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Cómo ser disciplinada

Cómo ser disciplinada

La disciplina es un hábito que nos ayuda a mantener el orden y la constancia para poder alcanzar las metas y objetivos que buscamos. Mediante una serie de rutinas realizadas de manera constante durante el tiempo necesario, podemos, gracias a esta disciplina, conseguir todo aquello que queramos. Por eso, si no eres disciplinada, tendrás más complicado alcanzar tus metas.

Índice

Ventajas de la disciplina

La disciplina, la constancia, el esfuerzo y el tesón son claves para alcanzar nuestras metas ya que, generalmente, es complicado conseguir algo si no le dedicamos mucho tiempo y trabajo. Por eso, la disciplina y la autodisciplina son unas cualidades muy positivas para no dejarnos llevar por nuestras emociones y hacer en cada momento lo que debemos hacer, aunque no siempre sea lo que más nos apetezca. Así, las personas disciplinadas se ponen a estudiar antes de un examen, aunque no tengan ganas; mientras que las poco disciplinadas se van de fiesta, lo que probablemente les lleve de manera directa a un suspenso.

La disciplina nos ayuda a vencer la pereza y la desidia ya que nos ayuda a seguir una serie de rutinas y hábitos que nos permiten alcanzar nuestros objetivos. Tener disciplina significa tener un orden que nos ayude a no desviarnos del camino.

Muchos estudios han corroborado que la disciplina genera mayor felicidad en las personas. Por lo tanto, parece claro que es una cualidad muy beneficiosa que todos queremos poseer, pero, realmente, no es tan sencillo ser disciplinado y muchas veces nos dejamos llevar por el miedo, la inseguridad, la pereza, el aburrimiento… Para evitar que esto nos ocurra y ser más disciplinadas en nuestra vida, consiguiendo así alcanzar nuestras metas y sueños, demos seguir una serie de consejos.

Consejos para ser más disciplinada

1- Analiza tu vida y tus objetivos para tener claro qué es lo que realmente quieres. Muchas veces, el problema es que no tenemos claras nuestras metas, por lo que es difícil trabajar para conseguir algo que ni siquiera sabemos qué es.

2- Establece un plan de acción con sus diferentes pasos para alcanzar esos objetivos. Así, sabrás qué rutinas y hábitos debes seguir cada día para conseguir tus metas. De lo contrario, estarás rodeada por el caos y el desorden, lo que hace imposible ser disciplinada. Avanza con pequeños pasos, no intentes abracarlo todo el primer día.

3- Piensa cuál debe ser tu rutina diaria ideal para conseguir esos objetivos y elimina aquellos hábitos o rutinas que te roban tiempo y energía y te apartan de tu destino.

4- Ten clara tu motivación para que la pereza y la desidia no ganen cuando no tengas ánimos de seguir con las rutinas impuestas. Si tienes claro por qué debes hacer eso cada día y los beneficios que conseguirás al alcanzar tu meta, te será más sencillo no abandonar. Si no nos gusta lo que hacemos o no tenemos una razón de peso para ello, será más difícil des disciplinadas. Hay que sentirse motivada a cada paso del camino. La motivación nos permite conectarnos con nuestra voluntad y fuerza interior.

5- Divide las tareas que debes realizar en dos listas: una con las tareas más complicadas y que requieren más concentración y otra con las más sencillas. Cuando te entre la pereza, avanza con las más sencillas para seguir en el camino sin abandonar, pero respetando también tus emociones.

6- Como casi todos los hábitos, la disciplina se puede adquirir y trabajar, no es algo con lo que se nace o no se nace, todos podemos ser más disciplinados si nos esforzamos. Para entrenar nuestra disciplina podemos realizar tareas como no malgastar el tiempo con el móvil o las redes sociales; levantarnos más temprano para provechar bien el día; llevar una vida sana (dieta saludable, dormir bien, hacer deporte); etc. Empieza por objetivos más pequeños y que requieran menos disciplina para ir aumentando a medida que seas más disciplinada.

7- No te dejes llevar por el cansancio, ten claros tus objetivos para trabajar y ser constante. Conoce tus puntos débiles para poder luchar mejor contra ellos. Aléjate de las tentaciones que te hacen abandonar o procrastinar y potencia aquellos hábitos o conductas que te ayudan en tu camino. Igualmente, aléjate de las personas quien dificultan tu éxito.

8- Ten una mentalidad positiva y optimista y confía en ti. Si piensas que no eres capaz de hacerlo, difícilmente tendrás la fuerza de voluntad para conseguirlo. No te pongas freno a ti misma. Créetelo y confía en ti.

9- Si fallas un día, no te castigues ni te fustigues, analiza qué pasó y aprende de tu error para que no vuelva a pasar. Todos cometemos errores, así avanzamos y mejoramos. No dejes que eso te haga abandonar.

10- No postergues, es el gran enemigo de la disciplina y, además, aumenta nuestro estrés al ir acumulando tareas, lo que dificulta la disciplina y el orden. Para evitar la procrastinación lo mejor es seguir el modelo IAA (Intención, atención y actitud): ten claras tus intenciones, presta atención y mantén la actitud para no decaer.

11- Prepara una contraexcusa para cada excusa que te inventes para no seguir con tus hábitos y rutinas. Así, te será más fácil no abandonar al poder convencerte a ti misma con tus argumentos.

12- Prémiate por tu disciplina. Cada vez que alcances una de tus pequeñas metas o pasos del proceso, date una pequeña recompensa para sentirte mejor y seguir motivada. Celebra rus logros.

13- Mantén la calma y la templanza para no dejarte llevar por tus emociones y que estas no te jueguen una mala pasada.

14- Ten tu mesa de trabajo, tu casa y tu vida ordenadas, son esenciales para mantener la disciplina.

15- Evita el desgaste. Realiza una sola actividad a la vez en vez de tratar de solucionarlo todo al mismo tiempo y no te excedas, ya que el cansancio físico o mental juegan en contra de la disciplina, las rutinas y los hábitos.

Fuente:

Bergler R. Psychologie der Alltagshygiene [Psychology of everyday hygiene]. Bundesgesundheitsblatt Gesundheitsforschung Gesundheitsschutz. 2008 Nov;51(11):1264-72. German. doi: 10.1007/s00103-008-0693-4. PMID: 19043754.

Redacción: Irene García

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