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¿Cómo saber si eres celiaco?

¿Cómo saber si eres celiaco?

Si eres celiaco y todavía no lo sabes lo ideal es que lo descubras cuanto antes. ¿Eres celiaco o crees que podrías serlo? En este artículo descubrirás la manera de saber si realmente tienes o no celiaquía.

Índice

Síntomas de la celiaquía

La presentación clínica del gluten puede ser muy diversa, con síntomas digestivos y extradigestivos, y puede aparecer en cualquier momento de la vida tanto en niños como en adultos, algo que además puede retrasar el diagnóstico. El presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca señala algunos de los posibles síntomas que podrían llevar a pensar que un determinado individuo es celiaco.

- Síntomas digestivos: mala digestión, diarrea, estreñimiento, hinchazón y dolor abdominal, alta presencia de gases, pérdida de peso o síntomas de desnutrición.

Síntomas extradigestivos: falta de crecimiento en niños, talla baja en adultos, aftas bucales, problemas de fertilidad, problemas autoinmunes del hígado, abortos de repetición, aparición de anemias y problemas de descalcificación de huesos y osteoporosis.

Además, una vez consideres que la frecuencia de estos síntomas es cada vez mayor, recuerda que lo siguiente que debes hacer es acudir a tu profesional de medicina, puesto que el diagnóstico de la enfermedad celiaca o la celiaquía se realiza mediante determinados análisis. Probablemente en este caso sean dos: un análisis de sangre serológico para buscar anticuerpos y una biopsia intestinal, ambos necesarios para el diagnóstico final de la prueba de celiaquía. De hecho, después de obtener los resultados del análisis de sangre sean estos positivos o negativos (y si no se ha pedido ya) el médico siempre pedirá la biopsia del intestino. En la mayoría de los casos la celiaquía suele dar negativa, y es realmente gracias a la biopsia cuando se detecta si el paciente es o no celiaco.

Si tienes un familiar celiaco, hay más posibilidades de que tú también seas celiaco, por lo que puede hacerse también una prueba genética, aunque no todo el mundo que tiene este gen desarrolla la enfermedad. Y, por supuesto, si dejas de tomar gluten y comienzas a sentirte mejor, no hay duda de que ahí está el problema. 

¿Cuál es el tratamiento de la celiaquía?

Por último, recuerda que, en el caso de que seas celiaco, lo único que debes hacer después es seguir una dieta sin gluten estricta y para siempre, pero con indicación del médico. Nunca debes indiciar una dieta sin gluten estricta sin una previa biopsia que justifique tu celiaquía.

La celiaquía o enteropatía sensible al gluten se caracteriza por una inflamación de la mucosa del intestino delgado como consecuencia de una intolerancia al gluten ingerido de la cebada, el trigo y el centeno. Actualmente estamos acostumbrados a ver una gran multitud de productos en el mercado sin gluten que acabamos consumiendo todos, incluso aquellos que no somos intolerantes, a pesar de tratarse de unos productos dirigidos en exclusiva a celiacos. Y no, no deberíamos seguir haciéndolo, pues si un individuo no es intolerante no tiene por qué comer productos sin gluten. Para todos aquellos que tienen una alergia o intolerancia alimentaria está claro que todos estos productos son necesarios. Sin embargo, ¿lo son también para aquellos que no son celíacos? La respuesta es no.

El gluten es una proteína de origen vegetal que se encuentra en las harinas de cereales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena, pero una vez ingerida nuestro cuerpo ha de metabolizarla. Un proceso que los no celiacos sí pueden realizar, pero los celiacos no, por lo que tienen que eliminarlo de su dieta. El problema viene cuando quien lo elimina no es un individuo celiaco, sino que simplemente compra estos productos que tienen cada vez más presencia en el mercado debido principalmente a la asociación que estos hacen del gluten a comida y a alimentos más saludables. Pero ¿qué hay de malo en ello?

Pues bien, según algunos expertos “el gluten tiene bajo valor nutricional” lo que significa que este nutriente no es indispensable para el ser humano, es decir, “que no pasará nada si uno lo retira de la dieta”. Sin embargo, otros expertos como Sara Martínez, profesora de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, indican que “si bien este no es indispensable para la salud, hay que tener en cuenta que los alimentos que contienen gluten son ricos en otros nutrientes como fibra, vitaminas y minerales que sí son necesarios, por lo que “si eliminamos el gluten de forma permanente nos podemos volver intolerantes a la proteína”. Y cuando esto pase “comenzarán los problemas en la dieta”.

Además, la profesora Martínez afirma que existen diversos efectos derivados de eliminar el gluten de la dieta sin un diagnóstico médico, como, por ejemplo, el aumento del consumo de grasas y azúcares que se produce debido a que el gluten aporta propiedades organolépticas que aportan a los productos elasticidad y consistencia esponjosa. Por tanto, al eliminarlo es necesario incluir en la dieta otros que lo sustituyan e imitar esas propiedades.

Además, hay que quitarse de la cabeza la idea errónea que existe sobre la incidencia del gluten en la pérdida de peso. Si eliminamos el gluten de nuestra dieta no vamos a estar más delgados. No hay ningún hecho científico que lo haya demostrado todavía. De hecho, tal y como dicen los expertos, “la única pérdida inicial que se puede observar se debe al cambio de la dieta”. Sin embargo, si eliminamos el gluten aumenta el consumo de alimentos procesados que tienen un alto valor calórico y muy bajo valor nutritivo, lo que hace a la larga favorecer el aumento de peso.

Por su parte, los especialistas en Aparato Digestivo y experto de la Sociedad Española de Aparato Digestivo (SEPD) recomiendan al celiaco, a pesar de no haber desarrollado todavía ningún síntoma, una dieta exenta de gluten; al intolerante al gluten que investigue junto a su especialista su aparato digestivo para descubrir qué sucede realmente; pero al individuo que no es celiaco que disfrute de todos los alimentos, que realice deporte de forma diaria y que mantenga un equilibrio físico y emocional.

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