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Cómo actuar ante una hemorragia nasal

Cómo actuar ante una hemorragia nasal

La hemorragia nasal o epistaxis es muy habitual en algunas personas y muy escandalosa ya que la nariz sangra mucho aunque el daño sea leve. Por eso, es conveniente que sepas cómo debes actuar en caso de una hemorragia nasal ya que es muy probable que te pase a ti o a algún allegado.

Índice

Causas de la hemorragia nasal

Los sangrados nasales son muy habituales y no son graves, pero sí muy aparatosos. Existen dos tipos de epistaxis:

1- Hemorragia nasal anterior: la sangre fluye por las fosas nasales. Es un sangrado fácil de cortar.

2- Hemorragia nasal posterior: se produce en la parte alta del tabique o dentro de la nariz y la sangre fluye hacia la garganta, por lo que suele ser más complicada de parar. Suele aparecer cuando el tabique nasal se fractura.

Las causas principales por las que se produce una hemorragia nasal son:

- Meterse el dedo en la nariz con fuerza

- Sonarse con mucha fuerza

- Estornudar

- Cirugía de los senos paranasales o de la hipófisis (transesfenoidal)

- Un cuerpo extraño en la nariz

- Golpes o traumatismos en la nariz

- Rinitis alérgica

- Abuso de los inhaladores nasales

- Inhalación de aire muy frío o seco

- Tratamientos con antiinflamatorios

- Irritaciones debido a alergias, rinitis, resfriados, estornudos o problemas sinusales

- Hipertensión arterial

- Tabique desviado

Si padeces hemorragias nasales muy frecuentes debes consultar al profesional de medicina ya que podrían estar causadas por otras enfermedades más graves como un trastorno hemorrágico o un tumor de la nariz o de los senos paranasales.

¿Por qué la nariz sangra tanto?

La nariz tiene una gran cantidad de vasos sanguíneos muy pequeños que sangran con facilidad. Además, el movimiento del aire a través de la nariz puede irritar las membranas que la recubren, formándose costras que sangran en cuanto se hurga o al sonarse la nariz.

Por eso, las hemorragias nasales son más frecuentes en invierno, cuando los virus y el frío resecan la nariz.

Además, las hemorragias nasales son más habituales en la parte anterior.

¿Cómo actuar ante una hemorragia nasal?

1. Lo primero es sentarse y apretar suavemente las fosas nasales entre los dedos pulgar e índice para cerrar las fosas nasales. Permanece así durante unos 5 a 10 minutos. Así se reduce el riego sanguíneo de la cabeza y la nariz y se obstruye la arteria principal que irriga la nariz.

2. Hay que permanecer inclinados hacia delante para evitar tragar sangre y respirar por la boca. Tragar sangre, además, puede provocar el vómito.

3. Si cesa el sangrado, no hay que hacer nada más que limpiarse los restos de sangre con agua oxigenada o agua y una gasa.

4. Si no, se puede aplicar compresas frías o hielo en el puente nasal para detener el sangrado.

5. Si vuelve a sangrar, suénate la nariz con fuerza para expulsar los coágulos de sangre de la nariz. Después, rocía ambos lados de la nariz con un aerosol nasal descongestionante que tenga oximetazolina. Presiona de nuevo.

6. Nunca se debe taponar el interior de la nariz con gasas ni acostarse para evitar que la sangre se quede retenida.

7. Tampoco se debe aspirar o soplar por la nariz en las horas siguientes. Pero cuando haya pasado un tiempo, puedes sonarte con cuidado para expulsar los restos de coágulos que puedan quedar dentro.

8. Haz una solución salina con agua y una pizca de sal e introdúcela con cuidado en la nariz con una jeringuilla. La sal ayuda a detener la hemorragia.

9. También puedes colocar una o dos gotas de limón sobre la fosa afectada.

10. Ponte una toalla húmeda sobre la cabeza.

11. Si pasados unos 20 minutos la nariz no deja de sangrar, hay que acudir al médico.

12. Es importante mantener la calma ya que la sangre es muy escandalosa y la nariz sangra mucho, pero generalmente es un problema menor que se resuelve espontáneamente en unos minutos.

¿Cuándo acudir al médico?

- Si la hemorragia no se detiene después de 20 minutos.

- Si la hemorragia nasal aparece después de una lesión en la cabeza.

- Si la nariz se nota torcida tras un golpe.

- Si estás tomando anticoagulantes.

- Si padeces hemorragias nasales muy a menudo.

- Si la hemorragia aparece tras una cirugía.

- Te sientes débil o aturdido.

Fuente:

Pfaff JA, Moore GP. Otolaryngology. In: Walls RM, Hockberger RS, Gausche-Hill M, eds. Rosen's Emergency Medicine: Concepts and Clinical Practice. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2018:chap 62.

Redacción: Irene García

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