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La educación disminuye la tasa de abortos

La educación disminuye la tasa de abortos

Abortar no es una decisión fácil ni sencilla para la mayoría de las mujeres, quienes, además de consecuencias físicas, pueden sufrir consecuencias mentales por el hecho de haber tomado esa decisión. Para muchas personas, el aborto es un problema moral que se debe prohibir para acabar con él, pero son muchos los estudios y expertos que afirman que, para reducir la tasa de abortos, lo que hay que hacer es aumentar el nivel de educación de la población y, así, evitar los embarazos no deseados y no tener que recurrir a esta medida extrema cuando no se puede o no se quiere tener un hijo.

Índice

Legislación sobre el aborto

Hasta el siglo pasado el aborto era algo ilegal, prohibido e inmoral. Las mujeres que abortaban estaban destinadas a ir al infierno y el aborto era una práctica ilegal y secreta que, a pesar de todo, se practicaba en condiciones nada higiénicas ni seguras, lo que causaba la muerte de muchas mujeres que se veían obligadas a tomar esta decisión por diversos motivos. Desde hace décadas son muchos los países en los que abortar es legal y está legislado de diferentes maneras (en unos países se permite abortar sin motivos, en otros hace falta informes médicos, la semana de gestación límite para abortar también varía…), pero en la mayoría se permite a las mujeres tomar esta decisión si no pueden o no quieren tener el hijo que esperan.

Para muchas personas, el tema del aborto es político y religioso, pero lo cierto es que es una realidad presente en muchos países actuales que causa muchas complicaciones y trastornos a las mujeres que lo llevan a cabo, por eso el objetivo es reducir al máximo la tasa de abortos. Para muchas personas esto se consigue mediante la abstinencia o la prohibición, pero lo cierto es que la educación y el control de la natalidad son mucho más efectivos.

En mayo de este año, la controversia pro-vida / pro-elección volvió a los titulares cuando Irlanda aprobó abrumadoramente un referéndum para poner fin a su prohibición constitucional del aborto. Casi al mismo tiempo, la administración de Trump propuso que los fondos federales se retuvieran de las clínicas de aborto como una táctica para reducir la práctica, una estrategia similar a la de Texas y otros estados para cerrar las clínicas enterrándolas en una avalancha de regulaciones, que la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó en 2016 como una carga indebida para las mujeres por un derecho garantizado por la Constitución. Si el objetivo es atenuar los abortos, una mejor estrategia es reducir los embarazos no deseados. Se han propuesto dos métodos: la abstinencia y el control de la natalidad.

La abstinencia evitaría los abortos del mismo modo que la inanición evitaría la obesidad. Hay una razón por la que nadie ha propuesto la castidad como una solución a la superpoblación: el ascetismo sexual no funciona, porque el deseo físico es casi tan fundamental como el alimento para nuestra supervivencia y prosperidad. Un estudio de 2008 publicado en el Journal of Adolescent Health titulado “Educación sexual integral y de abstinencia al inicio de la actividad sexual y el embarazo en adolescentes” encontró que entre los adolescentes estadounidenses de 15 a 19 años de edad, “la educación solo de abstinencia no redujo la probabilidad de participar en relaciones sexuales con penetración, mientras que los adolescentes que recibieron educación sexual integral tenían un riesgo de embarazo más bajo que los adolescentes a los que hablaron solo de abstinencia o no recibieron educación sexual". Un artículo de PLOS ONE de 2011 que analizaba este mismo tema concluyó que "el mayor énfasis en la educación de abstinencia se correlaciona positivamente con el embarazo adolescente y las tasas de natalidad", controlando el estatus socioeconómico, el nivel de educación y la etnicidad.

