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5 cosas que no sabías sobre tu suelo pélvico

5 cosas que no sabías sobre tu suelo pélvico

La mayoría de mujeres que no ha pasado por un embarazo apenas si sabe nada sobre su suelo pélvico, pero es una parte fundamental de nuestro organismo que debemos cuidar desde jóvenes para evitar problemas de mayores como pérdidas de orina.

Índice

¿Suelo pélvico? ¿Y eso qué es? ¿Seguro que lo tengo yo? Pues sí, seguro, todas las mujeres y hombres tienen suelo pélvico, aunque varía un poco de unas a otros por las diferencias anatómicas entre ambos.

Si eres de las que apenas si había oído hablar del suelo pélvico, seguro que estos datos te resultan muy interesantes.

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es un grupo de músculos que se extienden desde el final de la columna vertebral (en la base de la espina dorsal) hasta el hueso púbico, en la zona del periné. Este grupo de músculos soporta el útero, la vejiga y el intestino. Estos músculos pueden ser fuertes o débiles, largos o cortos, apretados o sueltos, y se contraen y relajan dependiendo de nuestros movimientos y acciones.

¿Para qué sirve el suelo pélvico?

Sirve para sostener en su lugar los órganos internos inferiores y para mantener los esfínteres en forma y cerrados. Además, ayuda a tener orgasmos más intensos si tenemos un suelo pélvico sano. ¡Eso es! ¡Cuanto más fuerte sea tu suelo pélvico, más increíbles serán tus orgasmos! Las contracciones que experimentamos durante el clímax provienen del suelo pélvico, por lo que cuanto más tensos estén esos músculos, más intensos serán estos espasmos.

Y, cuanto más débiles sean, más posibilidades de sufrir incontinencia urinaria o fecal, dolor en las relaciones sexuales, etc. 

Pero no solo las mujeres tenemos suelo pélvico, también los hombres lo tienen. En el caso de los hombres, va desde el hueso púbico (justo encima de la base del pene) hasta el cóccix (parte final de la columna vertebral). Por lo tanto, ellos también deben ejercitarlo para mejorar la fuerza y la resistencia de los músculos perineales masculinos. Esto ayuda a prevenir y suavizar casos de dolor pélvico, disfunción eréctil, prolapso rectal y recuperación tras cirugías de próstata.

Es fundamental en el embarazo y el parto

La mayoría de mujeres comienza a oír hablar del suelo pélvico en el embarazo ya que este grupo de músculos son clave para sujetar al bebé y ayudar durante el parto. Además, los músculos del suelo pélvico, sus nervios y tejidos son los encargados de provocar las contracciones del parto y de favorecer los pujos para permitir que el bebé salga.

Durante la gestación, el suelo pélvico sufre una gran distensión y tiene que soportar todo el peso del bebé, a lo que hay que añadir una disminución del tono muscular debido a los cambios hormonales del embarazo. Todo ello puede provocar, ya durante la gestación y también en el posparto, síntomas de incontinencia, la mayoría de los casos, leve.

Puede causar ciertos problemas si no se ejercita

Después del embarazo y el parto los músculos del suelo pélvico quedan debilitados, pero incluso en mujeres que no han tenido hijos es importante cuidar el suelo pélvico ya que los cambios hormonales ligados a la menopausia también debilitan estos músculos, pudiendo causar incontinencia urinaria (las famosos “pérdidas de orina”), incontinencia fecal y problemas sexuales.

También pueden ver el suelo pélvico debilitado las mujeres que hacen mucho ejercicio, ya que los deportes de impacto o que requieren un gran esfuerzo causan un gran daño al suelo pélvico, pudiendo igualmente provocar incontinencia y otros problemas.

Asimismo, otros enemigos del suelo pélvico son: estreñimiento, tos crónica y alergias, sobrepeso y obesidad, levantar pesos a menudo, malas posturas, ejercicios hiperpresivos y llevar ropa muy ajustada en la zona.

El estrógeno es una de las hormonas más importantes en el cuerpo femenino, responsable de la salud de nuestro cabello, piel, ojos y suelo pélvico. Por eso, durante la menopausia, el descenso del nivel de estrógenos puede debilitar el suelo pélvico y causar incontinencia u otros trastornos.

Por eso, es importante ejercitar estos músculos al igual que ejercitamos los del resto del cuerpo desde jóvenes, aunque siempre estamos a tiempo de rehabilitar un suelo pélvico dañado y mejorarlo.

Ejercicios de Kegel

La mejor manera de ejercitar estos músculos es haciendo ejercicios del suelo pélvico llamados Kegels o ejercicios de Kegel. Fueron creados por primera vez por el Dr. Arnold Kegel en 1948 y desde entonces han sido recomendados por ginecólogos de todo el mundo como la mejor manera de mejorar la salud del suelo pélvico.

Son muy sencillos y, además, se pueden practicar en cualquier momento y lugar. ¿En qué consisten? Haz contracciones con los músculos del perineo (para tomar conciencia de la situación exacta imagínate que estás reteniendo la micción). El ejercicio debe hacerse con cierta fuerza, contrayendo a la vez los músculos que cierran el canal urinario y el recto. Mantente así 5 segundos, respirando normalmente, y después relaja. Hazlo varias veces al día.

También puedes usar ejercitadores del suelo pélvico, aparatos que se venden y que se colocan dentro de la vagina, ayudando a ejercitar estos músculos. Las bolas chinas también son útiles.

Según un reciente estudio de Intimina, un 94% de los participantes afirmó que sabía todo acerca de los beneficios del entrenamiento, a través de revistas o amigos. Sin embargo, el 35% confesó que solo hacía sus ejercicios de Kegel "a veces" y un 19%, "casi nunca", a pesar de que es muy importante ejercitarse para evitar los problemas antes descritos.

Fuente:

Elsevier: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-anatomia-del-piso-pelvico-S0716864013701482

Redacción: Irene García

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