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¿Es normal no sentir ganas de hacer el amor?

¿Es normal no sentir ganas de hacer el amor?

No tengo ganas de estar con mi novio, No siento deseo hacia mi pareja o ¿Cómo vuelvo a tener ganas de hacer el amor? son algunas de las frases más escuchadas en las consultas de los sexólogos, que además de trabajar para fomentar una vivencia armoniosa y satisfactoria de la sexualidad, y los derechos sexuales y reproductivos, también abordan problemas o dificultades sexuales de pareja. En este artículo encontrarás algunas maneras de volver a sentir esas ganas de hacer el amor que antes tenías y ya no.

Índice

El sexo tiene muchas aristas

El sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos dividiéndolos en masculinos y femeninos, haciendo posible una reproducción sexual que se caracteriza por una diversificación genética, e implican la combinación de células especializadas llamadas gametos para formar hijos que heredan el material genético y los rasgos y naturaleza de los padres. Sí, esa es la definición de sexo como tal, pero en realidad en este artículo nos referiremos al sexo como la pasión desmedida y las ganas de mantener relaciones sexuales con la persona de la que nos sentimos atraídas.

Es cierto que algunos individuos piensan que el sexo está sobrevalorado en una relación, mientras que para otros existen demasiadas razones para considerarlo como algo fundamental. Y sí, es cierto que el sexo tiene una parte importante en la vida de pareja y fuera de ella, pero no para todos tiene la misma importancia y esto debe ser respetado siempre, pues muchos de los problemas que surgen en las parejas, por ejemplo, tienen su origen en realidad en la importancia que le dan al sexo o a la cantidad que un miembro u otro de la pareja necesita.

A la hora de valorar la importancia que se le da al sexo hay que tener claro en primer lugar que no hay una medida “normal” en lo que a encuentros sexuales se refiere porque cada pareja es diferente. Diversos estudios han encontrado que las parejas felices tienen una media de tres a cuatro encuentros sexuales al mes, pero, como decimos, esto depende de cada pareja y de cada persona, de cómo se mantenga el impulso sexual con los años y de muchos otros factores que están relacionados con el sexo y con las ganas o no de mantener relaciones sexuales.

Además, también es importante saber que la importancia de las relaciones sexuales puede cambiar y fluctuar con el tiempo. ¿Por qué? Pues bien, dentro de las relaciones, la importancia del sexo se trasforma y la forma de practicarlo también, al igual que el resto de los aspectos relacionales de la pareja, y es por ello por lo que ese apetito sexual se va perdiendo con el paso del tiempo si no ponemos remedio para frenarlo.

No obstante, si para la pareja es difícil conseguirlo siempre podrán depender de la ayuda de un sexólogo. Los principales trastornos en los que este profesional podrá ayudar incluyen el bajo deseo sexual tanto en el hombre como en la mujer, la eyaculación precoz o los problemas de erección de origen psicológico en el caso de los hombres. En el caso de las mujeres también la dificultad para alcanzar los orgasmos y el dolor durante las relaciones sexuales. Tras esto, el sexólogo llevará a cabo un examen médico para descartar si existe alguna razón física u orgánica del trastorno, y una vez esta se descarta, se ponen en práctica una serie de ejercicios que permiten solventar los trastornos y que además el/la paciente deberá llevar a cabo en su casa.

Quizás, uno de los temas más comunes en estas visitas tenga relación con el deseo hipoactivo o la ausencia del deseo sexual (TDSH). Sin embargo, hay que saber que al igual que común también es complicado. Dicho trastorno es el trastorno sexual más común en todas las mujeres de todas las edades e indica una disminución notable en iniciar intimidad y esquivar los intentos de la pareja para tener relaciones.

Las causas principales del descenso del deseo sexual o libido son:

- Uso de ciertos medicamentos como antidepresivos, anticonceptivos o quimioterapia.

- Algunas enfermedades como la diabetes mellitus tipo 1 o la hipertensión arterial.

