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¿Cómo saber si tengo anemia?

¿Cómo saber si tengo anemia?

La anemia es un trastorno que ocurre cuando la sangre no transporta suficiente oxígeno al cuerpo, una afección caracterizada por la falta de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un adecuado nivel de oxígeno a los tejidos del cuerpo. ¿Tienes anemia y no lo sabes?

Índice

¿Qué significa tener anemia?

Hay muchísimas personas que padecen anemia y no lo saben. Por eso, para descubrir si realmente tienes o no anemia lo primero que debes hacer es acudir a tu médico. Será él quien te realizará un examen de sangre para evaluar la cantidad de glóbulos rojos y de hemoglobina. Cuando alguien padece anemia los valores de hemoglobina estarán por debajo de los 12 g/dL en el caso de las mujeres y por debajo de 14 g/dL en el caso de los hombres. Los valores de referencia de la hemoglobina son:

- Niños de 2 a 6 años: entre 11,5 y 13,5 g/dL

- Niños de 6 a 12 años: 11-15-15,5 g/dL

- Hombres: 14-18 g/dL

- Mujeres: 12-16 g/dL

- Mujeres embarazadas: 11 g/dL

El síntoma más frecuente de todos los tipos de anemia es el cansancio y, a pesar de que los signos y síntomas de esta afección varían según la causa, los síntomas más comunes son:

Fatiga

- Debilidad

- Piel pálida

- Latidos del corazón irregulares

- Mareos o aturdimiento

- Dolor en el pecho

- Manos y pies fríos

- Dolor de cabeza

Antecedentes médicos y familiares

Por norma general, el médico te preguntará acerca de tus signos y síntomas y durante cuánto tiempo los has tenido. También es posible que el médico pueda preguntarte si has tenido alguna enfermedad que pueda causar anemia o incluso preguntar sobre tu alimentación, las medicinas o suplementos que tomas y si tienes antecedentes familiares de anemia o de problemas en relación con esta afección.

Examen médico

El examen médico podrá confirmar los síntomas y signos, y también proporcionar información sobre los órganos o aparatos que estén afectados. En dicho examen se fijará en el color de la piel, las encías y el lecho de las uñas, y también se buscará algún signo de sangrado o infección. También puede oír el corazón y los pulmones, palparte el abdomen o hacerte un examen pélvico o rectal para ver si tienes un sangrado interno.

Pruebas y procedimiento

Lo que el médico recomendará será que el paciente se realice unas pruebas para identificar el tipo de anemia que tiene y su gravedad. A menudo la primera prueba es un hemograma completo mediante un análisis de sangre. El hemograma consiste en hacer el recuento de todas las células de la sangre, que además aporta una información muy valiosa. Según los resultados de este, el médico puede recomendarte otras pruebas de sangre o de médula ósea.

La anemia y su diagnóstico

Como sabemos existen muchas formas de anemia, aunque cada una con unas causas distintas, y como la concentración de la hemoglobina no es el único parámetro para diagnosticar la anemia, es bastante común que se soliciten otros exámenes para identificar la causa de que la hemoglobina esté tan bajita e iniciar así un adecuado tratamiento. ¿Podría ser a causa de la deficiencia de hierro? Para averiguarlo el médico comienza a evaluar la cantidad de ferritina en la sangre ya que cuando esta sustancia está en poca cantidad es porque existe poco hierro en el organismo.

Pero si los valores de ferritina son normales quizás sea necesario hacer más exámenes de medicina como la electroforesis de la hemoglobina o el conteo de los niveles de vitamina B12 y ácido fólico que ayudan a identificar otros tipos distintos de anemia, a pesar de que la más común, sin duda, es la anemia por deficiencia de hierro o anemia ferropénica, que es la afección en la cual el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos porque no tiene suficiente cantidad de hierro, que es el que ayuda a producir los glóbulos rojos.

Y si después de realizar la analítica efectivamente se muestra que tus niveles de hierro en el cuerpo son muy bajos y que es ese el motivo por el que padeces esta enfermedad lo primero que debes hacer es aumentar la ingesta a tu dieta de los alimentos que aporten más hierro a tu organismo, con alguna vitamina como suplemento diario en ayunas, pero también con una fruta que contenga vitamina C como el kiwi o la naranja. De esta manera recuperarás tu vitalidad, pero también tu salud.

¿Cómo prevenir la anemia?

Al consumir una alimentación saludable nos estamos asegurando obtener una cantidad suficiente de nutrientes que nuestro cuerpo necesita para producir células sanguíneas sanas. Los principios de una alimentación sana son:

- Consumir alimentos y bebidas que contengan muchos nutrientes: verduras, frutas, cereales integrales, productos lácteos, mariscos, carnes magras…

- Limitar el consumo de sal, grasas sólidas, azúcares agregados y granos refinados.

- Mantenerse en un peso sano equilibrando las calorías que recibe de alimentos y bebidas con las que gasta en la actividad física.

- Cumplir las normas de seguridad al preparar y consumir las comidas para reducir el riesgo de presentar enfermedades de origen alimentario.

¿Qué alimentos ricos en hierro existen?

- Carnes rojas magras, como la ternera o el buey

- Mariscos de concha, como los berberechos, las almejas o los mejillones


- Hígado y morcilla

- Frutos secos

- Sésamo

- Verduras de hoja verde, como los berros, las acelgas y las espinacas

- Legumbres, como los garbanzos, las lentejas, la soja y los guisantes

- Productos integrales, como el trigo, el pan, el arroz o el pan de avena.

En definitiva, la anemia se origina cuando la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos y esto puede suceder si:

- el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos

- un sangrado provoca que pierdas glóbulos rojos más rápidamente de lo que se pueden reemplazar

- el cuerpo destruye glóbulos rojos

La hemoglobina es una proteína rica en hierro que da a la sangre su color rojo y aporta oxígeno desde los pulmones hasta el resto del cuerpo. Al no tener suficiente hemoglobina que distribuya el oxígeno al cuerpo, las personas anémicas como ya veíamos, se sienten débiles y cansadas.

¿Cómo tratar la anemia?

La anemia suele ser fácil de tratar, aunque dependerá según el tipo de anemia que padezcamos, de su causa y también de su gravedad. Los principales objetivos del tratamiento son:

- Aumentar las cifras de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina para mejorar la capacidad de la sangre de transportar oxígeno.

- Tratar el problema de fondo que está causando la anemia.

- Prevenir complicaciones de la anemia, como daños del corazón o los nervios.

- Aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Si la anemia que estás sufriendo es leve o moderada y no tienes síntomas, o la anemia no está empeorando, es posible que no necesites tratamiento. El tratamiento de algunas consiste simplemente en modificar la alimentación y tomar suplementos nutricionales, pero para otras el tratamiento consiste en medicinas, procedimientos, cirugías o transfusiones de sangre si la anemia es muy grave.

De hecho, al principio la anemia puede ser leve y pasar inadvertida, pero debemos tener en cuenta que a medida que esta empeora, los síntomas también lo hacen. Por ello, tratarla a tiempo es fundamental. Además, como el cuerpo no recibe suficiente sangre rica en oxígeno, en los peores casos puede incluso causar la muerte. Es importante prevenir de forma adecuada para evitar padecerla.

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