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Cambios en la menopausia

Cambios en la menopausia

La menopausia se produce porque los ovarios de la mujer dejan de producir estrógenos y progesterona. Se considera que la mujer tiene menopausia cuando pasa un año completo sin tener menstruación, lo que suele ocurrir entre los 45 y los 55 años, aunque la edad más común es alrededor de los cincuenta.

 

 

 

Índice

Los cambios que sufrimos las mujeres en la menopausia pueden ser tanto físicos como psicológicos y, en ocasiones, pueden afectarnos más de lo que deberían. Estos cambios pueden ser a corto o a largo plazo.

Los sofocos

Los sofocos son uno de los síntomas característicos de la menopausia, se perciben como una súbita sensación de calor que surge del pecho y produce un aumento del flujo sanguíneo hacia el cuello, la cara y el tórax, acompañado de sudoración y palpitaciones. Suelen durar unos minutos, aunque pueden hacerlo durante más tiempo. La temperatura corporal puede aumentar entre 1 y 2 grados y, al acabar, se suele producir una sensación de frío. La aparición de sofocos también durante la noche se asocia a interrupciones del sueño, dificultad en la concentración y falta de memoria.

Para intentar llevarlos lo mejor posible, algunos de los consejos que se recomiendan son:

- Fijar el termostato a 18 grados centígrados.

- Vestir fibras naturales como el algodón y utilizar capas al vestir para poder ir eliminando prendas.

- Buscar y evitar posibles potenciadores como cafeína, alcohol, comidas especiales y cigarrillos.

Para intentar paliar las alteraciones del sueño derivadas de los sofocos nocturnos, se recomienda seguir las pautas de higiene del sueño, las cuales incluyen:

- Crear una rutina para ir a la cama.

- Evitar la cafeína y el alcohol antes de ir a dormir.

- Eliminar los dispositivos electrónicos del dormitorio.

- Realizar ejercicio en las primeras horas del día.

- Dejar la cama si no se puede dormir.

A medio plazo se produce disminución del trofismo, es decir, de la nutrición, el desarrollo y la conservación de los tejidos de algunos órganos por la bajada en el nivel de los estrógenos que circulan en la sangre. La vagina, la uretra y la vejiga principalmente sufren estos cambios hormonales. Por ello se producen síntomas como la dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) por la falta de lubricación, dolor al orinar, incontinencia urinaria y aumento de la frecuencia de infecciones como la cistitis y la vaginitis.

Cambios en la piel y el cabello

Estos también se ven afectados por la disminución de estrógenos, que hace que disminuyan las fibras colágenas. El vello facial se puede ver potenciado debido a la sensibilidad a la testosterona, y el cuero cabelludo se puede ver afectado por el declive de estrógeno, haciendo que se pierda más pelo. La piel se vuelve más fina y débil, pierde elasticidad y se deshidrata, lo que hace que aumenten las arrugas. Esto puede suponer también un riesgo a largo plazo, ya que a nivel interno la masa ósea se debilita y causa más posibilidades de sufrir una angina o patología cardiovascular u osteoporosis.

Para intentar retrasar y mejorar estos cambios se pueden seguir estos consejos:

- Beber suficiente agua para estar bien hidratada.

- No tomar demasiados baños, ya que, al contrario de lo que se pueda pensar, mojar la piel no hace que esté más hidratada, sino que se reseque más. Una correcta hidratación viene desde dentro.

- Si los síntomas se vuelven demasiado molestos, existe terapia hormonal.

Cuesta más perder peso

Uno de los cambios más conocidos durante la menopausia es que se engorda más, pero nada más lejos de la realidad: lo que en realidad ocurre es que cuesta más perder peso. El metabolismo va más lento y le cuesta eliminar más las grasas. Normalmente una mujer suele ganar de 1 a 3 kilos durante la transición a la menopausia, por lo general en la zona de abdomen inferior, que es donde naturalmente se acumulan los excesos de grasa.

El culpable de este cambio parece que es la disminución de los estrógenos, ya que, a las células de la grasa en las áreas de la cadera, los muslos y las nalgas les faltan receptores para dicha hormona y se produce una desaceleración del metabolismo, acompañado de una disminución de la masa corporal magra y una mayor acumulación de la grasa corporal. Además, hay que tener en cuenta el hecho de que con la edad nos volvemos menos ágiles y más sedentarios. La falta de movimiento traerá consecuencias como la falta de masa muscular y una mayor debilidad generalizada, por lo que lo mejor para combatir la menopausia es continuar con una vida activa.

Respecto a los cambios psicológicos, la menopausia está relacionada con la ansiedad y la irritabilidad, así como con los cambios de humor.

La menopausia puede ser un período difícil. Además de los síntomas con los que puede ser duro tener que lidiar, pueden presentarse muchos cambios estresantes en la vida al mismo tiempo. El miedo o la angustia a sufrir una situación vergonzosa debida a alguno de los síntomas como los sofocos o el sudor excesivo hace que las mujeres se sientan más nerviosas y, por lo tanto, se pueda sufrir ansiedad.

En cuanto a las alteraciones del estado de ánimo, estas son muy cambiantes. Lo que sucede es que nos enfadamos sin saber por qué, estamos más susceptibles que de costumbre, etc. Pero no hay de qué preocuparse, ya que esto es completamente normal. El primer paso, por tanto, es aceptar que la menopausia ha llegado a nuestra vida.

Fuente:

Instituto de la Menopausia

Redacción: Cristina Rodríguez

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