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Tu cerebro te recompensa dos veces cada vez que comes

Tu cerebro te recompensa dos veces cada vez que comes

Hasta ahora, se sabía que, mientras disfrutamos de una buena comida, nuestro cerebro libera dopamina, una neurohormona que produce sensación de bienestar. Pero lo que no sabíamos es que la liberación de esta hormona se produce en dos momentos diferentes: cuando ingerimos la comida y cuando llega al estómago, por lo que nuestro cerebro nos recompensa dos veces y nos hace sentir mejor en dos momentos diferentes cada vez que disfrutamos de la comida.

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Comer es un placer

Para muchas personas, comer es un placer, tanto, que puede llegar a convertirse en un problema o adicción, puesto que, al comer, no solo disfrutamos de los sabores y olores que proporciona la comida, sino que nos sentimos mucho mejor. Y si encima disfrutamos de una comida en familia o con amigos, mucho mejor.

Y es que diversos estudios han demostrado que durante una buena comida el cerebro puede liberar dopamina, un neurotransmisor que también es una neurohormona liberada por el hipotálamo que tiene muchas funciones en el cerebro, participando por ejemplo en el comportamiento, la cognición, la actividad motora, la motivación, la recompensa, la regulación del sueño y el humor, etc. Al igual que otras hormonas, como la serotonina o las endorfinas, regula nuestra sensación de felicidad y bienestar, haciéndonos sentir mejor.

La dopamina se libera en dos momentos distintos

Por eso, todas aquellas actividades que nos hagan liberar dopamina nos harán sentir mejor. Y se ha demostrado que comer es una de ellas. Lo que no se sabía hasta ahora, gracias a un estudio en humanos del Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo en Alemania, es que la liberación de dopamina en el cerebro ocurre en dos momentos diferentes: en el momento en el que se ingiere la comida y vez una vez esta llega al estómago.

"Con la ayuda de una nueva técnica de tomografía por emisión de positrones (PET) desarrollada, no solo pudimos encontrar los dos picos de la liberación de dopamina, sino que también pudimos identificar las regiones específicas del cerebro que estaban asociadas con estas liberaciones", dice Marc Tittgemeyer, jefe del Grupo de Neurocircuitería Traslacional del Instituto. "Mientras que la primera liberación ocurrió en regiones cerebrales asociadas con la recompensa y la percepción sensorial, la liberación post-ingestiva involucró regiones adicionales relacionadas con funciones cognitivas superiores".

En el estudio, 12 voluntarios sanos recibieron un batido sabroso o una solución sin sabor mientras se registraron los datos del PET. Curiosamente, el deseo o no de los sujetos por el batido se relacionó proporcionalmente con la cantidad de dopamina liberada en determinadas áreas del cerebro en la primera degustación. Pero cuanto mayor es el deseo, se libera menos dopamina post-ingestiva.

“Por un lado, la primera liberación de dopamina refleja nuestro deseo subjetivo de consumir un alimento. Por otro lado, nuestro deseo parece suprimir la liberación de dopamina inducida por los intestinos", dice Heiko Backes, líder del grupo para Imágenes Multimodales del Metabolismo Cerebral en el Instituto, quien es co-primer autor del estudio con Sharmili Edwin Thanarajah.

La supresión de la liberación inducida por el intestino podría causar la sobrealimentación de alimentos altamente deseados. "Continuamos comiendo hasta que se libere suficiente dopamina", dice Backes, pero agrega que esta hipótesis aún no se ha probado en estudios posteriores.

Experimentos anteriores han demostrado la liberación de dopamina inducida por el intestino en ratones, pero esta es la primera vez que se muestra en humanos.

Conclusiones del estudio

Así explican los autores el objetivo de su estudio y las conclusiones a las que llegaron:

“El gusto agradable y el valor nutricional guían el comportamiento de selección de alimentos. Aquí, las características orosensoriales de los alimentos pueden ser secundarias a su valor nutricional en el refuerzo subyacente, pero no está claro cómo el cerebro codifica el valor de recompensa de los alimentos. Las señales fisiológicas periféricas pueden actuar juntas en los circuitos dopaminérgicos para impulsar la ingesta de alimentos. Combinamos fMRI y un nuevo método de raclopride PET para evaluar la activación a nivel de sistemas y la liberación de dopamina en respuesta a la ingesta de alimentos sabrosos en humanos. Se identificó la liberación inmediata de dopamina orosensorial y tardía posterior a la ingesta. Ambas respuestas reclutan regiones cerebrales segregadas: vías integradoras especializadas y centros cognitivos superiores. Además, identificamos áreas del cerebro donde la liberación de dopamina reflejaba el deseo subjetivo de comer. La liberación inmediata de dopamina en estas regiones relacionadas con el deseo se correlacionó inversamente con, y presumiblemente inhibió, la liberación post-ingestiva en el cuerpo estriado dorsal. Nuestros resultados resaltan el papel del cerebro y la periferia en la interacción para reforzar la ingesta de alimentos en los seres humanos”.

En resumen, si deseas mucho consumir un alimento, se libera más dopamina durante la ingesta, pero menos al llegar este alimento al estómago. Mientras que, si no tienes tantas ganas de consumir ese alimento, liberas menos dopamina en la primera fase, pero más al llegar al alimento al estómago y disfrutar en ese momento con él.

En definitiva, comer es un placer, y los estudios así lo afirman.

Fuente:

“Food Intake Recruits Orosensory and Post-ingestive Dopaminergic Circuits to Affect Eating Desire in Humans” by Sharmili Edwin Thanarajah, Heiko Backes, Alexandra G. DiFeliceantonio, Kerstin Albus, Anna Lena Cremer, Ruth Hanssen, Rachel N. Lippert, Oliver A. Cornely, Dana M. Small, Jens C. Brüning, and Marc Tittgemeyer in Cell Metabolism. Published December 27 2018. doi:10.1016/j.cmet.2018.12.006

Redacción: Irene García

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