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No consigo lo que quiero

No consigo lo que quiero

No consigues lo que quieres. Es un concepto universal de insatisfacción desmedida. Tiene la capacidad de extenderse como una nube ácida por todos los ámbitos de tu vida. Puede que no tengas trabajo o que no estés haciendo lo que realmente te gusta. Que te angustie estar soltero o que tu pareja no te llene. Tus relaciones de amistad no son todo lo verdaderas que te gustaría. La relación con tu familia no es tan cercana ni tan íntima. Tu ciudad no te ofrece nada nuevo. En definitiva: nada ha cumplido tus expectativas. Sientes que todo lo que hay en tu vida te atrapa en lugar de liberarte… Y el daño colateral eres tú. Porque no consigues lo que quieres.

 

 

 

Índice

Siempre queremos algo más

Para empezar, tacha de la oración la palabra ‘conseguir’. Porque es un concepto que desactualiza al presente. La Real Academia Española la define como “alcanzar, obtener o lograr lo que se pretende o desea”. El ejemplo más visual es como si tuvieras  gastando todo tu tiempo en alcanzar la manzana más brillante, más roja, y más alta del árbol… Pero nunca la coges, porque no eres tan alto. Entonces, empezarás a pensar que el problema es tu medida, que eres insuficiente para tener lo que deseas. Y, en esa lucha absurda, te has perdido la brisa del bosque, el atardecer que tiñe de dorado los árboles y las cinco manzanas que cayeron justo a tu lado… Que quizá no eran como aquella que querías, pero estaban igual de exquisitas.

Pero no es sólo culpa tuya. Estamos contaminados de mensajes que buscan ir siempre un paso más allá. Conseguir, comprar, adquirir, mejor, más… Estamos ante la lucha del ‘quién puede más’, ante una carrera de obstáculos que nos convierte en personas insaciables. Comemos pero no nos saciamos. Queremos pero buscamos a alguien mejor. Compramos pero se pasa de moda. Y al final no estamos alimentados, no sabemos amar e invertimos en cosas para gustar a gente a la que no les importamos.

No conseguir lo que quieres es la punta del iceberg de la insaciabilidad. Siempre preferimos tener más que menos. Ante el supuesto de insaciabilidad, nos convertimos en máquinas de desear, incapaces de dejar de optimizar. Es una paradoja, porque tenemos un infinito por llenar y una vida limitada para intentarlo. Quizá es cierto que siempre podemos aumentar nuestra felicidad, pero puede llegar un punto en el que sea imposible disminuir nuestra infelicidad.

Ya desde pequeños nos dicen que debemos desear algo cuando soplamos las velas de cumpleaños. “Pide un deseo pero no lo digas en voz alta” es una frase cargada de intenciones, primero porque instalan en nuestras cabezas el concepto de ‘buscar algo’. Los niños, que aún no entienden del todo la complejidad de alcanzar algo en un futuro, empiezan a entender que deben hacerlo. Y lo más importante: guardarlo para ellos mismos, para que no se lo roben, para que sea ‘secreto’. Que algo tan íntimo como un deseo no se pueda compartir con nadie es muy significativo. Porque permanece en el subconsciente, en la parte incontrolable de nosotros mismos, haciendo que pertenezca al mundo de lo ‘no-real’. Pero no hay que confundir conceptos: tener sueños nos hace seres sensibles y comprometidos con la vida. El problema surge cuando idealizamos tanto nuestros deseos que nunca se terminan de cumplir, ya que en nuestras mentes era mucho más grandioso. La insaciabilidad es en un sentido negativo, un fracaso de término: nunca hay suficiente porque en el momento de dar por bueno el deseo realizado, cerrado su paréntesis, se propone como todavía no alcanzado.

Pero, si todo es relativo y bien es cierto que “no es  más rico quien más tiene sino quien menos necesita", si nos topamos con el genio de la lampara, ¿no sería lo mejor desear no desear? La respuesta parece sencilla, pero no lo es. Quizá lo más honesto sería decir que necesitamos desear, que no es un sentimiento que traiga sentimientos negativos. Pero no debemos dejar que la ambición nos impida disfrutar de lo conocido, de lo que tenemos.

Consejos para alcanzar tus metas

- El principal problema para conseguir lo que quieres es que no sabes lo que quieres.

La vida no tiene guión ni manual de instrucciones. No existen verdades absolutas, remedios infalibles ni mapas trazados de antemano para ti. A cada persona le hacen feliz unas cosas. Empieza buscando objetivos pequeñitos, brillantes, retadores que te permitan seguir conociéndote.

- Equivócate en la dirección correcta

Ten todos los errores necesarios para conseguir lo que quieres. El fracaso no es más que una opinión. Puede que no obtengas el resultado exitoso que esperabas. Pero eso sólo es una señal, que apunta en la dirección en la que deberías avanzar para acercarte más al resultado que quieres lograr. Relativiza las cosas, sigue el camino. Puede que estés atravesando una etapa de crisis existencial, pero no te preocupes… Para sentirte completo, no hay nada mejor que dar un paso hacia atrás y ganar impulso. Pregúntate, habla contigo mismo. Cualquier oportunidad puede ser tu momento.

- Most Important Things

Prioriza tus pasiones por encima de todo lo demás, dales un hueco en la rutina diaria y no olvides hacer algo cada día relacionado con tus MIT (most important things) para no alejarte nunca de lo que verdaderamente es esencial para ti.Y por supuesto nunca dejes de hacer cosas por primera vez, déjate llevar.

- Cambia tu mirada

Al final, casi todo tiene que ver con la perspectiva. Si estás atascado en una situación que te hace sentir que todo te ha decepcionado: aléjate. Vete de viaje, cerca o lejos, desconecta durante una hora de tu rutina y mira tu vida como si fuera una obra de arte. Porque sea como sea, lo es.

- Perdón, te quiero, gracias

Estas tres palabras cambian el mundo. Si no consigues lo que quieres, puedes decírtelas a ti mismo –y a los que hacen que tú seas tú– todos los días. Si te perdonas, te quieres y agradeces todo lo que tienes de verdad, nunca más tendrás la sensación de que no has conseguido lo que quieres.

No consigues lo que quieres, porque lo que quieres no se puede conseguir. Aquello que quieres está a tu lado. Pide un deseo y que te acompañe en el camino.

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