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Manos limpias, mentes limpias. Lavarse las manos no solo es bueno para tu salud

Manos limpias, mentes limpias. Lavarse las manos no solo es bueno para tu salud

Desde hace 4 años se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos y, aunque parezca una tontería más asociada a los miles de días mundiales sin importancia que han surgido en los últimos años (hay hasta un Día de la Toalla), lo cierto es que lavarse las manos de manera frecuente es uno de los grandes descubrimientos en materia de salud y salva muchas vidas evitando el contagio de enfermedades infecciosas. Pero no solo es bueno para tu salud, también para tu mente.

Índice

¿Por qué es tan importante lavarse las manos?

El Día Mundial del Lavado de Manos fue establecido por la Asociación Público-Privada Mundial para el Lavado de Manos con Jabón en 2008. Desde ese año ha sido celebrado por escuelas, familias y aldeas de todo el mundo, desde China, hasta Perú y Burkina Faso. Y no es solo un truco: el lavado de manos adecuado tiene el potencial de salvar más vidas que cualquier vacuna o intervención médica, y es una de las formas más simples y económicas de prevenir enfermedades. Pero lo que es más, también es una herramienta psicológica increíblemente poderosa.

¿Te extraña? Eso al menos es lo que considera una revisión de estudios reciente publicada en Current Directions in Psychological Science, que explora las consecuencias que el lavado de manos tiene en la mente. La serie de estudios que los autores exploran toman como punto de partida la asociación históricamente cercana entre el disgusto físico y el disgusto moral: cuando percibimos una transgresión moral, tendemos a reaccionar de manera similar a como lo haríamos con algo que es físicamente desagradable, como comer alimentos en mal estado. Retrocedemos de la misma manera, nuestro rostro se arruga en la misma expresión de repulsión, incluso nuestro cerebro se ilumina en redes neuronales superpuestas, evocando sentimientos subjetivos similares en ambos casos.

Y, cuando pensamos en la moralidad, tendemos a pensar en ella en términos de limpieza física. En una demostración de este efecto, los investigadores pidieron a las personas que pensaran en un comportamiento pasado moral o inmoral. Aquellos que pensaron en actos inmorales fueron mucho más propensos a rellenar fragmentos de palabras como W _ _ H y S _ _ P con palabras relacionadas con la limpieza, como lavado y jabón, mientras que los que pensaron actos morales no tuvieron tal efecto. Por otro lado, las personas que estuvieron expuestas a una habitación desordenada, un olor apestoso (incluido un "spray de pedos" en un estudio) o un video que mostró un inodoro sucio tenían más probabilidades de juzgar las transgresiones morales de otros como más graves y más merecedoras de castigo que las personas que hicieron los mismos juicios mientras estaban sentados en una habitación limpia.

La limpieza física tiene consecuencias psicológicas

Además, en ambos casos, el efecto no se detuvo en la mente: el sentimiento "sucio" de transgresión moral también activó el deseo de limpiarse físicamente. Los mismos investigadores que pidieron a las personas que pensaran en actos morales o inmorales más tarde hicieron que eligieran un regalo de despedida: un lápiz o una toallita antiséptica. Los que habían pensado en acciones inmorales eran mucho más propensos a elegir la toallita.

Y el efecto es específico de cada parte del cuerpo: si dices una mentira, es más probable que quieras limpiar tu boca; si envías la misma mentira por correo electrónico, es más probable que quieras limpiarte las manos. No solo es más probable, también pagarás más por el implemento de limpieza adecuado (es decir, enjuague bucal, desinfectante de manos) para lograr el objetivo deseado.

Lady Macbeth estaba haciendo algo importante cuando trató tan diligentemente de limpiar ese maldito punto de sus blancas manos. Pero, mientras que, para ella, el proceso resultó inútil (su transgresión fue demasiado severa para el simple remedio), para otros, podría tener importantes consecuencias psicológicas. En un estudio, se pidió a los participantes que recordaran una experiencia personal inmoral de su pasado. Algunos recibieron una limpieza higiénica, aparentemente como parte de un protocolo para el uso de ordenadores públicos, mientras que otros no recibieron nada. Los que no recibieron nada tuvieron más probabilidades de ofrecerse como voluntarios para otro proyecto, mientras que los que se habían limpiado las manos tenían menos ganas de hacerlo, sugiriendo que su culpa ya había sido disminuida por el acto físico de la limpieza de las manos. Y, en un estudio paralelo al descrito anteriormente de juzgar las transgresiones morales de otros después de ver una película desagradable, el efecto de juzgar a otros más severamente desapareció si los participantes se lavaban las manos antes de emitir el juicio.

Lavarse las manos es importante por mucho más que tu salud física

Por lo tanto, estar limpio tiene un importante impacto psicológico no solo en nuestro juicio de nosotros mismos, sino también en nuestra percepción de los demás. Es un paso corto entre lo físicamente sucio y lo psicológicamente. Y a la inversa, mantenerse limpio puede significar cosas buenas para nuestro bienestar psicológico, así como nuestro juicio de las acciones y estados morales de los demás.

Hace tiempo que sabemos que el lavado de manos es importante para la salud del cuerpo. Pero también es una herramienta central en el mantenimiento de la mente. Así que piensa en eso la próxima vez que te laves las manos (por lo menos durante 20 segundos, por supuesto, con agua caliente y abundante jabón, de lo contrario, no habrás aprendido nada de la iniciativa Global Handwashing).

Fuente:

Current Directions in Psychological Science

 

Redacción: Irene García

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