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Tratamiento para el síndrome de piernas inquietas en mujeres de 40 años

Tratamiento para el síndrome de piernas inquietas en mujeres de 40 años

El Síndrome de Piernas Inquietas (enfermedad de Willis-Ekbom) es un trastorno de origen neurológico que causa hormigueos, calambres y sensaciones extrañas en las piernas mientras se está acostado o sentado. Las molestias se alivian o desaparecen al levantarse y caminar.

Índice

Síntomas del Síndrome de Piernas Inquietas

El Síndrome de Piernas Inquietas o SPI es bastante común, afecta a dos tercios de la población, tanto a hombres como a mujeres. Puede aparecer en cualquier momento de la vida aunque es más frecuente a partir de los 40 años.

Asimismo, hay otra serie de factores que hacen más posible la aparición de este trastorno: antecedentes genéticos, movimientos periódicos de las piernas durante el sueño o la vigilia, anemia o déficit de hierro, insuficiencia renal, embarazo o ciertos fármacos.

Se le considera un trastorno del sueño ya que afecta al descanso. Impidiendo dormir bien y provocando somnolencia durante el día, así como ansiedad y depresión.

Los síntomas principales de esta enfermedad son:

- Hormigueo en las piernas

- Calambres

- Pinchazos

- Nerviosismo

- Dolor

- Desasosiego

- Necesidad irresistible de mover las piernas

Estos síntomas aparecen o empeoran cuando se está sentado o tumbado mucho tiempo y se alivian al moverse, caminar o frotarse las piernas. También se vuelven más molestos a última hora del día o por la noche y pueden durar hasta una hora.

¿Cuál es la causa del Síndrome de Piernas Inquietas?

No se sabe con exactitud aunque se relaciona con un trastorno en el funcionamiento de la dopamina, una sustancia del sistema nervioso encargada de la regulación del movimiento. Además, la dopamina necesita hierro para funcionar correctamente, por eso está relacionada con pacientes con niveles bajos de este mineral.

Asimismo, existen una serie de factores que aumentan la posibilidad de padecer este síndrome:

- La herencia genética, sobre todo si el trastorno comienza antes de los 40 años. Los investigadores han identificado algunos cromosomas que pueden estar presentes en las personas con este síndrome.

- El embarazo, ya que los cambios hormonales y el aumento de peso de estos meses pueden hacer que aparezca esta enfermedad que, generalmente, desaparece tras el parto.

- El sexo, ya que es más frecuente en las mujeres que en los hombres.

- La presencia de otros problemas o enfermedades como la neuropatía periférica, la deficiencia de hierro, la insuficiencia renal o afecciones en la médula espinal.

¿Por qué es más común desde los 40 años?

Los cambios hormonales que se producen a partir de la premenopausia hacen que muchas mujeres empiecen a soportar este problema que, generalmente, se agrava con la edad.

Y es que la disminución de los estrógenos durante el climaterio hace que la musculatura de la pared venosa pierda tono haciendo comprometer el retorno venoso, lo que puede dar lugar a cansancio, dolor, pesadez y el síndrome de las piernas inquietas.

Este problema disminuye nuestra calidad de vida al afectar al descanso y el sueño, por lo que es fundamental buscar ayuda de la medicina cuanto antes para tratarlo correctamente.

¿Cómo se trata el SPI?

El diagnóstico de este síndrome se suele hacer por los síntomas clínicos, además de una exploración física y otra neurológica. Es posible también te hagan análisis de sangre, en particular para la deficiencia de hierro, para descartar otras posibles causas de tus síntomas. O que te deriven a un especialista del sueño por si también tuvieras apena del sueño.

Para tratar el SPI hay que adoptar una serie de medidas y cambios en el estilo de vida:

  • Mantener un horario de sueño regular
  • Realizar ejercicio físico moderado habitualmente
  • Reducir el consumo de café, tabaco y alcohol
  • Evitar ciertos fármacos que pueden empeorar los síntomas como antidepresivos o antihistamínicos
  • Si está asociada a otras causas, como la anemia, tratarlas
  • Se pueden emplear también compresas de agua fría o caliente en las piernas para aliviar las molestias, realizar estiramientos suaves antes de irse a la cama, masajes, baños calientes, yoga, meditación o relajación.

Asimismo, en aquellos casos en los que el síndrome empeora ya la vida del paciente se ve claramente afectada, puede ser necesario tomar ciertos medicamentos, como agonistas dopaminérgicos, antiepilépticos u opioides.

Los medicamentos que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro sirven para tratar el síndrome de las piernas inquietas de moderado a grave. Los efectos secundarios a corto plazo de estos medicamentos suelen ser leves e incluyen náuseas, aturdimiento y fatiga.

También se pueden emplear medicamentos que afectan los canales de calcio, efectivos en algunas personas.

Los opiodes son fármacos narcóticos que pueden aliviar los síntomas leves a graves, pero pueden ser adictivos si se usan en dosis altas. En cuanto a los relajantes musculares y medicamentos para dormir, ayudan a descansar, pero no eliminan la sensación en las piernas y pueden causar somnolencia durante el día.

No obstante, esto dependerá del médico y de cómo sea la calidad de vida del paciente, muchas veces no es necesario recurrir a medicación.

Fuente:

Instituto del Sueño: https://www.iis.es/sindrome-de-las-piernas-inquietas-sintomas-causas-tratamiento/

Sociedad Española de Medicina Interna: https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/piernas-inquietas

Redacción: Irene García

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