
No consigo bajar de peso
¿Llevas semanas luchando contra la báscula y siempre gana ella? ¿Estás cansada de pasar hambre, hacer ejercicio a todas horas y ver cómo la báscula sigue marcando la misma cifra? Si es así, antes de tirar la toalla, echa un vistazo a estos consejos.
Índice
¿Por qué no consigo adelgazar?
Son muchas las personas que afirman estar intentando perder peso mediante dietas y ejercicio, pero sin conseguir su objetivo. ¿Por qué? Son muchos los motivos que pueden estar detrás de este problema:
1- No te tomas la dieta en serio
Muchas personas están convencidas de que hacen dieta porque en lugar de comerse tres bollos en el desayuno lo han reducido a dos, pero eso realmente no es una dieta ni un cambio en los hábitos alimenticios que pueda favorecer la pérdida de peso. Para que nuestro organismo queme las grasas sobrantes es necesario modificar sustancialmente nuestra alimentación y reducir las calorías y los alimentos poco saludables, así como los azúcares y la grasa. No basta con hacerlo un día a la semana o durante un par de semanas, adelgazar lleva tiempo por lo que debes ser constante y tener paciencia.
2- Sigues una dieta rápida
Las dietas rápidas no funcionan. Es verdad que te hacen perder rápidamente un par de kilos, pero estos se recuperan en cuanto abandonas la dieta ya que la mayoría de las dietas milagro tienen efecto rebote o “yo-yo” y hacen que cojas el peso perdido igual de rápido que lo perdiste. Adelgazar de verdad requiere esfuerzo, tiempo y constancia.
Además, algunas de estas dietas son demasiado restrictivas y reducen al máximo las calorías para conseguir perder peso, pero cuando reducimos las calorías por debajo de nuestras necesidades, el cuerpo entra en modo “ahorrador” y almacena grasas para tener siempre reservas y que las funciones del organismo no se vean afectadas por la falta de alimento.
Por último, comer demasiado poco aumenta el hambre emocional, lo que lleva a abandonar antes la dieta. Nunca se debe pasar hambre. Si tienes hambre, debes comer, pero alimentos saludables. Es mucho más sencillo mantener una dieta cuando esta no nos hace pasarlo mal.
3- Los fines de semana te dejas llevar
Y en cumpleaños, fiestas, eventos, tardes de jueves… al final la dieta se reduce a cuatro días a la semana en los que comes menos cantidad, pero en cuanto surge una excusa o llega el finde semana, te pones morada a bollos, comida basura, alcohol, etc.
Analiza lo que comes cada día en el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena -y lo que bebes- para ver dónde está el problema. Recuerda que la dieta debe seguirse a rajatabla a todas horas; como mucho, puedes darte un capricho a la semana, no varios cada día.
4- Ya no tienes 20 años
Lamentablemente, cuanto mayores somos más cuesta adelgazar, sobre todo en el caso de las mujeres ya que a medida que llegamos a la menopausia nuestro metabolismo cambia y es más complicado perder esos kilos que nos sobran. Ya no basta con comer un poco menos a diario o hacer ejercicio dos veces por semana como hacías con 25 años, ahora, para perder los mismos kilos, debes hacer restricciones mayores en tu alimentación y ejercicio a diario.
5- Duermes poco
El sueño tiene una gran influencia en nuestro metabolismo y, por lo tanto, en nuestra pérdida de peso. Varios estudios han demostrado que dormir poco una noche hace que al día siguiente consumamos más calorías, especialmente alimentos ricos en grasas y azúcar, que son los que proporcionan más energía a corto plazo. Además, si nos sentimos cansados y tristes es más probable que caigamos en la tentación de comer algo nada saludable que nos dé un subidón de ánimo.
Por eso, si quieres adelgazar debes procurar dormir unas 7-8 horas al día, acostándote a una buena hora para descansar bien.
6- Comes alimentos que parecen sanos, pero no lo son
Si vas al supermercado, seguro que verás muchos productos envasados de tal manera que parece que te van a hacer perder 3 kilos solo por comerlos, pero realmente no son mágicos o incluso tienen más calorías, grasas y azúcares de lo que parece a primera vista. Antes de comprar cualquier producto envasado lee bien la etiqueta y, siempre que sea posible, decántate por alimentos frescos.
