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¿Cuándo hay que lavarse las manos?

¿Cuándo hay que lavarse las manos?

Nos dicen que tenemos que mantener una buena higiene, que debemos ducharnos diariamente y que hay que lavarse las manos con frecuencia, pero ¿cuántas veces al día debemos hacerlo?

Índice

La importancia de lavarse las manos

Cuando nos lavamos y secamos las manos no siempre lo hacemos de manera correcta, aunque la mayoría de las personas piense que sí. Desde 1846 se descubrió que este hábito es fundamental pues ayuda a evitar la transmisión de innumerables infecciones, pero para ello es importante que se sigan, según la OMS, unas pautas determinadas para llevar a cabo un lavado de manos correcto. Además, siempre será necesario usar jabón junto al agua y jamás agua sola.

Y es que las manos son un gran transmisor de patógenos ya que pueden infectarse al tocar un objeto o alimento contaminado y, si nos llevamos las manos a la boca, la nariz o los ojos, introducimos esos microbios dentro. Por eso, es tan importante lavarse las manos con frecuencia. 

Hasta hace poco tiempo se consideraba que la temperatura del agua para el lavado de manos también era importante, pues debía estar caliente sin llegar a quemar. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) lo desmintió indicando que la temperatura del agua es indiferente y que la eliminación de bacterias que se logra es similar.

¿Con qué frecuencia debemos lavárnoslas?

No existe un determinado número de veces para lavarse las manos, pues esto dependerá de un poco de cada persona y de la actividad o actividades que realicen cada día. No obstante, lo que sí es importante tener en cuenta es que independientemente de la persona o actividad que realice, siempre será necesario lavarse las manos:

- Antes de comer

- Antes y después de cocinar

- Después de ir al servicio

- Tras cambiar pañales

- Después de toser o estornudar

- Después de visitar a una persona enferma

- Después de tirar la basura

- Después de manipular dinero

- Tras haber estado en contacto con mascotas

La higiene de las manos

La higiene es el conjunto de conocimientos y técnicas que aplican los individuos para el control de los factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre su salud, y se convierte en algo fundamental para conservarla bien o prevenir enfermedades.

Por norma general, la higiene personal engloba tanto el concepto básico de aseo, como el de limpieza y cuidado del cuerpo humano. Unos hábitos relacionados con el cuidado personal que inciden, además, de manera positiva en la salud y previenen tanto enfermedades como infecciones. Por ello, sus objetivos principales son mejorar la salud, conservarla y prevenir de enfermedades o infecciones.

Y si bien la higiene en general es fundamental, la higiene de las manos lo es mucho más. ¿Por qué? Miles de personas mueren diariamente en todo el mundo a causa de infecciones contraídas mientras reciben atención sanitaria porque durante esta, las manos son la principal vía de gérmenes, y para evitarlos, pero también para evitar las infecciones asociadas a la atención sanitaria, la medida más importante es la higiene de las manos.

Al ser esta parte del cuerpo la vía principal de transmisión microbiana, su higiene resulta fundamental para evitar también la transmisión de microorganismos nocivos. Además, es el procedimiento más importante y eficaz para la prevención y control de las infecciones. En el cuidado de las personas que están enfermas, por ejemplo, la higiene de las manos constituye un vehículo de transmisión de agentes patógenos, ya sea por contacto directo de persona a persona o indirecto, a través de objetos que después puedan infectar o contaminar al paciente.

La higiene de las manos debe ser realizada por cualquiera. Sin embargo, es completamente necesario que la practique siempre toda persona que realice o vaya a realizar cuidados a un determinado paciente ya sea un cuidador independiente o alguien que forme parte del personal sanitario. Pero, a pesar de ser la medida más importante para reducir la incidencia de infección y la propagación de los microorganismos, el cumplimiento de las normas de higiene de las manos es muy bajo. Por eso, también resulta fundamental conocer algunos conceptos que todavía no tenemos bien definidos.

La piel es una estructura que constituye una barrera protectora entre el medio externo y el organismo impidiendo el paso de gérmenes al interior de este. Además, la piel posee flora cutánea o microbiota autóctona que es el conjunto de microorganismos que colonizan la piel y las mucosas. Hay que tener en cuenta que la flora cutánea normal son todos aquellos microorganismos presentes de forma habitual en la piel que no tienen por qué ser responsables de procesos infecciosos, pero existen dos tipos de flora:

- Flora transitoria. Este tipo de flora está constituida por microorganismos que colonizan la capa superficial de la piel a la que se adhieren tras el contacto con pacientes o superficies contaminadas.

