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¿Qué hacer cuando no puedes parar de llorar?

¿Qué hacer cuando no puedes parar de llorar?

¿Te ha pasado alguna vez? ¿Notas cómo tus lágrimas caen y caen sin parar y no puedes hacer nada para detenerlas? Muchas de nosotras hemos notado seguramente alguna vez esa sensación y llega a ser insoportable. ¿Por qué no podemos dejar de llorar?

Índice

Llorar como expresión de una emoción

Existen muchísimas razones que no nos permiten parar de llorar, algo que hace sentir incómodo a cualquiera. Es cierto que la composición de nuestras lágrimas no es igual si lloramos de tristeza o de risa ya que, de hecho, las lágrimas de dolor tienen una especie de antidepresivo natural, pero la sensación siempre, para bien o para mal, es algo extraña.

El llanto se define como la respuesta psicológica a una determinada emoción y, por ese mismo motivo, es bastante difícil de controlar. Está claro que llorar no es malo porque, de hecho, todo el mundo lo ha hecho en algún momento de su vida. Todas nosotras hemos llorado alguna vez, algunas mujeres más y otras menos, pero todas, al fin y al cabo.

Además, llorar es para muchas de nosotras la única forma de expresión que tenemos y no puede ser juzgada, aunque para algunas personas sea difícil entender por qué unas mujeres lloran tanto y en ocasiones incluso no pueden parar. Normalmente suele tratarse de situaciones que les afecta mucho o porque, quizás, están atravesando una etapa de nervios, depresión o ansiedad.

En definitiva, las lágrimas pueden deberse a muchísimas emociones: podemos llorar por pena, por frustración, por temor, etc. El problema en realidad viene cuando no somos capaces de hacer frente a esas lágrimas porque, aunque llorar es un acto completamente natural e innato a todos cuando estamos tristes o felices y emocionados, y además resulta muy beneficioso porque nos ayuda a liberar todas nuestras emociones y a hacer que nos sintamos mejor, la sensación que tenemos al no conseguir interrumpir el llanto es horrible.

Pero ¿por qué no podemos parar de llorar entonces? Pues bien, aunque en muchas ocasiones algunas personas tienden a forzar el llanto, que  debe ser completamente espontáneo y natural y surgir en el momento en el que verdaderamente la mente lo necesite, hay muchas otras que verdaderamente no lo fuerzan, es más, que hacen por detener esas lágrimas que no paran de recorrerles sus mejillas, pero es completamente imposible. Y, por suerte, existen algunos métodos que pueden hacer que paremos de llorar. En este caso, hablamos de movimientos físicos.

Lo primero que debemos hacer es concentrarnos en nuestra respiración. Sabemos que llorar es la reacción causada por ese cúmulo de emociones y es por ello por lo que los efectos relajantes de la respiración podrían ayudarnos. Hay que intentar calmarse y controlar las emociones que sintamos, inhalar por la nariz profundamente y exhalar por la boca. Al hacerlo, estamos relajando el nudo que se forma en nuestra garganta y nuestros pensamientos y emociones se estabilizarán. Contar hasta diez inhalando por la nariz y después exhalando por la boca podría ser muy favorable ya que de hecho contar hace que nos concentremos solamente en nuestra respiración y no en el llanto en sí mismo.

Otra de las opciones que tenemos es la de mover los ojos para controlar nuestras lágrimas. Cuando estamos ante una situación que nos hace llorar, pero no queremos hacerlo delante de la gente, podemos optar por mover los ojos ya que esto puede ser muy útil a la hora de frenar nuestras lágrimas. Además, según algunos estudios, “parpadear varias veces puede ayudar a detener el flujo de estas”.

Y, por último, debemos intentar relajar nuestra expresión facial. Cuando fruncimos el ceño y la frente hacemos que sea mucho más sencillo llorar. Por eso, cuando lo que queremos conseguir es todo lo contrario lo ideal es que adoptemos una expresión facial neutra en cualquier situación en la que vayamos a llorar casi seguro y relajar la frente y los músculos alrededor de la boca para evitar cualquier expresión de preocupación o angustia.

No obstante, en el caso, por ejemplo, de que nada de esto funcione, sigamos llorando a todas horas y además por cualquier motivo sin sentimos mejor, deberíamos consultar a un especialista porque posiblemente estaremos atravesando una dura etapa de depresión o ansiedad que nos impida seguir con nuestra vida diaria.

Pero ¿quién llora más?

¿Es cierto que nosotras lloramos más? Está claro que la respuesta que dará la mayoría de la gente va a ser afirmativa pero todos ellos deberían saber que en realidad se trata de una predisposición biológica al llanto y no de “no ser capaz de contenernos”. Generalmente, una mujer llora entre treinta y sesenta y siete veces al año (aproximadamente) mientras que un hombre solamente lo hace entre seis y diecisiete ocasiones, una diferencia que sin duda debemos a la morfología o incluso a la química del cuerpo.

Además, nuestros conductos lagrimales son mucho más cortos que los de los hombres por lo que se explica entonces que el sexo masculino tiene la habilidad de “almacenar o acumular” más lágrimas durante más tiempo, contrario totalmente a lo que nos sucede a nosotras al ser esta capacidad muy inferior.

Y, además, a eso debemos añadirle “el enrevesado mundo de las hormonas” porque es realmente uno de los verdaderos motivos del llanto. ¿Cuáles son estas hormonas? La prolactina y la testosterona. En el caso de las mujeres, la prolactina es un 60% más alta en las mujeres y está completamente relacionada con el centro emocional del cerebro haciendo que las mujeres tiendan más a dejar fluir sus emociones.

Y, por otro lado, en los hombres hablamos de la testosterona. Algunos estudios han demostrado que, en hombres con niveles bajos de testosterona, el llanto suele ser más abundante al igual que ocurre con todos aquellos hombres que tienen cáncer de próstata porque cuando esto sucede se intenta inhibir esta hormona (la testosterona) provocando el efecto secundario, en este caso, ser más sensible.

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