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¿Cómo se debe ir al ginecólogo?

¿Cómo se debe ir al ginecólogo?

Desde que se tiene la primera regla hasta el final de nuestra vida es importantísimo realizar visitas rutinarias al ginecólogo cada año o cada más, según la edad y las circunstancias, para detectar a tiempo cualquier problema o enfermedad ginecológica que pueda surgir. ¿Cómo debemos ir a ginecólogo? ¿Cada cuánto? ¿Por qué motivos? ¿Se puede ir con la regla?

Índice

¿Cada cuánto ir al ginecólogo?

La Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia recomienda ir al ginecólogo para hacerse una citología cada dos años desde los 21 años hasta los 35. A partir de esta edad hasta los 65 años se recomienda ir al menos una vez al año para poder detectar a tiempo posibles enfermedades.

Por lo tanto, se aconseja ir como mínimo al ginecólogo cada 2 años entre los 21 y los 65 años, aunque puede ser cada año si se tienen antecedentes de cáncer de mama, útero, ovarios o endometrio.

Desde los 65 años las visitas se pueden espaciar, pero será el experto en ginecología quien determine la frecuencia mejor según cada mujer.

Es muy importante hacer estas visitas periódicas de medicina, puesto que en ellas se puede detectar a tiempo enfermedades graves como tumores o VPH (el virus del papiloma humano que puede dar lugar a células cancerígenas).

En estas visitas, además de preguntar acerca de la frecuencia y duración de los ciclos menstruales, posibles irregularidades, la frecuencia de las relaciones sexuales o los métodos de anticoncepción usados, se realiza una citología o prueba de Papanicolau, que consiste en realizar un raspado suave en el cérvix para el estudio de las células pertenecientes al cuello uterino. Gracias a esta prueba se puede detectar la presencia de enfermedades cancerígenas, precancerígenas o incluso alguna infección vaginal.

También se puede realizar una ecografía vaginal y una exploración de mamas para detectar posibles bultos o anomalías.

Además de las visitas rutinarias aconsejadas, se debe ir al ginecólogo cuando surjan estos motivos:

1- Si sufres dolores intensos o alteraciones relacionadas con la menstruación: retrasos sin embarazo, exceso o ausencia de sangrado, ciclos demasiado cortos o muy largos (menos de 21 días o más de 35), molestias muy intensas, etc.

2- Si quieres cambiar de anticonceptivo y empezar a tomar la píldora o ponerte un DIU, por ejemplo.

3- Si notas molestias al orinar, picor, ardor o irritación en la zona externa o interna de tus genitales ya que pueden ser síntoma de infecciones urinarias.

4- Si sufres dolores o sangrados en las relaciones sexuales, síntoma de sequedad vaginal, enfermedades de transmisión sexual, infecciones, etc.

5- Si sufres hemorragias entre reglas o sangrado vaginal una vez pasada la menopausia ya que puede ser síntoma de miomas o pólipos uterinos, cambios en los niveles hormonales, infección del cuello uterino (cervicitis) o del útero (endometritis), lesiones o heridas en la vagina, uso de DIU, tiroides hipoactiva, cáncer o precáncer del cuello uterino, etc.

6- Si sufres cambios extraños en tu flujo vaginal, como un olor más fuerte o desagradable, una consistencia lechosa, un color raro… síntomas de posibles enfermedades de transmisión sexual.

7- Ante la presencia de verrugas, granos, manchas, enrojecimientos o bultos en la zona vaginal, señal, normalmente, de enfermedades de transmisión sexual.

8- Si experimentas cualquier síntoma o dolor en las mamas: bultos, secreción del pezón, dolor o cualquier cambio en el pezón.

9- Si estás embarazada o sospechas que puedes estarlo.

10- Si tienes menos de 35 años y llevas un año intentándolo, o más de 35 años y han transcurrido más de 6 meses sin conseguir el embarazo.

11- Al llegar a la menopausia para tratar de la mejor manera tus síntomas y hacerte ciertas pruebas que se deben hacer desde esta edad como una densitometría ósea.

- ¿Se puede ir al ginecólogo con la regla? Es mejor evitar los días de menstruación para que la realización de las pruebas pueda ser más sencilla, especialmente la citología. Además, la paciente se sentirá más cómoda si no está con el periodo. Sin embargo, para algunas pruebas o tratamientos puede ser necesario ir justo en esos días, como pruebas hormonales.

- ¿Puedo mantener relaciones sexuales el día de antes? Aunque la visita se puede hacer igualmente, se aconseja no mantener relaciones en las 48 horas previas para evitar que pueda haber fluidos que entorpezcan los análisis. Tampoco se pueden usar óvulos o cremas espermicidas.

- Lleva un registro de tus reglas. Anota cuándo te viene, cuánto duran los ciclos, si son regulares o irregulares, cómo son los síntomas premenstruales, si el dolor es muy intenso, la intensidad y duración del sangrado, cuántos tampones o compresas usas al día… Y cualquier cambio que aparezca.

- Anota cualquier alteración o cambio que notes. Lleva un registro de todos los cambios que hayas notado para poder contárselo al ginecólogo, como cambios en el flujo, picores, hemorragias entre ciclos, o cualquier otra irregularidad. Los cambios en el flujo son muy útiles para el médico ya que aportan muchos datos: cuándo aparece y desaparece, su cantidad, su tonalidad, si es o no espeso… O si de repente te duele al mantener relaciones sexuales o experimentas sequedad vaginal.

- Otros datos que necesita el ginecólogo. Como en nuestro organismo todo está relacionado, es necesario que tengas en cuenta los medicamentos que tomas, otras patologías que sufres, si tienes mucho estrés, etc.

Fuente:

Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia

Redacción: Irene García

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