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¿Cómo se debe servir la cerveza?

¿Cómo se debe servir la cerveza?

Si te gusta la cerveza, debes aprender a servirla correctamente, ya que una buena cerveza se disfruta mucho más si se sirve dejando la cantidad justa de espuma. Aprende cómo hacerlo.

Índice

¿Qué es la cerveza?

La cerveza se produce mediante la fermentación alcohólica de diversos cereales (generalmente malta de cebada o trigo) con levaduras, lúpulo y agua.

Es una de las bebidas más antiguas de las que se tiene registro. De hecho, se cree que su origen se remonta al inicio de la agricultura hace 12.000 años.

Aunque se puede producir sin alcohol, en origen es una bebida alcohólica no destilada, de sabor amargo. Es la bebida alcohólica más consumida del mundo, y una de las bebidas más consumidas, solo por detrás del agua y el té.

Existen varios tipos de cerveza según los ingredientes utilizados y el proceso de fermentación.

Sin duda, es una de las bebidas estrella del verano, ya que no hay nada mejor que una cerveza fresquita en verano, pero para disfrutarla hay que saber servirla.

¿Cómo se sirve correctamente una cerveza?

Para empezar, es importante elegir el recipiente adecuado, ya que la cerveza se debe tomar siempre en cristal -vaso, copa o jarra-, pero cristal, ya que este material estimula los sentidos, en especial el del olfato, permitiendo que nuestras papilas gustativas detecten más sabores y disfruten más.

El vaso debe estar limpio y se aconseja que esté frío para mantener el frescor de la cerveza y no calentar esta rápidamente, es decir, no lo cojas directamente del lavavajillas. Un truco es enjuagarlo con agua fría antes de servir la cerveza y escurrirlo bien, pero sin secarlo, para que quede una película finísima de agua que ayudará a que la cerveza resbale por el vaso, formando la espuma correcta.

Después, es importante saber que el truco está en la inclinación al servir la cerveza. Lo normal es inclinar el vaso en un ángulo de unos 45º y, con la botella en horizontal, dirigir el chorro hasta el punto medio de la pared del vaso.

Cuando el nivel de la cerveza esté a unos 3-4 cm del borde, hay que poner el vaso en vertical y seguir echando la cerveza apuntando al punto medio de la superficie desde una altura que puede ir desde los 7 u 8 cm hasta los 15 cm.

No obstante, el grado de inclinación puede variar según el tipo de cerveza. Por ejemplo, en el caso de una cerveza Lager se debe inclinar a 45º y endereza cuando hayas echado unas tres cuartas partes, dejando que la espuma alcance unos 2 dedos. Las cervezas de trigo se deben servir también en un ángulo de 45 grados, pero hay que dejar por lo menos de 1 a 2 cm de cerveza en la botella para que al final puedas mezclar el resto de la cerveza y sus sedimentos.

Si la cerveza es artesana, no eches toda la botella, ya que al fondo estarán los sedimentos que es mejor que quedan en la botella y no caigan al vaso.

En cuanto a la rapidez, no se debe hacer muy rápido ya que se formará demasiada espuma, pero tampoco lento, ya que en ese caso no se formará la suficiente.

¿El vaso debe estar helado?

Aunque en verano dé mucho gusto que la jarra o vaso de cerveza esté helado, lo cierto es que no s una práctica recomendada ya que la cerveza debe estar fría, pero no demasiado o no se notarán sus sabores. Lo recomendable es que la botella esté muy fría, pero el vaso simplemente no debe estar caliente, no hace falta meterlo al congelador.

En general, la temperatura para servir la cerveza correctamente nunca debe ser inferior a los 5º C, aunque depende del tipo de cerveza. Por ejemplo, la cerveza Lager se debe servir entre 4 y 6º C; las cervezas de fermentación Ale, entre los 6 y 8º C; y las cervezas de trigo entre los 3 y los 5º C.

