo con la Sociedad Americana Contra el Cáncer, son millones las personas que mueren cada año. No obstante, hay que tener en cuenta también que con el paso del tiempo el avance tecnológico es cada vez mayor y son muchas las personas que lo superan y sobreviven al cáncer.

El tratamiento de esta enfermedad es multidisciplinario ya que exige la cooperación entre diferentes profesionales. Se fundamenta en tres pilares: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Otras posibilidades de tratamiento también incluyen la hormonoterapia, la inmunoterapia, nuevas dianas terapéuticas no citotóxicas y el trasplante de médula. Como vemos, es un proceso largo que requiere también mucho apoyo por parte de las familias, un pilar fundamental para estos pacientes.

No es poco común enterarse de un día para otro de que alguno de nuestros familiares padece una enfermedad como el cáncer. Probablemente al principio nos quedemos bloqueados y no sepamos muy bien cómo actuar. De hecho, es posible que nos hagamos muchas preguntas sobre el cáncer, pero también sobre cómo hablar y actuar alrededor del familiar que lo padece. Si se trata, además, de un familiar muy cercano esto podría repercutir muchísimo en nosotros y convertirse en un momento de mucha angustia y tensión.

A partir de ese momento, comenzará para nosotros y nuestra familia una serie de cambios que siempre se entenderán mejor si contamos con una información adecuada. Una de las primeras cosas que se deben tomar en cuenta, por tanto, son todas aquellas referidas a los cambios emocionales posibles que puedan llegar a producirse. En el caso de que, por ejemplo, se le haya ocultado el padecimiento de esta posible enfermedad porque se trata de una persona de avanzada edad, en el momento del diagnóstico se le hará más difícil asumir que sufre cáncer, y será complicado también que colabore con el tratamiento si el antecedente a ello había sido un engaño.

Es común que el temor de confesar a la persona que padece de cáncer esté siempre presente. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que la mejor forma de protegerlo es que colabore con los tratamientos que debe de seguir. Hay, además, tres obstáculos que pueden impedir que la persona con cáncer tenga una información adecuada de lo que le pasa:

- es posible que la persona no esté atenta al momento de recibir la información, producto también del grado de angustia que le causa saber que está enferma.

- que la persona asuma que no le pasa nada.

- que no sepa cómo describir sus síntomas.

- y, por último, que el modo en que se presente el médico en cuanto a nivel de autoridad le haga sentir intimidada.

Por motivos como estos es importante que como familiar cercano uno intente mantener la calma al momento de recibir el diagnóstico del familiar, o antes de que nos lo diga él mismo posteriormente, pero, sobre todo, tener la certeza siempre de que todos los médicos harán los exámenes para corroborar, de que informarán siempre de todo y ayudarán en lo que sea necesario para hacer comprender al familiar o familiares que el único camino posible es tener paciencia y desear que el problema se supere, y si es muy unidos mucho mejor para el paciente.

Aparecerán también unos cambios físicos que los familiares de la persona que padece cáncer deberán tener en cuenta. Muchos de estos cambios físicos son comunes en algunos pacientes de cáncer. Algunos de ellos los causa la propia enfermedad, mientras que otros son el resultado de los efectos secundarios por el tratamiento, aunque siempre hay que tener en cuenta que cada cáncer puede ser diferente (al igual que cada paciente). Es posible que nuestro familiar experimente algunos:

- aumento o pérdida de apetito

- aumento o pérdida de peso

- cambios en los sentidos del gusto y el olfato

- cansancio extremo

- pérdida del cabello (inclusive cejas y pestañas en algunos casos)

- piel y labios pálidos o cambios en el color de la piel

- falta de sueño

- náusea y vómitos

- falta de concentración

- posible desfiguramiento de su cuerpo (pérdida de una parte del cuerpo tras una operación contra el cáncer)

Todos estos cambios, dependiendo del carácter y la personalidad del familiar con cáncer, se llevarán de una u otra manera dado que cada persona responde de manera distinta a esta enfermedad y a su tratamiento. Pero lo más importante aquí es comprender que lo más normal es que la persona que lo padece se sienta triste sobre los cambios que van surgiendo como consecuencia del diagnóstico. Es común que la persona con cáncer experimente una combinación de algunas emociones y algunos sentimientos como:


- incertidumbre

- enfado y/o rabia

- sentimiento de pérdida de control

- tristeza

- miedo

- frustración

- culpabilidad

- cambios de humor

- soledad

- resentimiento

Aunque, por suerte, también algunos cambios positivos como:

- paz o sensación de tranquilidad

- una idea más clara de cuáles son sus prioridades en la vida

- una apreciación mayor de su calidad de vida y de las personas que quiere y tiene a su alrededor

En definitiva, lo que el familiar de la persona que padece cáncer debe tener claro siempre es que el cáncer es una enfermedad totalmente impredecible. Y, por ello, es posible que alguien con cáncer pueda sentirse muy bien un día y terriblemente mal al otro. Hay que aprender a vivir con esa incertidumbre pues acaba siendo parte de aprender a vivir con una enfermedad como el cáncer, e importante tanto para el paciente como para todos aquellos que le rodean.

Podrá haber, por tanto, momentos en que la incertidumbre y el miedo provoquen que la persona con cáncer se sienta deprimida y, por supuesto, habrá que entenderlo, pues es algo normal y forma parte del proceso de aflicción (o tristeza). Es posible también que con el paso del tiempo la mayoría de las personas vayan ajustándose a su nueva realidad y a seguir adelante por ellos mismos y también por sus familiares, que son su verdadero apoyo. De hecho, algunos estudios han encontrado que los pacientes que sobreviven al cáncer contaban con un apoyo emocional muy fuerte por lo que acaban adaptándose mejor a los cambios que el cáncer puede traer a sus vidas. Poseen una actitud más positiva y presentan una mejor calidad de vida.

¿Cómo brindarles nuestro apoyo?

- Mantener el contacto. Escribir, mandar mensajes de texto y llamar con frecuencia es importante, aunque siempre siendo breve y conciso. Intentar llamar también en un horario en que el paciente pueda hablar e intentar responder rápidamente cuando este le escriba.

- Escuchar. Escúchale y sé un hombro donde llorar, pero sin agobiarle ni presionarle. Cuando no quiera hablar, solo con estar a su lado callado puede ser suficiente. Que note que estás ahí apoyándole para lo que necesite. 

- Hacer visitas. Si se trata de un padre o una madre con el que uno ya no vive porque se ha independizado hay que intentar visitarle siempre que se pueda, hacer planes de todo tipo con el familiar y, sobre todo, no temer al tocar o al abrazar a su familiar por nada del mundo. Además, recuerda que lo más probable es que sea lo único que necesite esa persona en esos momentos, un abrazo.

- Ofrecer nuestra ayuda. Intentar hacer siempre las diligencias urgentes de inmediato, y también algunas tareas útiles como preparar comidas, limpiar la casa o ir a recoger a los niños si el paciente no puede. También se puede organizar al resto de familiares e incluso a vecinos y a amigos para que también nos puedan ayudar en caso de ser necesario.

Y, sobre todo, paciencia, pues se trata de un proceso en muchas ocasiones bastante tedioso, largo y complicado al que hay que intentar verle siempre un lado positivo para que el paciente que padece dicha enfermedad también tenga fuerza y voluntad para seguir adelante. Tienes que ser optimista y positivo ya que estar fuerte mentalmente y mostrarse positivo es fundamental para ayudar a que el tratamiento de medicina funcione y para tener una mejor calidad de vida. Cuanto mejor lo lleve, mejor se sentirá y menos duro será. 

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