- Flora residente. Constituida por microorganismos que sobreviven y se multiplican en las capas más profundas de la piel, y aunque están menos relacionadas con las infecciones, son más difíciles de eliminar con un lavado de manos.

Con agua y jabón será suficiente para eliminar la flora transitoria, pero para eliminar la flora residente (o permanente) es totalmente necesario el uso de antisépticos o alcohol en el lavado de manos (son sustancias antimicrobianas que se aplican a un tejido vivo o sobre la piel para reducir la infección de esta, la sepsis o la putrefacción).

Los antisépticos que usaremos se van a aplicar sobre superficies del cuerpo o en tejidos expuestos, y van a destruir o inhibir el crecimiento de microorganismos en tejidos vivos sin causar efectos lesivos. Estos son un tipo de desinfectante, y aunque se utilicen ambos términos (antiséptico y desinfectante) indistintamente de forma habitual, no es lo mismo un desinfectante que un antiséptico.


¿A quién va dirigido el lavado de manos principalmente?

Los objetivos del lavado de manos son disminuir la contaminación de las manos y prevenir la propagación de gérmenes patógenos a zonas no contaminadas; prevenir la transmisión de infecciones en el medio sanitario y proteger tanto al paciente como al personal sanitario y cuidadores. Este va dirigido a:

- Al personal sanitario que mantienen un contacto directo e indirecto con el paciente

- Cuidadores que mantienen un contacto directo e indirecto con el paciente

- Cualquier persona que trabaje en un centro sanitario

¿Cuándo realizarlo en el centro sanitario?

El lavado de manos debe realizarse antes de iniciar la jornada laboral en un determinado centro sanitario, antes de tocar a cualquier paciente para protegerlo de gérmenes patógenos que llevamos en las manos, antes de comer o preparar alimentos o medicación, y antes de realizar procedimientos invasivos o cualquier otra tarea que exija asepsia (aunque se utilicen guantes). En medicina, la asepsia es el método o procedimiento que evita que los gérmenes infecten una cosa o lugar.

No obstante, el lavado de manos es fundamental también después de volver del comedor, de utilizar los servicios, de tener contacto con la piel intacta de un paciente, y después de la exposición de las manos a sangre u otros fluidos corporales, a mucosas, a piel no intacta y apósitos de heridas. También hay que lavarse las manos después de finalizar la jornada laboral en el centro.

Finalmente, el lavado de manos debe realizarse tanto antes como después de mantener contactos con heridas de todo tipo, de manipular sistemas de drenaje, y antes y después de usar guantes.

No es lo mismo lavar que desinfectar

Cuando las manos no están visiblemente sucias hay que limpiarlas frotándolas con un desinfectante a base de alcohol como medio habitual preferente. Esto es mucho más rápido, eficaz y mejor tolerado que hacerlo con agua y jabón. Sin embargo, cuando las manos están visiblemente sucias, manchadas de sangre u otros fluidos corporales o después de usar el inodoro se deben lavar con agua y jabón.

Decimos lavar y no desinfectar porque no significan lo mismo. La limpieza es un proceso por el cual la suciedad se disuelve o suspende, y la desinfección, por su parte, consiste en destruir la mayor parte de microorganismos de las superficies mediante agentes químicos, incluido el COVID-19.

La limpieza, por tanto, realizada con jabón o detergente y agua es la eliminación física de la suciedad y la mugre. En algunas ocasiones, además, las herramientas de limpieza (incluido esponjas y paños) mueven los gérmenes de una superficie a otra. Y desinfectar es matar un alto porcentaje de gérmenes en una superficie o hacerlos incapaces de reproducirse. Según algunos expertos, la desinfección reduce la cantidad de gérmenes en las superficies a un nivel seguro según normas o requisitos de salud pública.

Fuente:

OMS: “Higiene de las manos: por qué, cómo, cuándo? https://www.who.int/gpsc/5may/tools/ES_PSP_GPSC1_Higiene-de-las-Manos_Brochure_June-2012.pdf

CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades): https://www.cdc.gov/handwashing/esp/when-how-handwashing.html

Redacción: Ana Ruiz

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