Y para esas ocasiones que te apetezca una cerveza fría, pero la acabes de comprar, hay un truco: enfriar la cerveza en el congelador, no el vaso, y sacarla pasados 5 minutos, ya que al ser una bebida de baja graduación alcohólica, aumenta de volumen y puede explotar dentro del congelador s te la olvidas.

¿Cómo se deben conservar las cervezas?

Las cervezas no son iguales que los vinos, por lo que se deben guardar siempre en vertical, nunca en horizontal. Esto es así porque la levadura de la cerveza suele dejar posos en el fondo de la botella y si la dejamos tumbada, enturbiarán la cerveza. Si la colocas en vertical, estos sedimentos permanecerán al fondo.

Además, colocada en vertical la cantidad de cerveza que no está en contacto con el vidrio, es decir, que está en contacto con el aire es menor, por lo que el proceso de oxidación es más lento.

Y si la cerveza está cerrada con un tapón de corcho y entra en contacto con este, puede coger sabores extraños de este material.

Por lo tanto, siempre en vertical y alejada de la luz.

Beneficios de la cerveza

La cerveza, consumida con moderación, puede aportar algunos beneficios a nuestra salud, sobre todo si se eligen sus versiones no alcohólicas. Pero incluso estas pueden ser buenas si no se toma más de una caña al día. Entre los beneficios de la cerveza encontramos:

1- Aporta nutrientes: gracias a los cereales con que se elabora podemos obtener vitaminas del grupo B (especialmente ácido fólico), carbohidratos (maltodextrina), minerales (magnesio y calcio) y otras sustancias como la fibra y los antioxidantes que provienen del lúpulo.


2- Previene enfermedades cardiovasculares: según un estudio publicado en la revista European Journal of Epidemiology, un consumo moderado de cerveza reduce en un 42% el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca gracias a los polifenoles que contiene. Además, previene la oxidación de las células al aumentar la cantidad de colesterol bueno en el organismo y reducir el malo.

3- Fortalece los huesos: la cerveza aporta nutrientes favorables para los huesos como los fitoestrógenos o el silicio.

4- Protege frente a enfermedades neurodegenerativas: la cerveza aporta silicio o magnesio, sustancias que reducen el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

5- Fortalece el sistema inmune: un consumo excesivo de alcohol deprime el sistema inmunológico, pero el consumo moderado de cerveza puede mejorar la respuesta inmune del organismo frente a ciertas infecciones.

6- Ayuda a la recuperación tras el deporte: una caña ayuda a hidratar al organismo gracias a su contenido en agua y reduce los dolores musculares gracias a sus características organilépticas que ayudan a recuperar el metabolismo.

7- No engorda tanto como se cree: una caña de 200 ml equivale a 90 kcal y si es sin alcohol la cifra se reduce a una media de 34 kcal, es decir, tiene un contenido calórico muy bajo, por lo que no engorda.

8- Protege los riñones: su alto contenido en agua y su efecto diurético, con altos niveles de potasio, ayuda a eliminar las toxinas a través de la orina y evitar la formación de piedras en los riñones.

9- Reduce la hipertensión arterial: un estudio de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial afirma que la cerveza contribuye a la hidratación del organismo, lo que ayuda a reducir los altos niveles de la tensión arterial.

10- Favorece el sueño: según un estudio publicado en PloS One, el lúpulo de la cerveza puede actuar como un sedante, elevando el neurotransmisor ácido gamma aminobutryic (GABA), que calma el sistema nervioso central y aumenta los niveles de serotonina, esencial para el sueño.

11- Reduce los síntomas de la menopausia: su alto contenido en fitoestrógenos naturales alivian los síntomas de la menopausia.

12- Previene el estreñimiento: su alto contenido en fibra soluble previene estreñimiento.

13- Previene las cataratas: según un estudio presentado en el Congreso Internacional de Sociedades de Química cuenca del Pacífico, beber cerveza con moderación puede reducir el riesgo de cataratas hasta en un 50% gracias a los antioxidantes que protegen las mitocondrias.

Fuente:

Congreso Internacional de Sociedades de Química cuenca del Pacífico

Redacción: Irene García

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