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No consigo dejar de fumar

No consigo dejar de fumar

Dejar de fumar, para muchas personas, es una auténtica misión imposible que se coge y se deja durante años. Así, hay personas que se pueden pasar hasta 10 años diciendo que están dejando de fumar, pero realmente nunca consiguen quitarse del todo este hábito. ¿Por qué? Muchos expertos afirman que porque realmente no quieren.

Índice

¿Cómo romper con este hábito?

Para dejar de fumar de una vez por todas lo más importante es tener ganas y un buen motivo. Si solo lo haces porque te parece que llevas mucho tiempo fumando, sabes que es malo o porque no para de decírtelo tu mujer o tu madre, pero realmente tú quieres seguir fumando porque piensas que no es para tanto, nunca lo dejarás.

Y es que, si bien es cierto que algunos de los componentes del tabaco son adictivos, como la nicotina, la adicción física o síndrome de abstinencia se pasa mucho antes de lo que pensamos. Lo que dura más tiempo es la adicción emocional y psicológica, es decir, dejar de tener ganas de fumar después de comer o cuando te bebes una copa con los amigos. Para las personas que llevan años fumando, incluso desde la adolescencia que es cuando la mayoría empieza, dejar ese hábito con el que llevan conviviendo años es muy complicado. Para ellos encenderse un cigarro al levantarse es igual que lavarse los dientes después de desayunar, por lo que cuesta mucho romper ese hábito.

Por eso, si realmente quieres dejar de fumar, seguro que lo consigues más fácilmente de lo que piensas. Pero si lo haces por otros y no por ti mismo, nunca lo conseguirás. Tienes que ahondar en ti mismo y buscar las razones que te hagan entender que el tabaco es realmente perjudicial y te mata un poco cada día para así conseguir dejarlo.

Errores que debes evitar si quieres dejar de fumar

1. Confiar en la fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad no es suficiente para dejar de fumar, ya que es un hábito y es muy complicado cambiar o abandonar los hábitos, ya que los hacemos casi de forma inconsciente. Por eso, es necesario tener un plan, ayuda externa o seguir una serie de pasos.

2. Confiar en métodos inadecuados. Lo mejor es buscar ayuda de un profesional de medicina que te guíe y te dé incluso medicación de ayuda para conseguir dejar el tabaquismo.

3. Desanimarte o venirte abajo. Aunque fracases o lo hayas intentado muchas veces y todavía no lo hayas conseguido, no debes desanimarte, todo el mundo es capaz de dejar de fumar si lo intenta de la forma adecuada.

4. Miedo a engordar. No es cierto que todo el mundo engorda al dejar de fumar y, de cualquier forma, normalmente se trata de unos pocos kilos que puedes perder en cuanto tu cuerpo se habitúe al cambio y vuelvas a llevar una vida sana sin antojos por ansiedad.

5. Confundir una caída con recaída. No es lo mismo fumarse un día un cigarrillo que volver a fumarse un paquete al día. Tener pequeños errores es normal, no te vengas abajo y sigue con tu plan. 

6. No contar con el apoyo de tu entorno. Es fundamental que tu familia y amigos te ayuden a no fumar y no justamente lo contrario, que te hagan caer en el tabaco.

Consecuencias de seguir fumando

Muchas mujeres dejan de fumar durante el embarazo porque saben que es malo para su bebé, y poner en peligro la vida de su hijo es demasiado duro para ellas. Sin embargo, cuando hablamos de nuestra propia vida siempre pensamos que a nosotros no nos va a pasar, que el cáncer de pulmón o de garganta solo les ocurre a los que fuman muchísimo, pero no es así. Cada cigarrillo que te fumas te hace estar más cerca de desarrollar todos estos problemas:

- Ocasiona la tercera parte de todas las muertes causadas por el cáncer. El índice de muerte por cáncer es dos veces mayor en los fumadores y hasta 4 veces más en las personas que fuman más de un paquete al día. Además, el 90% de los casos de cáncer de pulmón están relacionados con el tabaco. Pero no solo provoca este cáncer, también está detrás del cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, riñones, uretra, vejiga, cérvix y leucemia mieloide aguda.

