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¿Por qué las mujeres no tenemos barba y bigote?

¿Por qué las mujeres no tenemos barba y bigote?

Seguro que más de una vez te has preguntado por qué a las mujeres no nos crece tanto pelo en la zona de la barbilla y el labio superior como a los hombres. La respuesta está en la testosterona.

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¿Por qué las mujeres tenemos menos vello en la cara?

Aunque es cierto que todas las mujeres debemos depilarnos la zona del labio superior e incluso quitarnos de vez en cuando algún pelillo de la zona de la barbilla, la cantidad de vello facial que tenemos es, sin lugar a dudas, mucho menor que la de la mayoría de los hombres. Y es que por mucho tiempo que pases sin depilarte el bigote, nunca llegarás a tener uno tan tupido como Groucho Marx, por ejemplo.

Por eso, es posible que más de una vez te hayas preguntado por qué existe esa diferencia entre hombres y mujeres y por qué a ellos les sale mucho más pelo en la barba y el bigote. Pues bien, el motivo no es otro que la testosterona, dihidrotestosterona, una hormona relacionada con el comportamiento sexual que se produce a partir de la testosterona, la hormona sexual masculina que se genera en los testículos. Esta hormona es casi exclusivamente masculina ya que los ovarios también tienen capacidad para producirla, pero en cantidades muchísimo más pequeñas. Gracias a esta hormona, los hombres, a partir de la pubertad, desarrollan los órganos sexuales, aumenta la musculatura y tienen mucho más vello en todo el cuerpo, no solo en la cara.

Además, los folículos capilares de la mandíbula son estimulados por la hormona dihidrotestosterona, que deriva de la testosterona. Las mujeres tienen la misma cantidad de folículos en la cara pero son menos sensibles a esta hormona que, además, el cuerpo humano genera en una cantidad mucho más baja.

Por eso, desde que la humanidad existe la barba se asocia al hombre y, de hecho, es un rasgo muy masculino que se ha considerado durante muchos siglos signo de poder, fortaleza hombría. Incluso hay muchos estudios que afirman que las mujeres se sienten atraídas por los hombres con barba ya que indica que su dueño tiene una gran cantidad de testosterona y, por lo tanto, es un buen “miembro” de la especie para procrear.

¿La evolución puede estar detrás de esta diferencia?

Según algunos antropólogos, la barba en el hombre es análoga a la melena de los leones machos, que crece durante la pubertad preparando así a los machos para los combates. La testosterona es la responsable del comportamiento más agresivo de los machos en todas las especies y, además, en el caso de los hombres les protege la mandíbula de los golpes.

Otra razón es que la barba puede ayudar a aparentar un mayor tamaño y mayor fiereza y vigor, lo que sirve para intimidar a los adversarios y conseguir así aparearse con las hembras. Es decir, protege la supervivencia de la raza y la perpetuación de los “mejores”.

De hecho, a lo largo de la historia la barba ha significado en muchas culturas y periodos mayor sabiduría, estatus social, virilidad o incluso potencia sexual. Los antiguos griegos, por ejemplo, portaban largas y cuidadas barbas. Y en Esparta, a los cobardes se les afeitaba la barba.

Aunque también ha habido épocas y culturas que han considerado las barbas cosa de “bárbaros”, como los romanos. Actualmente, los hombres con barba suelen ser considerados más atractivos.

¿Por qué algunas mujeres sí tienen barba?

Como decíamos, la mayoría de mujeres apenas tiene vello facial. Sin embargo, hay algunas que, debido a diversos desequilibrios hormonales o enfermedades, pueden tener tanto vello en el bigote o la barba casi como un hombre.

El hirsutismo, o la aparición de vello excesiva debido a un trastorno de las glándulas suprarrenales, afecta aproximadamente a un 5% de mujeres y está provocado por el aumento de andrógenos, testosterona y otras hormonas.

Aunque tiene un cierto componente hereditario, el hirsutismo tiene múltiples causas, aunque las principales son: ingesta de ciertos medicamentos, síndrome de ovario poliquístico, hipertiroidismo o hiperplasia suprarrenal congénita.

El tratamiento depende de la causa concreta de la enfermedad, pero generalmente se recurre a terapia hormonal con estrógenos y antiandrógenos para equilibrar las hormonas.

Además, se pueden aplicar diversos tratamientos estéticos, como la depilación láser, para hacer desaparecer completamente el vello de aquellas zonas en las que no se desee.

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