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Ovulación y ganglios inflamados

Ovulación y ganglios inflamados

A pesar de que llevas años con la menstruación, es muy posible que no supieras que la inflamación de los ganglios inguinales es un síntoma normal de esta fase del ciclo menstrual, lo que puede que te haya provocado un susto al ver que tus ganglios se habían inflamados. Te explicamos por qué pasa y cuándo es un síntoma normal.

Índice

¿Qué son los ganglios linfáticos?

Los ganglios linfáticos son estructuras anatómicas normales de menos de un centímetro de diámetro que forman parte del sistema linfático, el encargado de transportar a linfa por el organismo.

En ellos, la linfa se acumula y se filtra o limpia de microorganismos (virus o bacterias), por lo que son parte esencial del sistema inmunitario.

Aunque existen ganglios por todo el cuerpo, la zona lateral cervical, las ingles, las axilas, los codos o la zona de detrás de las rodillas son las áreas donde se pueden palpar fácilmente.

¿Por qué se inflaman los ganglios?

Estos ganglios pueden inflamarse por diversos motivos:

- infecciones causadas por virus o bacterias (faringitis por estreptococos, sarampión, otitis, mononucleosis, infecciones de la piel o de heridas, como celulitis, VIH)

- lupus

- artritis reumatoide

- enfermedad de Lyme

- cáncer

- ovulación

Al inflamarse los ganglios, se puede notar sensibilidad, calor y dolor, así como un aumento de tamaño de los mismos que se palpan como un bulto redondo que se mueve.

La razón más habitual de la inflamación de los ganglios es una infección, pero, como mucha gente sabe que los ganglios inflamados son un síntoma de cáncer, es posible que, al notar inflamado los ganglios de la ingle pienses que tienes cáncer, pero, como hemos visto, los ganglios inflamados también pueden ser un síntoma de la ovulación.

Ovulación y ganglios inflamados

La ovulación es la salida de un óvulo de un folículo ovárico. Una vez se libera el óvulo, este viaja por la trompa de Falopio hacia el útero. Si durante este viaje al útero un espermatozoide fertiliza al óvulo, puede provocarse un embarazo. Si no, el óvulo muere y es expulsado junto con los desechos del endometrio en la regla.

Conocer los días de ovulación es esencial cuando buscas un embarazo ya que solo puedes quedarte embarazada si hay un óvulo en las trompas de Falopio, por lo que debes saber cuándo son los días fértiles y mayor es tu fertilidad. Pero, aunque no estés buscando un embarazo, es importante conocer tu ciclo y saber cuándo ovulas para saber si todo va bien o sufres irregularidades que puedan suponer alteraciones hormonales, problemas de salud o la llegada de la menopausia.

Por eso, debes conocer los síntomas normales de la ovulación:

- aumento de la temperatura basal: tras la ovulación, la temperatura basal (es decir, nuestra temperatura corporal en reposo, nada más despertarnos por la mañana), aumenta entre 0,2 y 0,5º C. Por lo tanto, si te tomas la temperatura todos los días y la apuntas, podrás saber cuándo has ovulado porque aumenta esta temperatura.

- cambio del flujo o mucosa vaginal, que se vuelve más elástico y abundante, como clara de huevo. - dolor abdominal, generalmente en la zona del lado que ovula.

- aumento de la frecuencia del pulso en reposo. La frecuencia del pulso en reposo llega a su punto más bajo durante la menstruación, y aumenta unos dos latidos por minuto (LPM) entre dos y cinco días antes de ovular. Después de ovular, la frecuencia del pulso en reposo sigue aumentando y alcanza su pico máximo a mitad de la fase lútea.

- dolor y mayor sensibilidad en las mamas y los pezones.

- manchado: el incremento de los niveles de estrógeno hace que crezca el revestimiento uterino, lo que puede causar un ligero manchado en los días cercanos a la ovulación. - aumento de la libido, es decir, mayores ganas de hacer el amor.

- cambios en el cuello uterino. En el momento de la ovulación, el cérvix sube, se vuelve más flexible y se abre más para facilitar el paso de los espermatozoides. El cambio es algo sutil, pero si tienes la costumbre de inspeccionarte el cérvix con regularidad, podrás notar la diferencia.

- cambios de humor e irritabilidad por los cambios hormonales de estrógenos, progesterona, hormona luteinizante, etc.

- inflamación de los ganglios inguinales. Los ganglios linfáticos inguinales son pequeñas glándulas ubicadas a ambos lados de la pelvis. El 70 por ciento de las mujeres padece una inflamación inguinal en el mismo lado del cuerpo en el que se ha liberado el óvulo ese mes, por lo que es un síntoma muy habitual, aunque puede que no te hayas dado cuenta de ello hasta ahora.

¿Cuándo acudir al médico por un ganglio inflamado?

Como hemos visto, la inflamación de los ganglios linfáticos es algo habitual cuando sufrimos una infección vírica o bacteriana. En este caso, la inflamación va acompañada de otros síntomas propios de la infección, como congestión nasal, dolor de garganta, fiebre, dolor de oído, etc.

Pero, si te encuentras bien y no crees que tengas ninguna infección, es normal que notar un ganglio inflamado en la ingle te preocupe pensando que puede ser un cáncer.

Lo primero, ya has visto que puede ser un síntoma de la ovulación, así que piensa en tu ciclo menstrual y en cuándo te toca ovular y, si estás justo en esos días, no debes preocuparte más.

No obstante, debes saber que los ganglios peligrosos, los que pueden ser síntoma de un cáncer (ya sea linfoma, leucemia o metástasis de otros tumores), tienen unas características muy claras y definidas:

- Aparecen de repente sin un motivo claro

- Continúan creciendo de tamaño

- Duran más de 2 semanas

- Son duros y gomosos y no se mueven al tocarlos

- Están acompañados de fiebre persistente, sudores nocturnos o pérdida de peso inexplicable

- Están rojos y sensibles

- Miden más de 1 cm de diámetro

Ante estos síntomas, conviene que acudas al médico para que te haga una serie de pruebas y análisis que puedan descartar si se trata de un ganglio inflamado por un cáncer o por otro motivo.

Fuente:

Winter JN. Approach to the patient with lymphadenopathy and splenomegaly. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine. 26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 159.

Redacción: Irene García

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