¿Qué es la bursitis en la rodilla?
Un tipo de lesión muy habitual entre corredores y deportistas es la bursitis. Sin embargo, es importante saber que no solamente ellos pueden padecerla, pues hay más de 150 bursas por todo el cuerpo humano que si se inflaman o se irritan acaban provocando bursitis.
Índice
- Tipos de bursitis
- Causas de la bursitis en la rodilla
- Signos de la bursitis en la rodilla
- Riesgos de la bursitis en la rodilla
- ¿Se puede prevenir la bursitis?
- ¿Cómo se diagnostica y trata la bursitis?
Tipos de bursitis
Una bolsa sinovial o bursa es un saco que contiene fluido forrado por membrana sinovial con una capa capilar interior de fluido viscoso. Las bursas sirven como superficie de amortiguación entre músculos y tendones o entre músculos y huesos y su misión es sencilla: ayudan al movimiento normal de las articulaciones evitando la fricción o roce entre ellas.
Cuando sentimos dolor o incapacidad para realizar algunos movimientos o ejercicios habituales en nuestro día a día, tenemos dolor articular cuando presionamos alrededor de la articulación, sentimos rigidez y dolor cuando movemos la articulación que está afectada y notamos, además hinchazón, calor o enrojecimiento padecemos bursitis.
Existen dos tipos de bursitis:
- Aguda: la articulación que se ve afectada posee un color rojizo y una temperatura superior al resto del cuerpo cuando la tocamos. Resulta dolorosa y su causa suele ser debido a una infección o gota. La gota es una forma común y dolorosa de artritis que se produce cuando el ácido úrico se acumula en la sangre.
- Crónica: puede originarse tras haber sufrido previamente una bursitis aguda o bien cuando hemos sufrido lesiones en varias ocasiones. Cuando padecemos por tanto varias lesiones es cuando la bursitis se manifiesta con hinchazón y dolor y disminuye el movimiento provocando atrofia muscular y debilidad motora. La bursitis crónica puede durar varios días o varias semanas y suele repetirse.
Los tipos de bursitis más habituales son la bursitis de hombros, rodillas, caderas, pelvis, codos, dedos en los pies y talones debido a que son las zonas donde el movimiento articular se repite con más frecuencia. Este era el motivo por el que decíamos anteriormente que la bursitis es mucho más habitual en los corredores y deportistas, pues son las partes del cuerpo que ellos más articulan.
La bursitis en la rodilla, por ejemplo, es uno de los tipos de bursitis más comunes, pues la articulación de la rodilla posee varias bolsas, principalmente en la parte delantera de la rótula, que resultan muy vulnerables debido a las abrasiones o desgastes superficiales de la piel o a traumatismos repetidos. Las lesiones graves por traumatismos ocurren con frecuencia durante el desarrollo de actividades deportivas, y las pequeñas o microtraumatismos pueden causar inflamación crónica, pero mejoran con tratamiento antiinflamatorio, reposo, vendajes compresivos (se opone a la formación de hematomas musculares) o aplicación local de frío.
La articulación de la rodilla es la más grande del cuerpo, pero también una de las más complejas. Esta sirve de unión entre el muslo y la pierna, por lo que cuando estamos de pie la articulación de la rodilla soporta la mayor parte del peso del cuerpo. Además, presenta algunas características que la diferencian del resto de las grandes articulaciones. Esta articulación está compuesta de tres huesos: fémur, tibia y rótula.
Tanto el fémur como la tibia conforman el cuerpo principal, soportando el peso del cuerpo. Sin embargo, la misión de la rótula es algo atípica, pues se establece como una especie de polea (mecanismo para mover o levantar cosas pesadas) sobre la que se apoyan los tendones cuadricipital, que se inserta en la base y lados de la rótula, y rotuliano, la continuación del tendón del cuádriceps femoral por debajo de la rótula.
La bursitis en la rodilla, por tanto, es la inflamación de uno de los cinco tipos de bursas que existen en dicha articulación. La principal causa de esta enfermedad es la repetición de movimientos de flexoextensión y el diagnóstico de esta se realiza a través de una ecografía. Nuestro profesional de medicina puede solicitar un análisis del líquido para analizar si existe sangre o solamente infección.
Para curar la bursitis de rodilla existen multitud de opciones que van desde la aplicación de frío hasta la cirugía, dependiendo siempre del grado de inflamación y, sobre todo de lo que nuestro médico considere más adecuado.
Causas de la bursitis en la rodilla
- Sobreesfuerzo.
- Lesiones.
- Infección bacterial.
- Uso excesivo de las rodillas o presión constante sobre ellas (correr, brincar…).
- Artritis reumatoide.
- Gota.
- Golpe directo en la rodilla o fractura.
Signos de la bursitis en la rodilla
- Dolor o sensibilidad muy intensos en la rodilla.
- Disminución de movimiento o rigidez.
- Imposibilidad de correr.
- Hinchazón.
- Piel roja, cálida o inflamada sobre la rodilla.
Generalmente, los signos empiezan gradualmente y pueden empeorar con el tiempo.
Riesgos de la bursitis en la rodilla
- Dolor y limitación grave del movimiento.
- Infección propagada al resto de articulaciones.
En resumen, la bursitis no es una enfermedad grave para la salud, pero sí resulta bastante molesta para quienes la padecen, pues limita los movimientos de la zona o articulación afectada causando un gran dolor y por eso es importante tratarla.
¿Se puede prevenir la bursitis?
Para evitar la bursitis en las rodillas o para prevenir su reaparición:
- Usa rodilleras si realizas trabajos que te obligan a estar de rodillas mucho tiempo.
- Haz descansos regulares para estirar las piernas.
- Evita premanecer mucho tiempo en cuclillas.
- Mantén un peso saludable para no sobrecargar las rodillas.
- Haz ejercicio físico adaptado a tu problema.
¿Cómo se diagnostica y trata la bursitis?
Para el diagnóstico de la bursitis se pueden realizar ciertas pruebas de imágenes como radiografías, una resonancia magnética, una ecografía... Otra posible prueba es una aspiración, que consiste en tomar una muestra del líquido de la bolsa para analizarla. También sirve como tratamiento al hacer drenaje. No obstante, muchas veces es suficiente con observar y palpar la rodilla.
En cuanto al tratamiento, se pueden recetar medicamentos como los antibióticos si hay infección, fisioterapia para fortalecer la movilidad, soportes ortopédicos si no puedes arrodillarte, inyecciones de corticoesteroides o cirugía para extirpar la bolsa.
Biundo JJ. Bursitis, tendinitis, and other periarticular disorders and sports medicine. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine. 26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 247.