- Provoca enfermedades respiratorias agudas, neumonía, pulmonía, bronquitis crónica, enfisema y agrava el asma. Más del 90 por ciento de todas las muertes por enfermedades de obstrucción pulmonar crónica están causadas por el tabaco.

- Aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares incluyendo infartos al corazón y al cerebro.

- Perjudica el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, incluso puede causar cataratas.

Y es que el humo del tabaco cuenta con más de 4.000 elementos químicos de los que, al menos 60, tales como el níquel, son cancerígenos. El alquitrán está formado por diversos productos, incluidos el arsénico y el cianuro, que se adhieren a los pulmones y son absorbidos gradualmente por todo el organismo. Además, los cigarrillos también contienen monóxido de carbono, que se aferra a la hemoglobina, afectando a toda la sangre.

Es importante que tengas claro todos efectos nocivos que tiene que cuerpo sobre tu salud, y todo lo que puedes ganar si dejas de fumar. Y es que solo pocos minutos después de dejar de fumar disminuye la presión arterial y el ritmo cardiaco. Unas horas después descienden los niveles de monóxido de carbono en la sangre y aumenta el nivel de oxígeno. Al día siguiente se empieza a recuperar tu sentido del olfato y del gusto y 3 días después tu organismo consigue eliminar completamente la nicotina y sus derivados, aunque aún continúa habiendo niveles de otros compuestos perjudiciales que pueden tardar años en desaparecer.


Poco a poco van desapareciendo otros efectos negativos como el mal aliento, el mal olor en la ropa, el color amarillo de dedos y uñas… En tan solo 3 semanas tu organismo está mucho más sano, y el síndrome de abstinencia físico (que puede causar problemas para dormir, irritabilidad, tristeza o aumento del apetito) desaparece. Por eso, si quieres dejar de fumar es importante que consigas superar la barrera de las tres semanas ya que una vez que estos síntomas físicos asociados a dejar de fumar se van, es más fácil no recaer.

Es posible que te entren ganas de fumar de vez en cuando, sobre todo en ciertas situaciones sociales, pero esas ganas irán desapareciendo poco a poco e incluso llegará el día en el que pruebes un cigarrillo y te dé asco su sabor y su olor, además de mareos. En ese momento, habrás superado las ganas y será difícil que vuelvas a recaer.

Debes además saber que 3 meses después de abandonar el tabaco tu capacidad pulmonar comienza a recuperarse y otros problemas habituales en los fumadores (congestión nasal, tos, cansancio, sensación de fatiga al hacer ejercicio…) disminuyen. 1 año después has conseguido que las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular a causa del tabaco disminuyan un 50%. Y si no cejas en tu empeño, en 15 años tendrás las mismas posibilidades de sufrir estos problemas que una persona que nunca haya fumado. Además, disminuirá el riesgo de padecer cáncer de pulmón en un 40%, así como de sufrir otros tipos de cáncer.

Por lo tanto, dejar de fumar es importante para tu salud, pero no recaer también ya que cuantos más años pasen, tu organismo mejor se encontrará y tendrás menos posibilidades de morir a causa del tabaco que fumaste.

Consejos para dejar de fumar

En definitiva, si quieres dejar de fumar, apúntate en un papel todos los problemas que te puede causar el tabaco y todo lo que ganas dejándolo. Puedes incluso hacer un calendario para que veas los avances un día después, una semana, un mes… para que te sientas mejor al ver cómo tu organismo se va recuperando, lo cual te ayudará a no recaer.

Puedes recurrir a otras técnicas de ayuda como libros, hipnoterapia, respiraciones abdominales, medicamentos, parches o chicles de nicotina… Haz también cambios en tu estilo de vida y no salgas tanto a beber alcohol, haz actividades que te entretengan, realiza ejercicio físico con regularidad para reducir el estrés, quita los ceniceros de tu casa...

Consulta con tu médico y busca ayuda, pero, sobre todo, ten claro que, si quieres, puedes. Solo tienes que querer dejarlo realmente.

Consulta gratuita con un médico especialista

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