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¿Qué hacer para poder tomar buenas decisiones?

¿Qué hacer para poder tomar buenas decisiones?

Las malas decisiones pueden suponer el fracaso de nuestros sueños y objetivos, tanto a nivel personal como laboral. Mientras que tomar buenas decisiones nos puede ayudar a tener una vida plena y feliz. Por eso, hay que saber distinguir entre malas y buenas decisiones y saber cómo elegir las últimas.

Índice

¿Qué son buenas decisiones?

Una decisión puede ser buena o mala según las consecuencias que tenga para nuestra vida, tanto a nivel de salud como de felicidad, éxito laboral, relaciones personales, etc.

Todos entendemos que fumar es una mala decisión, aunque sea habitual, mientras que comer sano es una buena decisión. Sin embargo, no siempre es tan sencillo saber si una decisión será buena o mala para nosotros. ¿Cambiar de trabajo? ¿Comprar esa casa? ¿Cortar con nuestra pareja? En muchos casos, como no sabemos lo que va a pasar, es complicado elegir y saber cuál será la decisión correcta.

Lo importante es reflexionar antes de elegir y saber que todas las decisiones tienen sus consecuencias, sin olvidar que no siempre existe un solo camino correcto. No obstante, en términos generales una buena decisión es aquella que:

- tiene un impacto positivo en ti mismo y/o en los demás

- te ayuda a crecer y mejorar

- se puede llevar a cabo

- es responsable

- es pragmática

Consejos para tomar buenas decisiones

1. Conócete a ti mismo. Como veíamos, el concepto de buena decisión, en muchos casos, depende de cada persona. Por lo tanto, para tomar una buena decisión lo primero es conocerse a uno mismo, los valores, sueños y metas que tenemos para saber qué decisión va en consonancia con todo ello. Por ejemplo, si quieres ser ingeniero, elegir un Bachillerato de Letras no tendría sentido. Pues así pasa con todo.

2. No te obsesiones con el futuro. Por supuesto, es importante tener en cuenta las consecuencias de una decisión, pero como ninguno somos adivinos y no podemos predecir el futuro, debemos centrarnos más en el presente y en lo que nos viene bien ahora que en lo que pueda pasar.

3. Confía en tu instinto. En ocasiones, es necesario hacer una lista de pros y contras y tener en cuenta diversas variables, pero, otras veces, es mejor confiar en que lo que nos dicta el corazón es lo mejor y en esa primera idea o impresión para la toma de decisiones.

4. No te precipites. Si la decisión es importante y no hablamos de carne o pescado para cenar, lo mejor es que pienses detenidamente en lo mejor para ti y que no te dejes llevar por las emociones de ese momento. Si estás alegre, puedes ser muy impulsivo y si estás muy triste, lo contrario. Es mejor no dejarse llevar por las emociones ni por el momento y pensar bien.

5. Valora los riesgos. Antes de tomar una decisión hay que identificar y valorar los posibles riesgos. Puede que aún así merezca la pena, pero hay que estar preparado para lo que pueda pasar.

6. Pide una segunda opinión o mira el problema desde otro punto de vista. Alejarse y observar las cosas desde arriba, como si fueras otra persona, puede ayudarte a valorar otras opciones que puedan ser mejor. De igual modo, pedir opinión a otra persona te puede ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva y elegir mejor. Incluso a un profesional de psicología.

7. No te dejes llevar por la presión. Muchas decisiones las tomamos influidos por lo que nos marca la sociedad o creemos que es mejor. Ahora tocar ir a vivir juntos, luego casarse, luego tener hijos… todas decisiones muy importantes que debes tomar porque es realmente lo que quieres tú, no por la presión de tu familia o de la sociedad.

8. Reduce las opciones. Si hay muchas posibilidades y no sabes cuál elegir, analiza bien cada una. Puede que haya varias que, simplemente, no sea posible llevar a cabo o vayan en contra de tus principios, por ejemplo, descártalas y así te costará menos elegir entre menos opciones.

9. Reconoce tus limitaciones. Como decíamos al principio, es necesario conocerse bien antes de tomar una buena decisión y eso implica también reconocer nuestras propias limitaciones. Si dibujar se te da fatal, no te empeñes en elegir Arte como carrera laboral. Quizá debes enfocarte en otro campo dentro del Arte. No se trata de abandonar tus sueños, sino dirigirlos a algo que sea posible lograr.

10. No siempre hay una sola opción correcta. Puede que no haya una decisión buena y otra mala, sino que haya varias opciones que pueden llevarte al mismo punto, aunque a lo mejor dando más rodeo. O puede que una decisión sea buena para ti, pero no para otros. Por eso, debes pensar en ti antes de tomar cualquier decisión.

11. Considera todas las opciones y sus consecuencias antes de elegir una de ellas. Visualízate en cada una de ellas para ayudarte a elegir.

12. Analiza los pros y los contras. Puede ayudarte hacer la típica lista para ver por cuál se decanta la balanza.

13. Ponte una fecha tope para tomar la decisión. En muchos casos, lo importante es no tardar mucho en tomar la decisión o puedes perder todas las opciones. Así que ponte una fecha límite para no pasarte semanas desojando la margarita.

Y, una vez tomada la decisión, confía en ti y no te arrepientas ni pienses en lo que podría haber pasado si hubieras tomado otra decisión. Vive el presente, comprométete con tu elección y olvida el “¿qué hubiera pasado si?”.

No podemos tenerlo todo y, al elegir algo, renunciamos a otras cosas. Pero eso es ley de vida y hay que saber aceptarlo y entender que, si al final nos equivocamos, siempre podremos cambiar y reconducir nuestros pasos en un nuevo camino. Pero elegir, atreverse y avanzar es mejor que estar parado y ver la vida pasar.

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