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Los jefes masculinos y femeninos comparten los mismos rasgos de personalidad

Los jefes masculinos y femeninos comparten los mismos rasgos de personalidad "clásicamente masculina"

Según expertos psicólogos y sociólogos, una de las razones por las que hay menos mujeres que hombres en puestos de liderazgo tiene que ver con las diferencias de personalidad entre los sexos. Específicamente, las mujeres en promedio obtienen puntajes más bajos que los hombres en rasgos, como la asertividad, que se sabe que están asociados con el logro de roles de alto nivel, y más altos en otros que trabajan en contra de la promoción, especialmente la amabilidad y la sensibilidad emocional.

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Las jefas actúan se comportan como jefes

Estas observaciones están respaldadas en gran medida por la evidencia, pero no se había estudiado hasta ahora si las mujeres que llegan a la alta gerencia tienden a compartir los rasgos de los hombres en estos puestos, o si en cambio las jefas tienen un perfil de personalidad contrastante, indicativo de una ruta alternativa "femenina" hacia la cima.

Estas son preguntas pertinentes para cualquiera que desee más diversidad de género en los roles de liderazgo porque los resultados podrían apuntar a pistas sobre cómo facilitar el camino de promoción para las mujeres. Y eso es lo que ha investigado un equipo dirigido por Bart Wille, de la Universidad de Amberes, cuyas conclusiones se han publicado en Journal of Vocational Behavior.

Los investigadores accedieron a pruebas exhaustivas de personalidad realizadas por casi 600 ejecutivos de alto nivel (incluidas 143 jefas) y más de 52.000 no ejecutivos (incluidas 17.643 mujeres) de diversas industrias en Bélgica y otros países europeos.

Los hombres y las mujeres en roles que no son de liderazgo diferían en sus rasgos de personalidad de manera consistente con la literatura existente; por ejemplo, las mujeres obtuvieron puntajes más altos que los hombres en las características asociadas con ser más agradables, como ser cooperativas y orientadas a las personas, mientras que obtuvieron puntuaciones más bajas en estabilidad emocional y aspectos de extraversión. En contraste, las personalidades de los jefes masculinos y femeninos eran mucho más similares, con muchas diferencias relacionadas con el sexo ausentes o muy atenuadas (aunque las mujeres todavía obtuvieron puntajes más altos en aspectos de agradable).

"Las mujeres en puestos ejecutivos demuestran un patrón similar de rasgos de personalidad masculina clásica", dijeron los investigadores.

Esta imagen fue reforzada por las comparaciones de personalidad dentro del sexo entre jefes y no jefes. Mientras que la personalidad de las gerentes femeninas contrastaba marcadamente con los rasgos de las mujeres no gerenciales, los jefes masculinos no eran tan diferentes en sus rasgos de los hombres no gerenciales. "Las mujeres tienden tener puntuaciones más bajas en los rasgos que llevan a las personas a perseguir y ser seleccionadas para roles de liderazgo", dijeron los investigadores.

Todo esto parece apoyar la visión de los psicólogos y sociólogos: debido a que hay más hombres con los rasgos asociados con el esfuerzo y la obtención de liderazgo que mujeres, se podría argumentar que esto ayuda a explicar la escasez de mujeres en roles gerenciales. A su vez, ayudar a las mujeres a desarrollar rasgos más estereotípicamente masculinos del tipo que muestran los gerentes masculinos y femeninos en este estudio podría ser una forma de lograr que más mujeres se conviertan en jefes.

Reacciones a este tipo de liderazgo masculino en mujeres

Sin embargo, un problema con esta solución es que la evidencia existente sugiere que las mujeres a menudo se enfrentan a una reacción violenta cuando muestran rasgos estereotípicamente masculinos. Wille y su equipo mencionan este tema y dicen que "las organizaciones deben esforzarse por contrarrestar estos prejuicios". Otra crítica es que este enfoque tiene que ver con cambiar a las mujeres para sobresalir en las jerarquías existentes dominadas por los hombres, en lugar de cambiar las culturas del lugar de trabajo para hacerlas más justas.

Quizás, si hubiera un cambio cultural, entonces las personas con diferentes perfiles de personalidad, incluidos rasgos más estereotípicamente femeninos, podrían alcanzar roles de liderazgo, lo que favorecería a más mujeres. "Podría ser el caso de que, si las compañías modificaran su comportamiento y se volvieran más femeninas, tuvieran más éxito, aunque por el momento no hay evidencia de ello".

Independientemente de cómo elijamos interpretar los nuevos hallazgos, ayudan a responder una pregunta sobre la que muchos han especulado durante mucho tiempo. Sugieren que, incluso después de varias décadas con una creciente presencia femenina en el lugar de trabajo, sigue siendo el caso que los mismos rasgos estereotípicamente masculinos predicen el logro de roles superiores entre hombres y mujeres.

Muchos problemas siguen sin respuesta y, además, hay que tener presente que el estudio tuvo varias limitaciones. Por ejemplo, no sabemos si las mujeres con un perfil de mayor extraversión y menor inestabilidad emocional eran más propensas a convertirse en jefas porque albergaban más ambiciones de liderazgo o porque tenían lo necesario para superar las barreras hacia la cima. Además, el estudio se basó en que los participantes calificaron sus propias personalidades, y se realizó dentro de una cultura particular, por lo que los hallazgos pueden no generalizarse.

"Este estudio encontró que los ejecutivos de nivel C masculinos y femeninos representan poblaciones similares con un perfil común de rasgos característicos de personalidad estratégicos", concluyeron los investigadores. "La investigación y la práctica en curso deben reconocer que la similitud de género, no la diferencia, caracteriza la personalidad y el potencial del líder".

Fuente:

“Personality characteristics of male and female executives: Distinct pathways to success?”, Bart Wille, Brenton M.Wiernik, Jasmine Vergauwe, Amelie Vrijdags, Nikola Trbovic. https://doi.org/10.1016/j.jvb.2018.02.005

Redacción: Irene García

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