7- Vives estresada
El estrés, la ansiedad y los nervios, muchas veces, nos llevan a comer más y de manera compulsiva alimentos nada saludables, algo totalmente incompatible con perder peso. Además, el cortisol, la hormona del estrés, hace que acumulemos más grasa en la zona de la cintura. Si últimamente tienes mucho estrés en el trabajo, es posible que hayas estado comiendo más de lo que pensabas. Intenta reducir tu nivel de estrés y practicar técnicas de relajación y meditación para evitar los atracones.
8- Consumes demasiados hidratos de carbono
Los hidratos de carbono son necesarios en la alimentación y no deben eliminarse de la dieta, pero deben consumirse en su versión integral y en la medida justa. En general, la ración debe ser la de una guarnición, no el plato entero. Si consumimos demasiados hidratos habrá poca insulina libre, una hormona que se encarga de nivelar los niveles de azúcar en sangre. Pero, además, frena la lipólisis, es decir, la quema de grasas. Por lo tanto, cuanta más insulina generemos, menos grasas quemaremos.
9- Tu dieta es pobre en ciertos minerales
La carencia o los niveles escasos de cromo, magnesio y potasio pueden dificultar la pérdida de peso. El cromo aumenta la respuesta a la insulina y mejora la expulsión de las grasas. El magnesio es necesario para ciertos procesos metabólicos. Y el potasio evita la retención de líquidos. Asegúrate de consumir alimentos que contengan estos tres minerales.
10- Tomas medicación que altera el peso
La medicación que se administra para ciertas enfermedades, como antidepresivos, antipsicóticos, betabloqueantes, medicamentos para la diabetes o algunos anticonceptivos pueden hacerte engordar o que perder peso sea más complicado. Si tomas alguno de estos medicamentos consulta con tu médico para ver si es la causa y hay alternativas.
11- Tu cuerpo es resistente a la insulina
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aproximadamente el 30% de los adultos y casi el 70% de los adultos con sobrepeso tienen síndrome metabólico, lo cual provoca resistencia a la insulina y un exceso de producción de la misma. Esto hace que el organismo de estas personas almacene grasa en lugar de perderla. Si es tu caso, debes hablar con tu endocrino para que elabore una dieta adecuada a tu problema.
12- Estás poco hidratada
Un nivel de hidratación adecuado puede ayudar el mantenimiento de un peso saludable. TSe recomienda beber entre 6 y 8 vasos de agua al día. Esta cantidad diaria, unida a la que nos aportan ciertas comidas, ayuda a que nuestro sistema funcione y a eliminar toxinas.
13- Haces demasiado ejercicio cardiovascular
Es cierto que el ejercicio cardiovascular (correr, andar en bici, etc.) es bueno para la salud, pero para perder grasa, pueden no ser efectivos y ayudar más una combinación de trabajo de fuerza y HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad).
Consejos para conseguir bajar de peso
Ahora que sabes cuál es tu problema, llega la hora de solucionarlo. Lo primero que debes hacer es hablar con un nutricionista o dietista para que elabore una dieta adecuada según tus características ya que no es lo mismo tener unos kilos de más que padecer obesidad. Deberás seguir esta dieta durante el tiempo marcado y hacer revisiones periódicas para ver cómo evolucionas y si hace falta hacer algún cambio en tu alimentación o ajustar algún punto de la dieta.
Es importante que bases tu alimentación en productos frescos y de temporada como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos, semillas, proteínas de calidad… y que elimines los productos ultraprocesados. Organiza tus comidas de la semana y evita comprar todo aquello que no se ajuste a tu dieta.
Evita pasar hambre. Es mejor que comas pocas cantidades, pero más a menudo, cada 3 horas aproximadamente, aunque dependerá de tu actividad física.
Incluye en tu dieta 3 tazas de té verde al día. Es un potente antioxidante y activador del metabolismo que ayuda a adelgazar.
La dieta debe ir siempre acompañada de ejercicio físico regular. Debes hacer al menos 30 o 45 minutos diarios de ejercicio cardiovascular y 4 o 5 veces a la semana combinarlo con ejercicios de tonificación y de fuerza.
Instituto Médico Europeo de la Obesidad.
