¿Arrepentida de no haber sido madre?
No todas las mujeres tienen claro que quieran ser madres, o puede que no encuentren a la pareja ideal en sus años fértiles y, cuando quieren darse cuenta, la ginecóloga les dice que ha llegado la menopausia, por lo que se acabó la edad fértil y ya no es posible ser madre. En ese momento, puede que sientan que se han perdido algo y que su vida ya no estará completa sin haber podido experimentar la maternidad. ¿Qué hacer si te arrepientes de no haber sido madre?
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¿Arrepentida?
Una de las perores sensaciones que podemos tener en nuestra vida es arrepentirnos de no haber hecho algo. Por eso, es importante, en cada decisión y en cada paso que demos, estar seguros de que no dejamos algo atrás ya que hay muchas situaciones que pueden revertirse o cosas que no hicimos en su momento que podemos hacer más tarde. Pero otras, como la maternidad, tienen una fecha límite, sobre todo para las mujeres ya que, llegada la menopausia, se acaba la posibilidad de ser madre. Al menos de tener un hijo biológico.
Desde que tenemos la primera regla en torno a los 12 años hasta que nos llega la menopausia en torno a los 50, las mujeres tenemos la capacidad biológica de concebir un hijo y tener un embarazo. Actualmente, incluso aquellas que hace años no podían tener hijos por diversos problemas de fertilidad, pueden lograr su sueño gracias a las técnicas de fertilidad asistida.
Sin embargo, no todas las mujeres quieren tener hijos ni formar una familia. Algunas no sienten esa necesidad ni esa presión de la sociedad y son muy felices toda su vida sin ser madres. Otras, en cambio, quieren tener hijos, pero no encuentran a la pareja adecuada y no se animan a ser madres solteras. Y luego está un tercer grupo que piensa que no quiere tener hijos pero que, cuando ya no pueden tenerlos, se dan cuenta de que realmente sí les hubiera gustado ser madres y se arrepienten de no haber tomado esa decisión en su momento. Esa sensación de arrepentimiento puede pesarles el resto de su vida y hacerles sentir que tienen un vacío dentro que nunca podrán llenar, lo que puede resultar muy triste e incluso causarles depresión. En estos casos, lo mejor es saber actuar cuanto antes para evitar que esa decisión condicione el resto de nuestra vida.
¿Todavía es posible ser madre?
Lo primero que debes hacer si te arrepientes de no haber sido madre es acudir a tu ginecólogo para valorar si todavía es posible que lo consigas. La fertilidad no depende solo de la edad, aunque va muy ligada a esta, sino que también depende de la salud de cada mujer y de sus condiciones concretas. A algunas mujeres les llega la menopausia con 45 años y a otras con 52. Pregunta a tu médico si todavía hay posibilidades reales de concebir un hijo mediante las técnicas de reproducción asistida.
Si te dice que no haya nada que hacer y que solo gastarás tiempo, dinero y salud, hay otras opciones. Si tienes óvulos congelados, puedes recurrir a un vientre de alquiler que, aunque no es legal en España, sí lo es en otros países como Estados Unidos. Y si no tienes óvulos congelados, puedes recurrir a una donante de óvulos y un vientre de alquiler.
Otra opción es la adopción, aunque la mayoría de países tiene normas muy estrictas sobre la edad de los padres adoptivos, y generalmente no se permite adoptar a mayores de 45 años. No obstante, estas normas son menos estrictas si hablamos de niños con diversos problemas de salud o para acoger a un niño. Aunque tendrás que tener claro que estos casos son mucho más complicados y deberás estar preparada para hacer frente a los problemas que puede implicar educar o cuidar de un niño con estas características.
También exista la posibilidad de que te conviertas en “madrastra” si tu pareja tiene hijos y, aunque esta palabra suene muy mal, no tienes por qué ser una bruja como las de los cuentos. Es posible llevarse muy bien con los hijos de tu pareja y quererlos tanto que acaben siendo como tus propios hijos, sobre todo si los conoces desde pequeños y tienes mucha relación con ellos. Quizá no es el papel que habías soñado, pero puede ser realmente maravilloso si todo va bien.
Piensa en lo positivo de tu vida
Aunque es posible que no se pueda dar ninguna de estas opciones y que, simplemente, tengas que hacerte a la idea de que no eres madre ni lo serás nunca. Pero no debes dejar que eso te haga ser infeliz. Puedes disfrutar de tus sobrinos, de los hijos de tus amigos o de tu vida. Piensa todas las cosas positivas que tienes en tu vida: tu pareja, tu familia, tu trabajo, tus amigos… Y todas las cosas que puedes hacer ya que no te ata nadie: viajar, salir de fiesta, gastar todo lo que ganas en ti misma, etc.
No te centres en lo negativo ni te pases el día pensando en aquello que no tienes, sino que debes centrarte en lo que sí has conseguido y en los sueños que todavía te quedan por cumplir. Seguro que hay muchas cosas que siempre has deseado hacer y que sí puedes hacer. Ve a por ellas y no dejes que la decisión que tomaste (o que las circunstancias tomaron por ti) arruine el resto de tu vida. Vida solo hay una, al menos que sepamos con seguridad, y hay que disfrutarla al máximo e intentar ser lo más felices posible cada día.