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Las mujeres reciben más mentiras piadosas en las evaluaciones que los hombres

Las mujeres reciben más mentiras piadosas en las evaluaciones que los hombres

A lo largo del día, todos decimos más de una mentira piadosa, también llamadas mentiras blancas, es decir, mentiras que buscan no ofender o hacer daño al otro: decirle a tu marido que te encanta el horrible plato que ha cocinado, a tu amigo que su nuevo corte de pelo te encanta o a tu madre que sus cortinas nuevas son preciosas. Pero estas mentiras pueden ser también peligrosas, sobre todo en el lugar de trabajo.

Índice

¿Las mujeres reciben más mentiras piadosas que los hombres?

Pues según un nuevo estudio, sí, al menos en el ámbito de las evaluaciones personales laborales. Según una nueva investigación realizada por Lily Jampol y Vivian Zayas, profesora asociada de psicología en la Facultad de Artes y Ciencias de Cornell, las mujeres tienen más probabilidades de recibir comentarios de rendimiento imprecisos.

En su artículo, "Mentiras blancas de género: las mujeres reciben comentarios de rendimiento inflados en comparación con los hombres", Zayas y Jampol encuentran que las mujeres de bajo rendimiento reciben comentarios de rendimiento menos sinceros, pero más amables, en comparación con los hombres de bajo rendimiento.

Se dice que las mentiras piadosas preservan las relaciones, evitan dañar a la otra persona o presentarse de manera positiva, es decir, a menudo reflejan intenciones benignas, pero en algunos contextos pueden ser problemáticas. Como explican las autoras de esta investigación: “dado que la retroalimentación del desarrollo del desempeño laboral es un proceso omnipresente e importante en la mayoría de los lugares de trabajo y de la vida laboral de muchas personas, el acceso a una retroalimentación justa y precisa debe estar disponible para cualquier persona que necesite mejorar, independientemente de su grupo social”. Pero las mujeres, según este estudio, no recién una retroalimentación o feedback real, lo que puede impedirles mejorar y, por lo tanto, ascender y llegar a puestos de trabajos relevantes.

El estudio se suma a un sólido cuerpo de investigación que muestra las diferencias de género en las evaluaciones de desempeño. Investigaciones anteriores han demostrado, por ejemplo, que las mujeres se describen más cálidamente y con palabras más positivas que los hombres en las revisiones narrativas de desempeño, mientras que se evalúan de manera más negativa en medidas de desempeño más objetivas y cuantitativas. Se elogia a las mujeres por su trabajo y se les asigna menos recursos que los hombres. Las mujeres también informan que reciben menos comentarios negativos de los gerentes.

El objetivo principal de este nuevo estudio, por tanto, era proporcionar evidencia empírica de que existe una mayor propensión a distorsionar positivamente la información, o decir mentiras piadosas, a las mujeres durante las evaluaciones cara a cara.

Datos del estudio

Los investigadores utilizaron dos estudios para probar esta hipótesis. En el primero, que midió las percepciones de los participantes sobre las acciones de otra persona, los participantes leyeron una evaluación hipotética del gerente sobre el bajo rendimiento de un empleado. Luego leyeron qué comentarios eligió el gerente para darle directamente al empleado. Los participantes fueron asignados aleatoriamente para leer diferentes declaraciones de retroalimentación, que van desde la retroalimentación veraz, que fue la más dura, hasta la declaración menos veraz, que también fue la más agradable.

Se pidió a los participantes del estudio que adivinaran el género del empleado basándose en los comentarios que el jefe había elegido dar.

"Los participantes adivinaron abrumadoramente que un empleado de bajo rendimiento al que se le había dicho una mentira piadosa, la menos sincera, pero la mejor respuesta, era una mujer. Este hallazgo sugiere que los participantes creen que es probable que esto ocurra al dar retroalimentación".

El segundo estudio examinó si los participantes tenían más probabilidades de decir mentiras piadosas a una mujer de bajo rendimiento, en comparación con un hombre.

Para el segundo estudio, los investigadores pidieron a los participantes que calificaran dos ensayos mal escritos, con los escritores identificados únicamente por sus iniciales, AB o SB; sus géneros no se conocían. Dado que los participantes no sabían el género de los escritores y la evaluación se realizó en privado, sus calificaciones representan cómo realmente evaluaron el ensayo.

Después de enviar sus calificaciones, se les pidió a los participantes del estudio que proporcionaran comentarios directamente a cada escritor por chat, para que el escritor pudiera mejorar. En este punto, se revelaron los nombres de los escritores (Andrew o Sarah), revelando que uno era un hombre y el otro una mujer.

Los participantes enviaron una calificación a cada escritor, así como comentarios sustantivos para mejorar sus ensayos. Los participantes tenían más probabilidades de decir mentiras piadosas a la escritora, inflando las calificaciones de Sarah casi una calificación de letra completa más alta que la de su evaluación privada inicial. También le dieron comentarios más positivos que a Andrew. En contraste, la retroalimentación en persona del hombre fue estadísticamente indistinguible de las evaluaciones no reveladas de su trabajo por parte de los participantes.

La igualdad laboral no existe

Esto nos lleva a una dura conclusión: la igualdad laboral no existe y las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres. ¿Quién crees que ascenderá en una empresa: un hombre al que se le dice la verdad y cómo mejorar si no trabaja del todo bien, o una mujer a la que se miente y, por lo tanto, no puede mejorar? Este sesgo en las evaluaciones personas, aunque sea por un supuesto buen motivo, es muy dañino para las mujeres, ya que no les permite conocer la verdad sobre su desempeño laboral y, por lo tanto, no podrán mejorar ni ascender.

Además, ese paternalismo propio de muchos jefes con sus empleadas femeninas es un modo de machismo que debe ser desterrado de las empresas. Las mujeres deben ser tratadas de la misma manera que los hombres en todos los ámbitos y no hace falta decirles mentiras piadosas sobre su trabajo ni dulcificar las cosas. Flaco favor les hacemos así.

Fuente:

Lily Jampol et al. Gendered White Lies: Women Are Given Inflated Performance Feedback Compared With Men, Personality and Social Psychology Bulletin (2020). DOI: 10.1177/0146167220916622

Redacción: Irene García

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