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¿Cómo se debe comer?

¿Cómo se debe comer?

Una de las preocupaciones que más está afectando a las personas en los últimos años es la alimentación. Todos sabemos que para mantener una buena salud comer bien y llevar una dieta equilibrada es algo básico, no existe un único alimento que contenga todos los nutrientes necesarios para el ser humano. Es conveniente combinar todos los alimentos para mantener un equilibrio nutricional y una dieta sana. Pero ¿realmente sabemos cómo debemos comer?

Índice

Una buena alimentación ayuda a mejorar nuestra salud en muchos aspectos, nos protege de algunos tipos de cáncer, contribuye a evitar enfermedades del corazón, mejora nuestro rendimiento intelectual, nos proporciona defensas contra enfermedades, ayuda a prevenir la osteoporosis y nos ayuda a mejorar nuestro aspecto físico. Todo ello, junto con el ejercicio físico, nos ayudará a mantener nuestro cuerpo en plena forma.

¿Cuál es la diferencia que existe entre nutrición y alimentación?

La nutrición es un acto involuntario que realiza el propio cuerpo, abarca los procesos fisiológicos de digestión, absorción, transporte, utilización y eliminación de nutrientes. Las funciones básicas de la nutrición son aportar la energía necesaria para vivir, suministrar las sustancias reguladoras necesarias para llevar a cabo todos los procesos y proporcionar al cuerpo todos los materiales que necesita para la formación, reparación y sostenimiento de los diferentes tejidos.

Estos son las sustancias químicas que se encuentran en los alimentos y que permiten el desarrollo, mantenimiento y funcionamiento del cuerpo de los seres vivos. Los nutrientes serían las proteínas, vitaminas, lípidos o grasas, minerales e hidratos de carbono o glúcidos. Existen varias clasificaciones según los tipos de nutrientes, los esenciales, aquellos que debemos adquirir a través de los alimentos, y los no esenciales, que el organismo produce a partir de otros componentes. Los macronutrientes son aquellos que se encuentran en mayor proporción en los alimentos, como las proteínas o las grasas, y los micronutrientes serían los minerales y las vitaminas.

Además, según las funciones que tengan los diferentes nutrientes estos pueden ser plásticos, que intervienen en la construcción de las estructuras corporales (proteínas y minerales), energéticos, que proporcionan la energía necesaria para que el cuerpo funcione (hidratos de carbono y grasas) y los reguladores, que regulan y mantienen el equilibrio dentro del organismo.

Por el contrario, la alimentación es el proceso voluntario y consciente por el que proporcionamos a nuestro cuerpo los alimentos que queremos. Este acto está bastante influenciado por la educación, el nivel económico y la cultura de cada país. Además, al ser voluntario tú decides cómo y cuándo realizarlo, si puedes comer mucho o poco, etc.

¿Cómo debe ser la alimentación?

Ahora que ya se han aclarado conceptos, para mantener una buena salud alimentaria es importante conocer el contenido de nutrientes de los diferentes alimentos y examinar nuestra manera de alimentarnos. Esto nos ayudará a analizar si nuestro hábito alimenticio es adecuado y se adapta a nuestra forma de vida o si, al contrario de lo que pensamos, debemos modificar nuestra dieta.

Los hábitos alimentarios son aquellos comportamientos que llevan a las personas a escoger, preparar y consumir determinados alimentos o platos antes que otros. Están fuertemente influenciados por la sociedad en la que se vive, sus costumbres culturales, religiosas y sociales u otros factores como los geográficos y socioeconómicos. Esta conducta es colectiva y compartida dentro de las distintas sociedades.

La infancia es la mejor etapa para adquirir unos hábitos alimentarios saludables ya que, como todos los comportamientos que aprenden los niños, se adquieren imitando y repitiendo a sus progenitores. Si desde pequeños se instruyen buenos hábitos con el paso de los años no se modificarán mucho, aunque en la adolescencia intenten alejarse de lo enseñado por sus padres.

Si se quiere conseguir una dieta equilibrada hay que consumir todos los alimentos de la pirámide alimentaria, siempre en menor medida aquellos que aporten una mayor cantidad de calorías como la bollería, los dulces, la comida rápida o los refrescos. Obsesionarse con las calorías no va a ayudar a que nuestra salud mejore o perdamos peso.

Para mantener un peso saludable hay que consumir pan, patatas, hortalizas, cereales y verduras a diario, así como fruta, sobre todo cítricos como la naranja o el pomelo. El aceite de oliva debe ser la grasa principal, tanto para aliñar como para freír. Leche, yogures o quesos bajos en grasa todos los días para mantener buenos niveles de calcio. Las legumbres deben tomarse dos veces a la semana. Los pescados se pueden comer varias veces a la semana, tanto blanco como azul. La carne magra sin mucha grasa se puede consumir unas dos o tres veces a la semana, si la carne es muy grasa se recomienda comerlas ocasionalmente. Utilizar ajo, vinagre, limón, cebolla o hierbas aromáticas en sustitución de la sal.

En el caso de las bebidas es importante mantenerse hidratado, beber dos libros de agua al día, así como evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Se recomienda tomar refrescos de manera ocasional y moderada.

En lo que respecta a las comidas, se aconseja empezar con un buen desayuno, proseguir con una comida no copiosa ni pesada, tomar una merienda equilibrada y terminar el día con una cena ligera y sencilla. Además, no se debe olvidar la importancia del ejercicio físico, al menos media hora al día para mantener una buena salud y estado físico y mental.

Fuente:

Fundación Española de la Nutrición y la Sociedad Española de la Nutrición

Redacción: Andrea Rivero

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