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¿Cómo saber si bajas de peso?

¿Cómo saber si bajas de peso?

Volvemos de nuestras tan esperadas vacaciones en las que cogemos algún que otro kilito de más para entrar de lleno en las Navidades, periodo en el que la gran mayoría afirma engordar. Los dulces y tanta cena de Navidad no pasan desapercibidos, claro, pero antes de que lleguen estas fechas tan temidas para muchos de nosotros, hemos de saber que existen algunas formas de descubrir si hemos o no bajado algo de peso entre unas vacaciones y otras.

Índice

¿Cómo perder de peso saludablemente?

El problema es que muchas veces bajamos de peso y no nos damos ni cuenta, o reducimos grasa de otras partes del cuerpo distintas a las que en realidad queremos reducir. De hecho, las mujeres lo primero que conseguimos adelgazar es el pecho y lo último la papada, la cadera y los muslos, pero ¿por qué? Además de pensar que la grasa se comporta de forma caprichosa (que también, pues desaparece más rápido siempre de las zonas que se quieren mantener tal cual o incluso aumentar en algunos casos), en nuestro caso es habitual que perdamos mayor porcentaje de grasa en el tronco y el pecho porque tenemos mayor predisposición genética a movilizar esta grasa.

Y sí, los expertos así lo afirman: “el pecho es en su mayoría depósito graso”, motivo por el que esta zona perderá el volumen con mayor facilidad que las caderas o los muslos, aunque también haya ahí masa muscular y hueso del tejido graso. En referencia a la pérdida de peso por zonas, las mujeres aquí también debemos tener en cuenta que la edad es un factor condicionante, pues conforme se van cumpliendo años y llega la menopausia, las hormonas femeninas, es decir, los estrógenos, van disminuyendo. Este hecho es el que provoca un cambio de tendencia de la grasa que, en vez de ser más común ahora en las caderas, las piernas y la papada, comenzará a concentrarse en el abdomen.

Comprometerse en general a perder peso acaba convirtiéndose en un requisito necesario tanto para sentirse más sana como más atractiva. El problema está, como decíamos, en que muchas veces no sabemos si estamos realmente perdiendo peso. Para muchas es una tarea que resulta bastante sencilla pues les basta con mirar lo que marca la báscula en la farmacia. Se pesan con cierta frecuencia y descubren si han bajado esos kilos o no. Además, se puede calcular tu índice de masa corporal y, si ha bajado, has adelgazado.

El problema es que muchas veces el uso de la báscula llega a convertirse en obsesión, pues se pesan todos los días (lo más recomendable es hacerlo una vez por semana nada más levantarse, desnuda y en ayunas) e incluso si ven que su peso ha aumentado creen que el ejercicio no ha servido para nada y que “están más gordas incluso con la dieta y el ejercicio”. Otro error muy común ya que “esos kilos de más” pueden ser debidos al peso del músculo y no de la grasa que es en realidad lo que queremos y lo que debemos perder. El músculo pesa, y por eso es probable que, si nos pasamos el día haciendo ejercicio y alimentándonos bien para adelgazar, el peso sea mayor que hace unas semanas, pero ello sí sea verdaderamente positivo porque se ha perdido grasa, pero se ha ganado masa muscular.

¿Cómo sé yo si he bajado de peso sin pesarme?

Una opción para muchas de nosotras es medir nuestra cintura con cinta métrica y apuntar los cambios en una libreta o cuadernito que tengamos por casa. Lo ideal es hacer esto una vez por semana. También podemos hacernos fotografías desnudas o con ropa bastante ajustada para descubrir si ha habido cambios o no desde hace unas semanas o algunos meses, por ejemplo. Y si tenemos que hacer el cambio de armario dentro de poco recordemos que siempre podemos probarnos ropa que hace unos meses no nos valía. Si ahora esa falda que tanto nos gustaba ya no nos aprieta o incluso se cae un poquito es que los adecuados hábitos que has ido adoptando están funcionando a la perfección.

Además, te sientes con más energía y fuerte si estás haciendo a la vez ejercicio físico para perder peso y, por todo ello, te sientes más feliz y segura de ti misma ya que te das cuenta de que estás consiguiendo tu objetivo y te ves mejor, lo que te hace sentir mejor. 

