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¿Cada cuánto limpiar el humidificador?

¿Cada cuánto limpiar el humidificador?

Muchas mujeres tienen en su casa un humidificador, que es el aparato que sirve para mantener constante la humedad relativa del ambiente de un lugar cerrado. Este, además, contiene agua que periódicamente se convierte en vapor. Al ser un aparato que sirve para aumentar y ajustar el grado de humedad, nos ayuda a que la probabilidad de proliferación de los microorganismos causantes de infecciones disminuya. Pero ¿con qué frecuencia hay que limpiar un humidificador que tenemos en casa?

Índice

¿Por qué hay que limpiar el humidificador regularmente?

Los depósitos o reservorios de agua y los filtros de los humidificadores son, sin duda, dos de los lugares más propensos a que proliferen bacterias y moho si no se mantienen correctamente limpios. Para mantener, por ejemplo, los filtros limpios se deben seguir las instrucciones del fabricante y sustituirlos cuando indique, aunque lo más recomendable es que lo hagamos una vez cada dos semanas o incluso algo más a menudo si somos conscientes de que ya se ha ensuciado. Habrá que desmontar y después lavar con abundante agua para eliminar los depósitos minerales, y antes de volver a colocarlos esperar a que seque.

En cuanto al agua del humidificador es importante que esta sea destilada o desmineralizada ya que contribuiremos así al correcto funcionamiento del equipo y lograremos mantenerlo más limpio durante más tiempo. En el caso del reservorio (o depósito) de agua lo ideal sería limpiarlo cada dos semanas también al igual que hacíamos con los filtros, aunque en este caso va a depender mucho de la calidad del agua. El depósito se deberá extraer del aparato para acceder adecuadamente a todo el espacio. Este se limpiará con agua y un producto de limpieza evitando los detergentes. Además, si tiene posos se sumergirá en agua con un limpiador o bien con un poco de vinagre durante veinte minutos aproximadamente y se frotará con un cepillo de cerdas muy suaves. Después habrá que sacar y rellenar con agua fría antes de colocarlo de nuevo en el humidificador.

En cuanto al almacenamiento del equipo, deberíamos tener claro que, si ya no se va a utilizar el equipo hasta, por lo menos, dentro de un tiempo, deberíamos desconectarlo del todo antes de limpiarlo correctamente con un paño húmedo. Utilizar el limpiador habitual y después secarlo con un trapo. Por último, deberíamos tener en cuenta la sustitución de los humidificadores que estén obsoletos y, sobre todo, hacerlo con todos aquellos que no disponen de acceso directo al depósito, pues al no poder acceder acaba convirtiéndose en una fuente segura de almacenamiento de microorganismos.

No obstante, y una vez tengamos claro ya con qué frecuencia debemos limpiar el humidificador, tenemos que ser conscientes de que, dependiendo del lugar en el que residamos y también de la estación del año en la que nos encontremos el humidificador podrá ser más o menos necesario. Por ejemplo, en las estaciones de verano y de invierno se produce una brusca disminución de humedad en el aire. El problema está en que las personas más sensibles a estos cambios de manera frecuente experimentan dificultades respiratorias o alergias que aparecen al caer la noche. Para poder hacer frente a ello, muchas personas utilizan el humidificador, pero ¿es realmente adecuado el uso de este por la noche en la habitación?

Lo cierto es que a pesar de tener en cuenta algunas precauciones, tener un humidificador en la habitación tanto despiertos como dormidos parece ser bastante recomendable, aunque en especial lo será en casos como estos:

- ronquidos: el aire húmedo que desprende evita que se reseque tanto la garganta como la nariz, y despeja también las fosas nasales, aliviando el ronquido y su intensidad.

- dificultades respiratorias: la humidificación ayuda a prevenir la sequedad nasal.

- sinusitis: cuando el aire es demasiado seco, los senos paranasales no funcionan correctamente y, por ello, al añadir humedad al aire respiraremos mejor en el caso de que padezcamos con frecuencia congestión nasal.

- resfriado, asma, alergias…: mantiene nuestras fosales nasales lubricadas acelerando así el proceso de curación. También ayuda a limpiar el aire que respiramos con lo que conseguimos hacer frente a las molestias causadas, por ejemplo, por la alergia.

- hidratación corporal: gracias al humidificador (sobre todo si lo dejamos encendido toda la noche) notaremos al día siguiente nuestra piel mucho más tersa e hidratada.

- reducción del riesgo de infecciones: esto se debe principalmente a que las bacterias y los microrganismos no viajan tan fácilmente en un ambiente en el que hay humedad.

- voz: aunque parezca una tontería muchas personas afirman despertarse con una voz mucho más suave cuando duermen con el humidificador. Dicho aparato impide el paso de aire seco por las cuerdas vocales.

¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar el humidificador?

Simplemente debemos ser conscientes de que un aparato como es el humidificador debe mantenerse siempre limpio, por lo que el mantenimiento debe ser adecuado y constante ya que de lo contrario se convertiría en una fuente de bacterias y hongos que acabarían originando moho en el espacio o lugar en que lo estemos utilizando.

Finalmente, hay que tener en consideración la limpieza regular del humidificador en sí una vez a la semana si lo utilizamos con mucha frecuencia. Esta será la única manera de evitar la proliferación de bacterias y microorganismos, y de seguir una adecuada limpieza del humidificador.

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