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Cómo romper un mal hábito

Cómo romper un mal hábito

Los hábitos gobiernan nuestra vida, tanto los buenos como los malos. Y llega un momento en que no podemos dejar de hacer ciertos hábitos, como empezar el día con un café bien cargado, mover la pierna cuando estamos nerviosas o correr antes de irnos a dormir. Y si no lo haces, algo ya no va bien.

Índice

¡Los hábitos gobiernan nuestra vida!

Tómate un tiempo ahora para pensar en esos hábitos que haces a menudo. ¿Cómo se formó ese hábito? ¿Es algo que quieres seguir haciendo o es algo que preferirías eliminar? Y, lo más importante, ¿cómo está afectando a tu vida?

Cuando se trata de hábitos y rutinas, la mayoría de la gente quiere aprender a controlarlos. Ya sea dejar de fumar, mantener una dieta saludable o acostarse temprano, los hábitos pueden ser difíciles de controlar. Y es que los hábitos son muy “inteligentes”, ya que son comportamientos que se desarrollan y ocurren de manera subconsciente en el cerebro, pero tienen un gran impacto en el resultado de nuestros éxitos, tanto si somos conscientes de ellos, como si no.

Muchas personas no consideran los hábitos como un factor clave de su éxito personal porque simplemente los ven como rutinas. Los hábitos son buenos o malos, y eso es lo que la mayoría de las personas no tiene en cuenta, puesto que pueden influir en nuestro éxito personal. Y es que la mayoría de las personas pone énfasis en los factores externos al considerar el éxito: hablan de la suerte, antecedentes educativos o familiares, pero a menudo pasan por alto los hábitos, algo interno que también influye en alcanzar nuestros sueños o no.

La verdad es que los hábitos son un factor central que gobierna casi todos los aspectos de nuestras vidas. Son responsables de la gran mayoría de nuestras acciones diarias, de grandes a pequeñas: a qué hora nos levantamos, dónde comemos o incluso la ruta que hacemos para ir al trabajo y regresar a casa.

Si eres alguien con una gran fuerza de voluntad, o un alto umbral de disciplina, ¡genial! Puedes conseguir romper un mal hábito o crear uno nuevo. Pero para la gran mayoría de nosotros, eso puede ser un problema real.

Afortunadamente, los hábitos no se basan solo en la fuerza de voluntad. Las personas exitosas son capaces de dirigir activamente sus hábitos y usarlos como una herramienta para crear acciones consistentes y sistemáticas hacia un resultado o fin que desean lograr. Y eso es lo que tenemos que procurar todos.

Entonces, ¿cómo se rompe un hábito?

Afortunadamente, los hábitos pueden cambiarse y, una vez que obtengas el control total sobre ellos, te darás cuenta de su verdadero potencial para dirigir tu vida hacia un mayor logro y progreso.

La forma en que se forma un hábito puede describirse como un bucle de hábito. Este es un ciclo que gobierna cómo cada hábito se forma y funciona. Está compuesto por tres componentes clave:

La señal: Una señal es algo que desencadena un hábito. Puede ser un evento, una acción, un sentimiento, personas o incluso un estado emocional.

- La rutina: Una rutina es el comportamiento que sigue después de que un hábito se haya activado. Debido a que los hábitos están en el "piloto automático", una rutina suele ser la misma secuencia de acciones que se realiza cada vez.

- La recompensa: Una recompensa es el refuerzo positivo que tu cerebro identifica con la Rutina que acabas de crear. Se asocia la Rutina con la Señal, por lo tanto, tu cerebro recuerda repetir el comportamiento nuevamente para obtener la misma Recompensa en el futuro.

Al observar este simple bucle, puedes ver que el culpable de cualquier mal hábito comienza son la Señal.

Vamos a usar un ejemplo popular de un mal hábito: fumar.

Quizás te sientas estresado (Señal) después de una larga reunión; decides tomar un pequeño descanso y encender un cigarrillo (Rutina). Mientras fumas, empiezas a sentirte tranquilo y relajado por la descarga de nicotina, lo que te da una sensación física de satisfacción (Recompensa). Como resultado, continúas con esta rutina cada vez que te sientes estresado o quieres relajarte.

Aquí puedes ver que las señales son el punto de partida para crear los hábitos por lo que, teóricamente, sin la señal para desencadenar un hábito, la rutina o comportamiento no seguirá a este... y no se obtendrá la recompensa. Cuando se rompe cualquier parte de este bucle, se puede lograr romper el hábito.

Toma el control de tus señales

Por lo tanto, el primer paso para controlar tus hábitos es tomar el control de tus señales. Vuelve al hábito específico que quieres cambiar. ¿Puedes identificar la señal que inicia ese hábito?

Ahora, piensa en otro hábito que tengas. De los 2 hábitos que has identificado, ¿cuál es el más prominente en tu vida diaria? Ahora compara las 2 señales potenciales para cada hábito. ¿Son diferentes?

Dado que las señales son la chispa inicial para que se forme cualquier hábito, una de las razones principales por las cuales los hábitos son desiguales es porque cada uno tiene una Calidad de Señal diferente. Algunas señales son más efectivas que otras. Cuanto más regular es una señal, más probable es que se forme el hábito. Cuanto más estable es una señal, ya que rara vez se ve afectada por factores externos, también es más probable que se forme el hábito.

Y, mientras hablamos de regularidad y estabilidad, el tiempo es esencial. Cuanto más corto sea el período de tiempo en que se repite una señal, más efectivo se vuelve esta. Cualquier cosa superior a una semana significa que la señal es mucho menos efectiva.

¿Lista para romper el hábito?

A estas alturas, ya habrás comprobado cómo cada elemento de este bucle se alimenta y refuerza entre sí, creando un efecto de bola de nieve. Un hábito se vuelve más fuerte a medida que lo repites más veces. Al entender y abordar la primera parte de este bucle, la clave, ¡ya estás un paso más cerca de controlar tus hábitos!

Una vez que seas capaz de romper con esa señal, lograrás que los siguientes pasos del hábito no se desencadenen y, por lo tanto, acabar con él.

Otros consejos para romper un mal hábito

1. Decide romper ese hábito y convéncete de que lo vas a lograr.

2. Haz una lista de todos los perjuicios que te causa ese mal hábito para tu salud para que tengas claras las razones.

3. Diseña estrategias y herramientas que te ayuden a romper ese hábito.

4. Reemplaza ese hábito por una conducta alternativa como mascar chicle, hacer deporte, coser...

5. Comienza despacio con ese cambio y ve de forma progresiva.

6. Sé persistente y perseverante, no te rindas.

7. Establece un sistema de recompensas.

8. No te vengas abajo si caes en la tentación, aprende de los errores y sigue. 

Fuente:

Covey, S. R. (2003). Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas. Franklin Covey/Grijalbo.

Redacción: Ana Ruiz

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