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Tener buenos compañeros nos motiva para ir contentos al trabajo

Tener buenos compañeros nos motiva para ir contentos al trabajo

¿Qué te motiva a ir a trabajar? A veces puede ser el dinero, la sensación de progresar o la oportunidad de contribuir a la sociedad. Pero cuando es un viernes lluvioso por la mañana y tenemos mucho sueño, las investigaciones sugieren que nuestra verdadera motivación no es un qué, sino un quién. Es decir, un compañero de trabajo al que nos apetece ver y que nos hace desear ir a la oficina.

Índice

El inspirador

Los compañeros inspiradores son tu amor platónico del trabajo: no quieres estar con ellos, quieres ser ellos. Esta persona puede ser un mentor formal (alguien que sabe que te está asesorando), o simplemente un colega más experimentado que admiras profundamente (alguien de quien aprendes por ósmosis). Los estudios muestran que los mentores ejercen una gran influencia sobre la dirección de la carrera de un joven, y pueden ayudar a mejorar la satisfacción laboral, aumentar los comportamientos de liderazgo y conducirnos hacia transiciones laborales beneficiosas.

También es útil prestar atención a las personas que son tan inspiradoras que las envidias. Cuando envidiamos sanamente a alguien, es una señal de que esa persona tiene algo que desearíamos tener para nosotros mismos. Y es útil saber el qué para orientar adecuadamente nuestro futuro laboral. Aquello que envidiamos mucho es lo que queremos para nosotros.

El confidente

Todos necesitamos un confidente, un amigo del trabajo que se compadecerá de nosotros cuando hayamos tenido una discusión brusca con el jefe, nos consolará en el baño cuando estemos a punto de llorar y, lo más importante, nos dará un buen consejo cuando más lo necesitemos.

Las personas que tienen más amigos cercanos en el trabajo son más felices, están más comprometidas, ponen más empeño en las tareas y toman mejores decisiones. Un buen amigo en el trabajo también nos hace sentir que pertenecemos a la empresa y al grupo, lo que es un elemento clave de satisfacción y rendimiento laboral. Eso nos ayuda a trabajar con todo nuestro ser y nos da el coraje de hablar honestamente y salir de nuestras zonas de confort.

Para encontrar un confidente en la oficina, es necesario mostrarse un poco vulnerable con aquel compañero con el que mejor conectes. Esto no siempre es fácil ya que a nadie le gusta mostrarse vulnerable frente a otro, y mucho menos en el trabajo. Además, cambiar con frecuencia de trabajo no ayuda a crear este tipo de vínculo con ningún compañero. Acabamos viendo a los colegas como compañeros transitorios, a los que simplemente saludamos con cortesía, reservando la amista para fuera del trabajo. Lo cual puede ser una pena.

El conspirador

El conspirador te atrapa. Puede ser la misma persona que el confidente, pero no tiene por qué ser así. Puedes cotillear con un conspirador sobre qué colegas están tratando de encontrar otro trabajo, quiénes están activos en Tinder o quiénes son tóxicos para trabajar.

Puedes contar con reírte con él durante el almuerzo. Los policías y los bomberos, cuyos trabajos requieren enfrentarse al peligro todos los días, dicen que bromear y "burlarse" entre ellos es una parte natural del trabajo. El humor oscuro es un mecanismo de defensa para su trabajo peligroso, abre la imaginación y vigoriza el alma. Cuando tienes que enfrentarte a problemas en el trabajo, jugar y reírse les da a las personas la distancia emocional necesaria para sobrellevarlo en lugar de centrarse en el fracaso. El juego aumenta la cohesión social al permitir que las personas sintonicen más entre sí (esta es la razón por la cual las actividades de formación de equipos en el trabajo a menudo se basan juegos o actividades lúdicas).

El gerente excelente

¡El motivador más mítico y evasivo! El gerente excelente te trata justamente, te respalda y actúa como si fueras el más competente. Los jefes importan. Y mucho. Según un estudio interno de Google Project Oxygen, los CEO tuvieron un mayor impacto en el desempeño y la satisfacción de los empleados que cualquier otra variable.

Pero es difícil encontrar un buen gerente: en una encuesta realizada a 26.000 personas, el 35% de los encuestados dijo que rechazaría un aumento significativo de sueldo con tal de despedir a su supervisor. El jefe excelente es aquel a quien no despedirías, incluso si pudieras.

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