Estas son algunas de las formas que existen para darnos cuenta de si realmente estamos o no perdiendo algo de peso. Sin embargo, ante esta pérdida la clave está, por supuesto, en ir adelgazando poco a poco. De las dietas que leemos o que nos cuentan y en las que afirman que puede una bajar más de un kilo en menos de una semana es mejor que desconfiemos porque no es saludable, en absoluto, perder un kilo o más en una semana. Además, una pérdida de peso gradual siempre será mucho más exitosa a largo plazo.

Quiero bajar de peso, pero no lo consigo

También es cierto que son muchas las mujeres que desean bajar de peso, pero no lo consiguen porque es probable que algo estén haciendo mal. En primer lugar, lo que debemos hacer es huir de las dietas milagro. Según los expertos, para perder la grasa lo primero que una mujer debe hacer es no fiarse de las dietas milagrosas que incluso prometen ser específicas para algunas zonas ya que el organismo astutamente “acabará tirando” de donde sea menos necesario para otras funciones, pues como ellos mismos afirman “nuestro cuerpo no es una máquina, que dando al botón correcto hace lo que nosotros queremos”.

Además, también es fundamental para la pérdida de peso, pero hacerlo de forma saludable, no centrarse únicamente en los ejercicios localizados, pues lo mejor es hacer un compendio entre una dieta equilibrada, romper nuestros hábitos sedentarios y aumentar la actividad física, combinando siempre ejercicios cardiovasculares y de fuerza en los que se trabajen los principales grupos musculares. No obstante, si con la dieta y el ejercicio una nota que el pecho se le ha reducido demasiado, la experta recomienda ejercitar la musculatura y la zona del tórax para mantenerlo firme con entrenamientos como el de suspensión o las bandas elásticas.


Y, sin duda, lo que está claro es que para la gran mayoría de la sociedad coger peso no es algo agradable. De hecho, la reacción en muchas ocasiones tanto en hombres como en mujeres no es la misma cuando alguien les hace algún comentario tipo “Has engordado ¿no?”, que cuando se les dice “Te veo más delgada”. Pues a pesar de que no sea, en absoluto, nada grave coger unos kilos, la sociedad nos hace constantemente creer que “cuánto más delgadas, mejor”. Y, en realidad, lo único que debemos hacer es estar lo más saludables posible, pero ¿cómo podemos saber si son sanos y saludables los alimentos que ingerimos diariamente?

Es cierto que cada producto tiene una determinada etiqueta en la que se especifica tanto la cantidad como las calorías que los gramos que ingerimos aportan a nuestro organismo, pero para la Unión Europea (UE) parece no ser suficiente. En nuestro país, a partir de unos meses, tendremos la posibilidad de identificar claramente los productos que son más o menos saludables por la cantidad de proteínas, grasas o sales y azúcares que contienen y que, por supuesto, a mayor cantidad de estos ingredientes, mayor también la posibilidad de engordar y de estar menos saludables.

Esta iniciativa que ya propuso la Unión Europea a sus países miembros, y con la que está de acuerdo la Organización Mundial de la Salud (OMS), se quiere poner en marcha en España, pues en algunos países como en Francia ya está implementada desde hace seis meses. La propuesta consiste en colocar sobre los productos un apartado con cinco letras (A, B, C, D y E) que va desde más saludable (A) hasta muy poco o nada saludable (E). De forma gradual, el algoritmo atribuye puntos a los productos en función de la composición nutricional por cada 100 g. De la “A” a la “E” y del verde al rojo, clasificando los alimentos y haciendo una comparación entre ellos, permitiendo al consumidor distinguir los productos con mejor calidad nutricional y también entre distintas marcas.

“Un nuevo etiquetado semáforo que identificará los alimentos según su calidad” ha anunciado la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, y que sigue el modelo de Nutri-Score otorgando un color distinto a cada alimento en función, como decíamos, de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas. Los principales objetivos de este nuevo etiquetado son dos: que los ciudadanos estén mejor informados sobre la calidad de los alimentos que consumen y que las marcas se esfuercen por ofrecer alimentos más saludables.

Y a pesar de que esta nueva medida está todavía por aprobarse, a partir de ahora comenzará a trabajarse de manera voluntaria y paulatina con el objetivo de ir adoptando la nueva fórmula.

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