- Dispareunia o dolor en la penetración que puede estar causada por sequedad vaginal o disminución del flujo. 

- Estrés y ansiedad.

- Depresión.

- Embarazo, posparto y lactancia.

- Menopausia.

- Baja autoestima.

- Problemas con la pareja. 

¿Cómo se trata el TDSH?

Los tratamientos para el TDSH varían. Si el factor principal es psicológico o un problema en las relaciones sexuales, el tratamiento seleccionado más adecuado debería ser una terapia para parejas, una terapia sexual o la psicoterapia, que además puede realizarse de manera individual o en pareja. No obstante, siempre se han de tener en cuenta algunos aspectos importantes en relación con la falta de apetito sexual:

- El miembro de la pareja que no tiene deseo no tiene ningún conflicto. De hecho, en la gran mayoría de ocasiones, dicho conflicto se genera por la presión del miembro de la pareja que demanda sexo, y que junto a los ultimátum que esta sea capaz de hacer porque ni acepta ni entiende la situación, no ayudarán jamás a que el deseo en su pareja aumente sino todo lo contrario. En estos casos, es importante que deje de demandar sexo de esa manera, pero, sobre todo, cambie la forma que tiene de intentar conseguirlo.

- Hay que averiguar la causa y tratar esta para que la mujer pueda recuperar su apetito sexual.

- Es fundamental también llegar a un acuerdo con el fin de reservar espacios para la intimidad entre ambos miembros de la pareja en los que sí haya contacto afectivo, pero no siempre tenga como fin mantener la relación sexual, es decir, practicar el coito. De esta manera, será mucho más sencillo saber si apetece más contacto para que finalice en coito, o todo lo contrario.

- Finalmente, hay que saber respetar siempre que, en ocasiones, algún miembro de la pareja pueda necesitar menos o más sexo que el otro, y que tanto la mujer como el hombre están en todo su derecho de sentirlo así. Normalmente, es igual de duro para ambos miembros de la pareja, aunque por supuesto, cada uno siente y/o vive a su manera su sexualidad.

¿Qué se puede hacer para recuperar el apetito sexual?

Una de las formas más sencillas de recobrar el deseo sexual en una relación es introduciendo variedad y fantasía en las relaciones sexuales, pues es muy probable que si lleváis mucho tiempo juntos os hayáis ido acostumbrando el uno al otro y se haya convertido en algo rutinario, o incluso en algo que ya os aburre, pero como siempre, hay soluciones para evitarlo.

La imaginación puede ser una parte muy importante en todo esto. Seguramente tenéis ganas de experimentar algo nuevo que nos atrevéis a decir a vuestra pareja y puede incluso que eso sea lo que se convierta en la chispa que les faltaba a vuestras relaciones sexuales. Además, la comunicación en la pareja es fundamental, y de hecho también una parte necesaria, al igual que lo es la imaginación, para lograr que ese deseo esté claro para ambos y los dos sepáis qué es lo que os gusta, cómo os gusta, qué es lo que deseáis, etc.

También hay suplementos naturales elaborados con plantas que ayudan a recuperar la libido, como la maca, la damiana, el jengibre o el ginkgo biloba. 

La comunicación es esencial para que os podáis entender en la cama, pro también para que podáis solucionar lo que os pasa. Solamente la pareja es quien puede avivar esa llama que se ha apagado en algún caso y, quizás, una de las maneras es volviendo al pasado y repitiendo lo que uno hacía al principio de su relación, ¿no? Pero eso sí, siempre recordando que no todos somos iguales ¡y en el sexo tampoco!

Si nada funciona, no dudas en consultar a un profesional de psicología, sexología o terapia sexual. 

Fuente:

“Lo que Usted debe Saber sobre el Trastorno de Deseo Sexual Hipoactivo” https://www.menopause.org/docs/default-document-library/hsddsp.pdf?sfvrsn=2

Redacción: Ana Ruiz

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