¿Por qué las mujeres son infelices?
La búsqueda de la felicidad ha sido y continúa siendo una de las mayores preocupaciones del ser humano. La felicidad es ese estado de ánimo que sienten las personas cuando se encuentran plenamente satisfechas al gozar de lo que realmente desean.
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¿De qué depende la felicidad?
El término felicidad suena maravillosamente bien y es fascinante saber que mucha gente con muy poquito consigue ser realmente feliz. Sin embargo, la felicidad también tiene su antónimo. La infelicidad, eso es, la emoción de no poder ser feliz, y que hace referencia muy a menudo a la percepción que se tiene de la vida. Esta sensación viene motivada, en ocasiones, por la falta de algún ser querido o porque algo o alguien impide que esta se alcance plenamente.
Esta desdicha o falta de felicidad está más presente de lo que creemos y son muchas las mujeres que se sienten más infelices por una u otra razón. Sin embargo, existen algunos motivos principales que las hacen infelices.
Una de las razones viene generada por la envidia. Así es, esa sensación de tristeza o enfado que experimenta alguien que carece de algo y que otra persona posee. La envidia o la dificultad para admirar a cualquiera son motivos que hace a las mujeres sentirse más infelices. Cuando consiguen superar la envidia, autoaceptarse tal y como son, con virtudes y defectos, logran ser un poco más felices.
Además, a día de hoy, el temor frecuente a lo que les sucederá o no en el futuro les impide conseguir una felicidad completa. Cuánto mayor preocupación vean en su futuro, más infelices serán. Esto quiere decir que existen muchas mujeres que dedican más tiempo a reflexionar sobre lo que va a suceder, si saldrá mal, etc., que a pensar en todo lo que podría salir bien. Por lo tanto, existe una saturación constante de preocupaciones.
El rol de cuidadoras de la familia de las mujeres también hace que sean más infelices, ya que tienen una gran carga de trabajo físico y emocional extra al ocuparse mayoritariamente del cuidado de los niños y los mayores, lo que las desgasta mucho. Por eso, su esperanza de vida es mayor, pero no siempre llegan a esas edades felices.
La comparación con los demás, y sobre todo con el resto de mujeres, les hace también más infelices. Comparar constantemente la vida que tienen con la de otras personas es una práctica muy común que se debe evitar en la medida de lo posible. Es aconsejable no tomar cualquier cosa como algo personal ni creer que las demás personas son las responsables de los sufrimientos o padecimientos que se tienen. Poco a poco esta comparación provoca unos celos incoherentes que también fomentan la infelicidad.
La falta de confianza es otra de las causas que origina la infelicidad en las mujeres. Normalmente, las mujeres que no confían en casi nadie y que no están dispuestas a “abrir la puerta” a nuevas personas a las que les gustaría formar parte de su vida, son a menudo mucho más infelices. Sin embargo, cuánto mayor confianza se tenga en las personas, más felicidad sentirán.
Quejarse continuamente por todo es un comportamiento de autorrefuerzo. Es decir, hablar continuamente de lo mal que va todo reafirma todos los pensamientos pesimistas y termina provocando una infelicidad que podría no haberse originado. Si algunas mujeres se quejan de manera constante de lo injusta que puede llegar a ser la vida con ellas serán más infelices.
Otra de las causas que provoca la infelicidad es asumir siempre el rol de víctimas, independientemente de la situación en la que se encuentren. Esto es muy común en las mujeres que tienen una baja autoestima. Esa dificultad que tiene la persona para sentirse valiosa viene a menudo motivada por el pensamiento de que la vida es muy difícil y que no se puede hacer nada para impedirlo. Esta imposibilidad impuesta lo único que fomenta es mayor pesimismo, y por tanto, más infelicidad.
No obstante, la infelicidad de las mujeres también depende del lugar en el que vivan. Por ejemplo, las mujeres europeas suelen ser más felices que las mujeres que viven en países donde la pobreza y la desigualdad son el pan nuestro de cada día. Países en los que las mujeres apenas tienen acceso a la educación, el trabajo, la política, el matrimonio es forzoso...
¿Es cierto que las mujeres más inteligentes son más infelices?
A lo largo de la vida, hemos ido escuchando con frecuencia el famoso dicho sobre la ignorancia y la felicidad, pues es muy común oír hablar de que cuánto más ignorante uno es, más felicidad posee. Pero ¿es realmente así?
Pues bien, un estudio de una universidad de Canadá logró hallar el vínculo entre los cuadros depresivos y el cociente intelectual. ¿Y qué descubrieron? Que los sujetos que manifestaban mayores síntomas de preocupación conseguían las notas más altas en los test de inteligencia.
Esto significa que las personas más inteligentes tienen un cargo de conciencia mayor, tienen mucha memoria, recuerdan el pasado con facilidad, se cuestionan más cuál hubiera sido la mejor forma de actuar ante una determinada situación y, por tanto, son más infelices.
Además, algunos rasgos que presentan determinadas personas como pensar demasiado o querer lo mejor en cada situación se vuelven un obstáculo para la felicidad. Esto explica que sean las mujeres más infelices ya que, por norma general, son ellas quienes se preocupan más por todo y con frecuencia le dan más vueltas a las cosas de la vida.
Nada es tan malo como parece, así que si eres algo más infeliz que el resto, recuerda que puede ser debido a tu inteligencia.
