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Mitos sobre la depresión

Mitos sobre la depresión

¿Estás deprimida? ¿O crees que lo estás y en realidad lo que tienes no es depresión? Lo que sucede en la mayoría de las ocasiones es que cuando una persona habla de depresión se hace una idea en la cabeza de qué es dicha enfermedad, pero otra se hará una idea totalmente distinta, por tanto, no se puede distinguir en muchas ocasiones si realmente es o no depresión. En este artículo podrás descubrir algunos de los muchos mitos en relación con este trastorno.

Índice

Diferencias entre apatía y depresión

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de tristeza, la pérdida de interés, los sentimientos de culpa, la falta de autoestima, los trastornos del sueño y del apetito, la sensación de cansancio y la falta de concentración. Y, a pesar de que según esta misma organización alrededor del 85% de la población mundial ha experimentado al menos un episodio depresivo en su vida, la mayoría de ellos lo ha padecido sin recibir ni diagnóstico ni tratamiento. El problema está, sencillamente, en que esta es una enfermedad estigmatizada que frecuentemente se confunde con la apatía.

La apatía es el estado de interés y la falta de motivación o entusiasmo en que se encuentra una persona y que comporta indiferencia ante cualquier estímulo externo. Un sentimiento basado en la ausencia de motivación, que en términos psicológicos es un estado de indiferencia en el que el individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física y, aunque la apatía clínica se considera depresión en el nivel más moderado y se diagnostica como trastorno de identidad disociativa, no es lo mismo la apatía que la depresión.

Literalmente la apatía podría significar de forma simple “falta de sentimiento”. Podría parecernos al principio algo exagerado, pero lo cierto es que esta “letargia insufrible” es una condición que presenta un gran impacto a nivel cognitivo. Distorsiona nuestro enfoque, somos incapaces de centrar la atención e incluso de retener datos e informaciones. Se llega a un nivel en el que la gente muy a menudo se pregunta si lo que está sufriendo es realmente una apatía o una depresión y, aunque en ocasiones también cursa con apatía, no siempre es así.

Vemos, en definitiva, que es fundamental saber diferenciar una de otra, pero también conocer todos los mitos que circulan en relación con la depresión porque todavía hoy, la depresión, como muchas otras formas de trastorno mental está fuertemente estigmatizada. Y, además, es posible que parte de los motivos por los que esto sigue aún sucediendo se deba sencillamente al culto a la felicidad, que se ha ido además popularizando con la consolidación de las sociedades del bienestar. De forma aparente todos somos capaces de aspirar a la felicidad, pero ese individuo que no lo consigue es el individuo débil.

Otros falsos mitos sobre la depresión

Por ese motivo, la tristeza ha quedado caracterizada como la cara opuesta de la felicidad y también como algo que debe evitarse a toda costa porque lo ideal es “nunca estar triste” ¿verdad? Pues bien, esto no debería ser así porque hace, además, confundir la tristeza con la depresión. Y, aunque existen muchos mitos en relación la depresión, estos son algunos de los más importantes. Uno de los más extendidos en contra de la depresión es el de que se trata solamente de tristeza, cuando en realidad esta última es una emoción totalmente normal, pasajera y emocional. Una respuesta que podría acompañar a uno o a varios acontecimientos algo difíciles o traumáticos, pero como toda emoción esta no permanece constante. Sin embargo, la depresión es una condición crónica. La persona deprimida siente una tristeza profunda en parte, pero no se desvanece en el tiempo, pero también viene acompañada de otros síntomas como un vacío interior, rabia, apatía o pérdida de interés por actividades, por ejemplo, que además antes eran placenteras.

Otro mito bastante común se refiere solo a la persona deprimida, creyendo que esta debe solucionar el problema por sí misma, cuando en realidad no es así, pues nos olvidamos de que la depresión es un trastorno mental que afecta a cualquier individuo de manera bi-psico-social, es decir, biológicamente, psicológicamente y en sociedad. Esa persona no quiere estar así y son varios los factores que deben intervenir para superar esa depresión. De hecho, lo único que esto produce es más shock para el paciente que padece depresión que siente que debe sufrir su problema en silencio por no encontrar el apoyo social que tanto se necesita. Por lo tanto, es totalmente falso que la depresión sea fruto de la debilidad o de una falta de carácter... es una enfermedad mental que puede afectar a cualquiera y que requiere tratamiento de psicología y psicoterapia.

Tampoco es cierto que una depresión se pueda fingir o que sea para toda la vida, ni que sea una enfermedad que solo aparezca en los países occidentales... es una enfermedad que afecta a cualquiera en cualquier parte del mundo, solo que en muchos países no se hace caso a las enfermedades mentales y no se diagnostica ni se le presta atención a la salud mental. 

Que las personas deprimidas se comportan así para conseguir atención también es otro de los famosos mitos, pues lo cierto es que ninguna persona cae en depresión para conseguir atención, aunque de ella se puedan obtener ciertos beneficios secundarios como el cariño o la atención, la realidad es que la persona deprimida no deja su vida de lado para que la atiendan, sino que es sencillamente la propia depresión la que le hace sentir una profunda tristeza que le impide continuar su vida.

Por último, y aunque no se acaben aquí todos los mitos, pues hay muchísimos más en relación con un proceso tan complejo como la depresión en sí misma, está el mito de que los intentos de suicidio son para llamar la atención porque, aunque algunos intentos de suicidio sí podrían ser una especie de “llamada a alguien”, ninguna persona deprimida juega de esa manera con su vida si realmente no le pasa algo grave en su interior. El sufrimiento de la depresión puede llevar a deseos desesperados de acabar con la vida propia de uno mismo o recibir una ayuda urgente porque no se puede afrontar esa situación, pero jamás una manipulación sino como “el grito desesperado del paciente depresivo”. Y eso es algo que todo el mundo debería tener claro.

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