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Riesgos de consumir alcohol

Riesgos de consumir alcohol

Vivimos en una sociedad acostumbrada a relacionarlo absolutamente todo con el alcohol. Las celebraciones y fiestas se pasan con alcohol y la tristeza y las penas también. ¿Por qué lo hacemos? ¿Sabemos realmente los riesgos que conlleva consumir alcohol?

Índice

Efectos del alcohol

El alcohol es, sin lugar a duda, una de las drogas más consumidas en nuestra sociedad y la que más problemas sociales y sanitarios origina. Abusamos de manera constante del alcohol sin tener en cuenta las graves consecuencias de salud que este tiene a corto, medio y largo plazo. Además, los efectos que produce son numerosos:

- Descontrol en los niveles de azúcar

- Alteración del ritmo cardíaco

- Enrojecimiento de la piel

- Visión borrosa

- Falta de coordinación

- Problemas digestivos

- Deshidratación

Dolores de cabeza

- Vómitos

- Problemas hepáticos

Cuando hablamos de beber mucho alcohol nos referimos a tomar más de 15 tragos a la semana en hombres menores de 65 años o a menudo tomar 5 tragos o más al mismo tiempo. Y, en mujeres o varones mayores de 65 años, tomar 8 tragos o más a la semana o a menudo 4 tragos o más al mismo tiempo. Un trago son 355 mililitros de cerveza o 148 ml de vino.

No obstante, ingerir bebidas alcohólicas de manera habitual, aunque sea en cantidades menores, también es malo. 

Otras consecuencias de beber alcohol

El alcohol afecta a la capacidad de autocontrol, por lo que acaba siendo una de las causas de los malos tratos. Según algunos expertos, la sociedad afronta esta violencia de manera indirecta pues “el consumo excesivo de alcohol va provocando en el cerebro humano una conducta agresiva, hostil y violenta, con incapacidad para controlar los impulsos”.

Además, el alcohol es un depresor del sistema nervioso central que ralentiza nuestros reflejos y afecta a nuestra conducta por lo que el riesgo de tener un accidente también es mayor. De hecho, alrededor de un 33% de los accidentes en España con víctimas mortales se debe a los efectos de este en la conducción.

Por otro lado, el alcohol afecta también a nuestro organismo aumentando la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago, fomentando además la aparición de úlceras, hemorragias o perforaciones en la pared gástrica. Asimismo, puede causar inflamación y daños en el hígado y el páncreas, dando lugar a enfermedades como hígado graso, pancreatitis o cáncer.

También puede propiciar trastornos del ritmo cardíaco e incluso arritmias que en los casos más graves pueden indicar riesgo de sufrir un infarto.

Es cierto que el consumo social del alcohol está muy extendido dado su “gran” efecto de desinhibición y euforia que se produce en el consumidor. Se contempla además como una especie de elixir mágico gracias a los niveles de oxitocina que este contiene. La oxitocina es una hormona producida en el hipotálamo y, a pesar de que provoca agresividad y envidia, también nos desinhibe limitando nuestra sensación de miedo, por lo que nuestra confianza aumenta y podemos dar pie a comportamiento sexuales peligrosos, lo que puede acabar en un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual. 

Además, se descubrió que consumir alcohol de forma moderada podía tener algunos beneficios cardiovasculares. Sin embargo, tras un estudio realizado sobre el tema, se dedujo que el alcohol a largo plazo, aunque su consumo fuese moderado, también podía ser perjudicial. Estos científicos se encontraron con una reducción de la producción de neuronas en el cerebro y explicaron que lo que realmente sucede es que “si una determinada región del cerebro se ve afectada cada día durante muchos meses y años, eventualmente el individuo no será capaz de aprender cómo llegar a un lugar nuevo o cómo aprender algo nuevo sobre su vida”.

Cuando se consume alcohol de manera excesiva, la adicción que se produce se conoce como alcoholismo. Este término hace referencia a una enfermedad que genera una fuerte necesidad y ansiedad de ingerir alcohol, es decir, la persona se vuelve dependiente y no puede vivir sin él. El alcoholismo es una enfermedad que afecta, según los expertos, a más de dos millones de españoles y también a sus familiares.

Además, el consumo excesivo de alcohol a largo plazo puede producir también la aparición de siete tipos diferentes de cáncer: mama, intestino, hígado, boca, garganta y laringe.

También el consumo de alcohol puede producir una intoxicación aguda que puede acabar en coma o incluso en la muerte.

También puede causar problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar; problemas de salud mental, como depresión y ansiedad; o problemas sociales, como pérdida de productividad, problemas familiares y desempleo; bajo rendimiento sexual y problemas de fertilidad...

Por todos estos motivos, y según las fundaciones y organizaciones relacionadas con la salud de los ciudadanos, “se aconseja evitar el consumo brusco y excesivo de esta sustancia para no provocar riesgos en nuestra salud y en la de nuestro entorno”.

Fuente:

Esser MB, Sherk A, Liu Y, Naimi TS, Stockwell TR, Stahre M, Kanny D, Landen M, Saitz R, Brewer, RD. Deaths and years of potential life lost due to excessive alcohol use — United States, 2011–2015. MMWR 2020;69:981–987.

Redacción: Ana Ruiz

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