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No consigo salir de casa

No consigo salir de casa

¿No tienes ganas de salir de casa o eres incapaz de salir de tu casa? El primer caso puede deberse a una depresión, ansiedad, estar atravesando un mal momento o un proceso de duelo. En el segundo caso, si eres incapaz de dar un paso más allá de la puerta de casa, probablemente sufras agorafobia.

Índice

¿En qué consiste la agorafobia?

Entre los principales motivos por los que una persona puede estar afectada por la agorafobia y decide no salir de su casa y pasarse los días encerrado en ella encontramos:

1- Depresión. Sin duda, uno de los más frecuentes ya que la depresión implica apatía, desgana, tristeza, falta de interés por las cosas, negatividad… Todos esos sentimientos hacen que no apetezca hacer nada ni salir de casa, solo pasarse el día tumbado en la cama o el sofá triste y abatido. Otros síntomas de la depresión son pensamientos suicidas o recurrentes acerca de la muerte, aumento o disminución de peso y apetito, problemas para concentrarse y trabajar, fatiga, sentimientos excesivos de culpabilidad o inutilidad, etc. Si piensas que puedes estar deprimido, es importante que acudas cuanto antes al psiquiatra para que te recomiende el tratamiento más adecuado que suele incluir antidepresivos y terapia psicológica.

2- Atravesar un mal momento personal. Puede que el no salir de casa sea algo temporal ligado a un mal momento que estás atravesando porque has roto con tu pareja, te han echado o has perdido a un ser querido. Durante este primer momento es normal que no tengas ganas de salir de casa ni de hacer nada ya que la tristeza y la apatía te invaden. Sin embargo, a no ser que esto se transforme en una depresión, lo normal es que poco a poco vayas superando el duelo y vayas teniendo ganas de salir de nuevo y volver a hacer cosas. Intenta ver el lado bueno de las cosas y céntrate en los aspectos positivos de tu vida para que los negativos no lo invadan todo. Date tu tiempo que seguro que unos días vas mejorando.

3- Ansiedad. Los trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad social (TAS) o fobia social, la agorafobia o el estrés postraumático pueden hacer que no seas capaz de salir de casa ya que sientes un miedo intenso a que te pase algo malo al salir. Las personas con estos trastornos se sienten seguras en casa e inseguras fuera, hasta tal punto que sufren crisis de ansiedad y fobia que les impiden poner un pie fuera de casa. Normalmente, es la agorafobia la principal causante de este problema, por lo que nos centraremos en ella.

Síntomas y causas de la agorafobia

La agorafobia es, literalmente, el miedo a los espacios abiertos como parques o plazas ya que viene del griego ágora (la plaza pública central de las ciudades griegas) y fobia (miedo). Sin embargo, la agorafobia no es simplemente tener pánico a estar en sitios abiertos, sino a que te pase algo a estar en un sitio grande que no controlas. Las personas con este trastorno sufren ataques de ansiedad y angustia al verse desprotegidas en entornos que no controlan, no como su casa, un sitio para ellas seguras que sí pueden controlar. Tienen miedo de no poder recibir ayuda si les pasa algo en esos lugares, por lo que evitan ciertos sitios, como plazas concurridas, centros comerciales o transportes públicos, o salen solo a sitios cercanos del barrio. Algunas, incluso dejan de salir totalmente de casa y se encierran durante años.

Algunas de las características que presentan las personas con agorafobia son:

1- Angustia y miedo irracional al estar en ciertos lugares concurridos, abiertos o poco familiares.

2- Ataques de ansiedad y pánico antes situaciones que no controla con síntomas físicos como asfixia, dolor en el pecho, mareo, desmayo, náuseas, palpitaciones, problemas para respirar, sudoración, temblores, etc.

3- Miedo a estar solo y dependencia de otros.

4- Desesperanza.

5- Sentir miedo a perder el control o sufrir un ataque antes de que este ocurra.

6- Sensación de que el cuerpo es irreal.

7- Permanecer en la casa por períodos prolongados.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los síntomas de agorafobia no siempre son los mismos y los desencadenantes también pueden ser diferentes. Así, una persona puede sufrir un ataque al verse rodeada de mucha gente en al autobús, mientras que otra puede ponerse nerviosa simplemente con salir de su calle. Asimismo, las personas con esta fobia suelen ser diagnosticadas con otros trastornos como el trastorno del pánico o el trastorno del estrés postraumático, lo que puede dar lugar a más problemas.

Sea como sea, es un trastorno incapacitante que limita la calidad de vida de una persona, sobre todo la de aquellas que ni siquiera pueden salir de su casa ya que eso les impide trabajar (a no ser que teletrabajen), tener una vida social y familiar normal, etc.

En cuanto a las causas, son muchas las situaciones que pueden desencadenar este problema, como un ataque o trauma ocurrido en la calle (violación, robo, secuestro…) que haga que esa persona tenga miedo de que le vuelva a ocurrir algo así; un estilo de vida estresante que desencadene este trastorno mental; causas orgánicas o biológicas que favorezcan la aparición de este problema, etc.

Aunque no se saben muy bien las causas concretas de la aparición de este trastorno, se ha descubierto que hay un fuerte vínculo entre los niveles anormalmente bajos de serotonina (una hormona que produce nuestro cerebro para regular ciertas conductas y necesidades corporales) en algunas partes del cerebro y la aparición de la agorafobia. Estos niveles bajos pueden estar causados por alguna mutación genética o por una descompensación química causada por ciertas experiencias o el consumo de ciertas sustancias (drogas o fármacos) o una mezcla de ambos.

¿Cómo se puede tratar este trastorno?

El primer paso para un tratamiento eficaz es el diagnóstico de la enfermedad. Después, habrá que acudir a un psiquiatra especializado en el tema que valorará el mejor tratamiento, aunque suele ser una combinación de fármacos y terapia psicológica.

El cuanto a los fármacos suelen utilizarse tanto antidepresivos como ansiolíticos, siempre bajo estricta supervisión médica ya que son medicamentos muy fuertes y con importantes efectos secundarios.

Respecto al abordaje psicoterapéutico, lo más efectivo es la Terapia Cognitivo-Conductual que busca ayudar a la persona afectada a superar sus miedos trabajando sobre sus hábitos y acciones cotidianas logrando que encuentre la causa de su miedo y cómo afrontarlo para poder, poco a poco, salir de casa sin sufrir ataques. La persona afectada aprende entender sus miedos y separar las creencias catastróficas (lo que cree que le puede pasar) de las reales. Este proceso suele ser lento, por lo que hay que tener mucha paciencia, pero es muy efectivo. Las técnicas de relajación son un buen complemento para alcanzar el éxito.

Se suele recurrir a la exposición gradual al miedo, es decir, exponer al paciente a aquellas situaciones que le causan pánico gradualmente para que pueda ir superándolas.

Con una combinación de todos estos tratamientos, se consigue superar la agorafobia o el miedo a salir de casa para poder volver a tener una vida normal.

Fuente:

Badós, A. (2006). Tratando pánico y agorafobia. Madrid: Pirámide.

Redacción: Irene García

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