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Qué comer para aumentar las defensas

Qué comer para aumentar las defensas

Cuando llega el invierno, nuestro sistema inmunológico se debilita debido a las temperaturas bajas, las lluvias, el sedentarismo o la mala alimentación. A menudo creemos que es solamente durante esta época cuando debemos aumentar nuestras defensas, pero nos equivocamos.

Índice

¿Cuáles son las funciones del sistema inmunológico?

En cualquier época del año nuestro sistema inmunológico debe estar sano. De hecho, con cada cambio de estación debemos estar bien preparados y adoptar las medidas que sean necesarias para tener un sistema completamente sano y fuerte. La función de este sistema es la de proteger al organismo garantizando un saludable estado de salud, y por consiguiente, una buena calidad de vida.

El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. El cuerpo combate y destruye organismos infecciosos que nos invaden antes de que nos causen daño. Si el sistema inmunológico funciona de una manera adecuada estaremos protegidos de las infecciones que nos causan las enfermedades.

Es cierto que dejar el estrés a un lado y dormir las horas necesarias para que nuestro cuerpo descanse completamente es muy importante, pero no debemos olvidarnos tampoco de que la alimentación es esencial también para aumentar nuestras defensas, y que además se convierte en nuestro gran aliado.

Alimentos que fortalecen el sistema inmunológico

Según los expertos basta solamente con seguir la dieta mediterránea, que consiste en la introducción al organismo de grandes cantidades de vegetales, como las frutas, verduras y hortalizas; frutos secos; el consumo diario de carbohidratos de buena calidad, como el pan, la pasta y el arroz y otros cereales, cuya base principal sea el trigo; como principal grasa el aceite de oliva (preferible virgen extra); el pescado; y mucha agua.

Para llevar una buena y equilibrada dieta deben evitarse las carnes rojas y sus derivados, que deberán consumirse de manera ocasional, las bebidas con demasiado azúcar, las salsas picantes y la sal, aunque se deben introducir algunas especias, hierbas, y cebolla y ajo para darle el sabor necesario a las comidas que preparamos.

El postre típico que debemos incluir en la dieta mediterránea es una pieza de fruta, e intentaremos evitar los dulces y postres especiales. Y además de seguir esta dieta mediterránea tradicional, es importante tener en cuenta que existen algunos alimentos que pueden ayudarnos a aumentar nuestras defensas como la miel, el jengibre, el té verde, el ajo, el yogur o los cítricos.

Seguro que de lo que más hemos oído hablar cuando cogemos un gran resfriado o la gripe es de la miel. Un alimento que siempre nos aconsejaban nuestras abuelas cuando nos veían con un pañuelo en mano. Y no, no se equivocaban. La miel es un alimento que nunca debe faltar en casa, sea verano o invierno. Además de que es un producto más sano, la miel contiene menos calorías que el azúcar por lo que podemos echarlo al café o a la leche sin problema. La miel es un antibiótico natural y se aconseja tomar una cucharada al día.

Quizás no sea la primera vez que lo leemos, y es que el jengibre es un alimento que no debe faltar en nuestra dieta, sobre todo si nuestras defensas están demasiado bajitas. ¿Motivos? Muchos. El jengibre es una planta que cuenta con infinitas propiedades para proteger nuestra salud. De hecho, actualmente existen innumerables remedios naturales que lo aprovechan para luchar contra algunos tipos de enfermedades y proteger el cuerpo. El jengibre aporta al organismo cantidades ingentes de fibra y gingerol, componente activo de jengibre fresco. Para beneficiarnos de las buenas propiedades de este alimento podemos optar por espolvorearlo en nuestras comidas o tomarlo en infusión.

Además de las ventajas que nos brinda el té verde a la hora de perder peso, este té en infusión, tomado después de las comidas (dos o tres tazas al día), estimula la producción de células inmunitarias. Asimismo, las catequinas, antioxidante y elemento esencial del té pueden aniquilar los virus de la gripe. Si lo endulzamos con miel aumentaremos su potencia y eficacia.

El ajo tiene componentes sulfúricos, como la alicina, que aumentan la inmunidad. Su preparación es infinita. Una de las formas medicinales de preparar el ajo está en la decocción de sus dientes. También se puede comer ajo crudo. La dosis recomendada es de dos dientes de ajo crudos al día, pues combate las infecciones, es un potente antiinflamatorio y aumenta las defensas, por lo que preparado en cualquiera de sus formas podemos disfrutar de todos sus beneficios, bien para hacer frente al dolor de garganta, a la gripe o a los resfriados.

Otro producto que debemos incluir en nuestra dieta es el yogur. Este alimento contiene una serie de “bacterias buenas” que se encargan de regular nuestra flora intestinal, y a su vez de regular el sistema inmunitario. El kéfir u otros alimentos fermentados deberían ser incluidos también, puesto que los probióticos de este lácteo luchan contra bacterias, gérmenes y virus para proteger al sistema inmune.

Finalmente, otro de los alimentos que debemos incluir en ella son los cítricos, como las naranjas, las mandarinas o los limones, que son ricos en vitamina C y que además de aportar energía para nuestras defensas ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunitario y a  hacer frente a su vez a resfriados e infecciones.

La incorporación de estos alimentos a nuestra dieta, una buena hidratación y la realización de ejercicio físico diario harán que nuestro sistema no se debilite y que esté sano y fuerte en cualquier época del año.

Otros alimentos que aumentan las defensas

1- Almendras: contienen vitamina E, que refuerza el sistema inmunitario.

2- Arándanos: tienen un compuesto flavonoide denominado atocianina, que le da su color oscuro, con propiedades antioxidantes y protectoras. Evita sobre todo infecciones del tracto respiratorio y urinario.

3- Brócoli: aporta numerosos minerales y vitaminas, entre las que destacan la A, C y E, además de antioxidantes y fibra.

4- Champiñones: contienen selenio que, junto con las vitaminas B riboflavina y niacina, aumentan las defensas. Son asimismo ricos en polisacáridos, unas moléculas con azúcar que disparan la función inmune.

5- Espinacas: contiene vitamina C y muchos antioxidantes y beta carotenos, que incrementan la capacidad del sistema inmune para combatir infecciones. Favorecen la división celular y reparan el ADN. Es mejor consumirlas crudas.

6- Kiwi: contiene folato, potasio, vitamina K y C, que estimula a los glóbulos blancos a combatir las infecciones.

7- Papaya: tan solo una papaya contiene el 224% de la cantidad de vitamina C que deberíamos ingerir a diario. También tiene unas potentes enzimas denominadas papaínas con efectos anti-inflamatorios y aporta potasio, vitamina B y folato.

8- Pescados azules: salmón, atún, caballa y otros pescados de ese tipo son ricos en los ácidos grasos Omega-3, que pueden mejorar el sistema inmunitario.

9- Pipas de girasol: contienen fósforo y magnesio, además de vitamina B-6 y E, de un elevado poder antioxidante y esencial para mantener el sistema inmunológico.

10- Sandía: aporta potasio, vitamina A, vitamina C, vitamina B y glutatione que favorecen el sistema inmunológico.

Fuente:

Bowers, William (2006). «Immunology - Chapter nine: Cells involved in immune responses». Microbiology and Immunology On-Line Textbook. USC School of Medicine.

Redacción: Ana Ruiz

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