Técnicas para bajar de peso y adelgazar
A falta de un mes y unos pocos días solamente para el inicio del verano es habitual que muchas de nosotras ya estemos evitando comer entre horas o yendo al gimnasio más que antes, y aunque es cierto que a todas nos gusta lucir un bonito cuerpo durante las vacaciones, no debemos obsesionarnos.
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Sigue una dieta equilibrada
Lo primero que debemos saber (aunque en realidad la mayoría de nosotras ya lo sabemos) es que esos kilitos que tenemos de más y que queremos quitarnos de cara a los próximos meses deben observarse a lo largo del año y no a última hora. Y es que a pesar de que en invierno la ropa del verano no luce igual, los vestiditos cortos no nos apetecen tanto y las faldas ajustadas no nos sientan tan bien después de tanto mazapán, la dieta equilibrada y saludable debe seguirse siempre, es decir, durante todo el año, ya que de esta manera lograremos que el impacto (que además no es nada recomendable porque siempre se vuelven a recuperar esos kilos) sea menor.
De hecho, si nuestro cuerpo se va acostumbrado a seguir una rutina diaria sana y completamente saludable que incluya una alimentación completamente equilibrada y algo de ejercicio físico, lo más probable es que no tengamos que estar como locas en este mes y medio que nos queda para conseguir bajar una tallita de pantalón. Aun así, lo que está claro es que, si la vaguería ha podido con nosotras durante todo el año y ahora necesitamos de manera urgente bajar esos kilos, por suerte existen algunas técnicas (saludables) para conseguirlo y, por supuesto, combinar de lujo con nuestro nuevo bañador en la playita.
Lo primero que debemos analizar es la rutina de nutrición que llevamos actualmente y empezar a hacer algunos cambios en ella ya que, aunque no nos demos cuenta, ingerimos a diario muchos alimentos que nos están impidiendo adelgazar o reducir algunas zonas típicas donde suele acumularse más grasa y donde además nos molesta más tenerla, y que suele ser normalmente en los muslos y en la cadera.
Para adelgazar debemos reducir la ingesta de azúcaras y carbohidratos, lo que hará que ingiramos menos calorías. Así, cuando el cuerpo necesite energía, recurrirá a la grasa almacenada y podremos perder kilos y grasa. Por contra, se deben consumir proteínas, grasas saludables y verduras. De esta manera, se modifica el metabolismo.
Algunos estudios han demostrado que, por ejemplo, el consumo de agua con limón en ayunas nos ayuda a eliminar las sustancias tóxicas del organismo y a mejorar el tránsito intestinal lento. Beber agua con limón nos proporcionará más saciedad durante todo el día y evitará que consumamos calorías en exceso. Además, a la hora de desayunar optaremos por desayunar algo nutritivo, pero eso sí, lo haremos siempre y de manera adecuada. El desayuno tiene una gran importancia por ser la primera ingesta que realizamos tras haber estado un determinado número de horas completamente en reposo.
A la hora de desayunar lo más aconsejable será tomar, por ejemplo, leche desnatada con copos de avena, kiwi y algunas semillas de chía, o una tortilla de espinacas con biscotes integrales y un zumo de naranja, un té verde… Es decir, alimentos nutritivos, pero algo más bajos en calorías que aceleren nuestro metabolismo y nos hagan bajar de peso de una manera más rápida pero siempre saludable.
Después, a lo largo del día, una muy buena técnica y a la que ya recurren muchas mujeres para quemar grasa de una forma más rápida y, por consiguiente, bajar de peso, es tomar té verde. El té verde es uno de los mejores antioxidantes naturales que existen y que resulta bastante eficaz a la hora de querer perder peso. ¿Por qué? El té verde estimula el gasto calórico, lo que influye de manera directa en el peso corporal; acelera el metabolismo y aumenta la acción de las enzimas digestivas; y reduce la grasa acumulada, ya que esta infusión puede inhibir la lipólisis, proceso por el cual las grasas se descomponen en nuestro cuerpo.
Sin embargo, y a pesar de que el té verde logre todos estos efectos en nuestro organismo, debemos saber exactamente cuándo tomarlo para lograr lo que realmente queremos. Una de las formas más efectivas para adelgazar es tomando una taza de té verde al día después de cada comida, pasados unos 20 o 30 minutos sería lo ideal, pues de esta manera evitaremos que se absorba el hierro de los alimentos y fomentaremos la quema de grasas y la aceleración del metabolismo.
Tampoco debemos eliminar todas las calorías de nuestra dieta sino intentar nutrirnos de alimentos ricos en proteínas, pero sin olvidarnos tampoco de los carbohidratos. En muchas ocasiones pensamos que cuanto menos comamos más adelgazaremos, pero en realidad nos equivocamos. Eso sí, lo que seguro que no debemos incluir en nuestra dieta son las grasas trans. Los ácidos grasos trans son un tipo de ácido graso cuya ingesta además puede resultar perjudicial para nuestro organismo. Algunos de ellos son la bollería industrial, la comida rápida “o fast food”, las palomitas, los alimentos precocinados, los helados y los aperitivos y snacks salados. Todos ellos lo único que aportan en nuestro organismo son cantidades ingentes de calorías que nos harán engordar. Y en cuanto a las comidas y las cenas es preferible consumir alimentos que además de hacer que bajemos peso más rápidamente sean también muy nutritivos, como los huevos enteros, las judías y las legumbres, el salmón, la fruta, los yogures, los frutos secos y la carne magra y la pechuga de pollo.
No te olvides del ejercicio físico
Finalmente, y dejando a un lado la rutina de la alimentación y centrándonos ya en el ejercicio físico, es importante recordar que, aunque no debemos obsesionarnos, sí tenemos que intentar establecer una rutina diaria para lograr nuestros objetivos, pero siempre con algo de supervisión por parte de los monitores del gimnasio, sobre todo si no tenemos ni idea de usar las máquinas que tenemos a nuestro alrededor. Recordemos que hacer ejercicio físico también puede originar el efecto contrario al que nosotras, en este caso, queremos lograr.
Cuando hagamos ejercicio, ya sea andar, nadar o correr, añadiremos determinados intervalos de unos treinta segundos en los que aumentaremos la intensidad para regresar después a una intensidad normal. Con estos ligeros cambios lograremos que nuestro cuerpo consuma mucha más energía fortaleciendo la capacidad de las células para que éstas se regeneren y ayudándolas además a tener una mayor oxigenación. Así nos ejercitaremos menos tiempo, pero lograremos nuestros objetivos. Es importante saber además que la cantidad de calorías que quemamos durante el ejercicio deben ser superiores a las que consumimos diariamente.
Y tan importante es el ejercicio físico diario como los pequeños descansos que debemos realizar después de ejercitarnos. De hecho, la actividad física puede ocasionarnos un cansancio severo cuando el ejercicio ha sido muy intenso, por lo que descansar adecuadamente resulta fundamental para que nuestro cuerpo pueda regresar a un estado de calma total.