Lo más revelador, un documento de 2013 titulado "Como una virgen: Análisis de datos de una Encuesta muestral longitudinal de representantes de la población de EE UU", publicado en la revista BMJ, informó que 45 de las 7.870 mujeres estadounidenses estudiadas entre 1995 y 2009 dijeron que se habían quedado embarazadas sin tener sexo. ¿Quiénes eran estas Vírgenes María de concepción inmaculada? Eran mujeres que habían firmado un compromiso de castidad, y tenían dificultades para hablar con sus padres sobre el sexo o el control de la natalidad, lo que las llevaba a hacer estas afirmaciones a pesar de que, obviamente, sí habían tenido relaciones sexuales.

La educación sexual disminuye los abortos

Todo esto muestra que, cuando las mujeres tienen educación y acceso a los productos de control de la natalidad (anticonceptivos), los embarazos y, eventualmente, los abortos disminuyen. Un estudio de 2003 sobre las "Relaciones entre la anticoncepción y el aborto", publicado en International Family Planning Perspectives, concluyó que las tasas de aborto disminuyeron a medida que aumentaba el uso de anticonceptivos en siete países (Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Bulgaria, Turquía, Túnez y Suiza). En otras seis naciones (Cuba, Dinamarca, los Países Bajos, Singapur, Corea del Sur y los EE UU), el uso de anticonceptivos y las tasas de aborto aumentaron simultáneamente, pero los niveles generales de fertilidad disminuyeron durante el período estudiado. Después de que los niveles de fertilidad se estabilizaran, el uso de anticonceptivos continuó aumentando y las tasas de aborto disminuyeron.

Algo similar sucedió en Turquía entre 1988 y 1998, cuando las tasas de aborto disminuyeron casi a la mitad cuando las formas no seguras de control de la natalidad (por ejemplo, el método del calendario o método Ogino) fueron reemplazadas por tecnologías más modernas (por ejemplo, condones). La consultora de salud pública Pinar Senlet, quien realizó el estudio de 2001 publicado en International Family Planning Perspectives, y sus colegas informaron que "se han logrado reducciones notables en el número de abortos en Turquía a través de un mejor uso de anticonceptivos en lugar de un mayor uso".

Por lo tanto, cuando las mujeres tienen una educación sexual limitada y no tienen acceso a la anticoncepción, tienen más probabilidades de quedar embarazadas, lo que lleva a tasas más altas de aborto. Cuando las mujeres son educadas y tienen acceso a métodos anticonceptivos efectivos, así como a abortos legales y médicamente seguros, inicialmente utilizan ambas estrategias para controlar el tamaño de la familia, después de lo cual la anticoncepción sola es todo lo que se necesita y las tasas de aborto disminuyen.

Y, aunque es cierto que en el aborto entran en juego muchas cuestiones éticas y morales porque no deja de ser una vida en proceso, quizás este problema podría resolverse mucho mejor si, en lugar de tratar el aborto como un problema moral a resolver, o una cuestión política entre partidos diferentes, lo viéramos como un problema de salud y educación y actuáramos como se ha demostrado que es más efectivo: educando a los jóvenes para mantener sexo seguro que no solo evita los embarazos no deseados, sino también las enfermedades de transmisión sexual. Por lo tanto, es importante que, tanto en casa como en el colegio, se les hable de sexo seguro y se les dé acceso a métodos anticonceptivos ordinarios y de urgencia. De este modo, si las mujeres no se quedan embarazadas sin quererlo, no deberán recurrir al aborto y la tasa de la interrupción voluntaria del embarazo disminuirá. Lógica pura.

Fuente:

“Abstinence-Only and Comprehensive Sex Education and the Initiation of Sexual Activity and Teen Pregnancy”, Journal of Adolescent Health, 2008.

“Abstinence-Only Education and Teen Pregnancy Rates”, PLOS ONE, 2011.

“Like a Virgin (Mother): Analysis of Data from a Longitudinal, US Population Representative Sample Survey”, BMJ, 2013.

“Relationships between Contraception and Abortion,” International Family Planning Perspectives, 2003.

Redacción: Irene García

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