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Dudas ante el divorcio

Dudas ante el divorcio

A medida que van pasando los años es inevitable, en ocasiones, caer en una rutina de la que no somos capaces de salir. Cada vez son más frecuentes las discrepancias, surgen fuertes discusiones o es muy notable la falta de comunicación entre ambos. La mayoría de las veces, todo esto desemboca en la disolución del matrimonio o la separación.

Índice

Preguntas que debes hacerte antes de divorciarte

Ante todo, debemos tener en cuenta que muchas veces nos precipitamos cuando tomamos algunas decisiones importantes en nuestra vida. Decidimos en caliente y luego nos arrepentimos de lo que hemos dicho o hecho. Por eso, debemos sopesar todos y cada uno de los factores que fallan o no en nuestra relación de pareja. Como hemos visto, existen miles de motivos por los que empezamos a replantearnos la opción del divorcio.

1- ¿Has hablado, de verdad, con tu pareja sobre vuestros problemas? Un estudio muestra que solo escuchamos el 35% de lo que nos dicen otras personas. Por eso, puede que tengas la sensación de que le has dicho mil veces a tu pareja cuáles son vuestros problemas y qué debería hacer para solucionarlos y que, a pesar de ello, no te hace caso. Pero es posible que realmente no te haya escuchado. Habla de nuevo con él, explícale lo que te molesta y quieres cambiar, pero obteniendo respuesta por su parte para que quede claro que lo ha comprendido. A ver si así se pueden arreglar las cosas.

2- ¿Tenéis claras vuestras expectativas? El problema muchas veces es que el otro no tiene claro cómo quieres que se porte o qué quieres haga. La falta de entendimiento y de comunicación es el gran problema de la mayoría de las parejas, no la falta de amor. Por eso, es importante que el otro sepa lo que esperas de él y ver si puede dártelo o no.

3- ¿Es posible salvar el matrimonio? ¿Cómo? Juntaos a hablar sobre vosotros e intentad buscar si hay alguna manera de salvar el matrimonio y cuál es esa manera. Si es así, podéis intentarlo. Si no hay nada que hacer, mejor seguir con la idea del divorcio.

4- ¿Realmente serías más feliz sin tu pareja? Plantéate tu vida sin él y piensa en cómo sería todo. Si te ves más feliz sin él, no lo dudes. Si crees que serás infeliz, intenta arreglarlo.

5- ¿Todavía estás enamorada? Es una de las preguntas fundamentales: ¿todavía le quieres? Si es así, intenta por todos los medios arreglarlo, ya que es una lástima perder una relación en la que todavía hay amor. Si ya solo le quieres como amigo o si ni siquiera sientes cariño por él, no hay más que pensar.

6- ¿Cuál es tu mayor miedo al terminar la relación? Miedo a estar solo, a no poder afrontar los gastos económicos, a no ser capaz de cuidar a los niños sin estar él en casa siempre, a no volver a enamorarse… Puede que estos miedos te paralicen y te impiden tomar una decisión que, en tu interior, está claro.

¿Cómo empezar el proceso de divorcio?

Cuando ya hemos tomado la decisión y se lo hemos comunicado a nuestra pareja, es habitual que comiencen a aparecer algunas dudas al respecto. Divorciarse no es una tarea sencilla, pues hay que pasar por una serie de fases que pueden complicarse. Es cierto que el divorcio suele ser un proceso más sencillo cuando no tenemos hijos que cuando los tenemos. Esto es algo común, ya que son ellos, en realidad, quienes salen perdiendo cuando los padres iniciamos este trámite. Y, por eso, es importante pararse a reflexionar un poco y darse cuenta de que quizás deberíamos pensar más en la felicidad de los más pequeños para lograr así que la situación sea lo más llevadera posible.

Un divorcio, cuando tenemos hijos en común y una familia formada, no solo se trata de dar por zanjada la vida que teníamos con esa persona sino también de acordar con quién se quedan los niños, quién usará la vivienda familiar y quién se va, cómo repartir el patrimonio, la pensión alimenticia, etc.

Ante esto, es fundamental estar bien informado sobre todo el proceso legal, el derecho, la situación económica y social con la que estemos dispuestos a negociar, y si tendremos o no la custodia.

En lo que respecta al tema económico, que en ocasiones nos afecta más de lo que nosotros querríamos, debemos ser, en la medida de lo posible, personas independientes económicamente o tener a alguien que nos pueda ayudar tras el trámite del divorcio.

Un divorcio de mutuo acuerdo

Es cierto que lo más adecuado es dialogar con nuestra pareja o con un abogado para estudiar la posibilidad de un divorcio por mutuo acuerdo y la custodia compartida, evitando así un pleito judicial bastante desagradable. Sin embargo, la mayoría de las personas no consigue ponerse de acuerdo por diferentes motivos.

En ocasiones, la pareja que no quiere el divorcio decide amenazar a su cónyuge diciéndole que le quitará a sus hijos. Pues bien, desde el punto de vista jurídico, ningún padre podrá quitar al otro el derecho a permanecer con sus hijos. En estos casos, el juez de familia será quien determine a quién de los dos le entregará la custodia y las obligaciones de cada uno.

Es importante también no involucrar a los hijos en el conflicto conyugal pero debemos explicarles siempre la situación, liberarlos de los sentimientos de culpa y decirles que es un proceso por el que tienen que pasar, ya que serán más felices si están separados. Se debe intentar reducir al mínimo los cambios que hayan podido producirse tras la separación y mantener las rutinas diarias con ellos.

Muchas parejas amenazan a su cónyuge con dejarles sin dinero. Por eso, tenemos que estar informados sobre los bienes que hacen parte de la sociedad conyugal. La Ley establece que todos los bienes habidos en el matrimonio conforman una sociedad y, si esta se disolviera, el patrimonio le correspondería a cada uno en partes iguales.

Además, algo muy habitual es desatender el pago obligatorio de la manutención. En estos casos, es recomendable informarse de manera adecuada de la situación económica del cónyuge, y poder calcular junto a esto los gastos de educación, atención médica, sustento, recreación, vestuario, etc., de los hijos. Para garantizar ese pago, se le puede pedir al juez de familia la adopción de medidas previas de embargo de bienes o que sea él quien ordene al cónyuge prestar garantía de cumplimiento de sus obligaciones.

Finalmente, la tarea más complicada a la que debe enfrentarse la persona que se divorcia es al duelo posterior. Es decir, superar los sentimientos negativos que con la situación del divorcio se ha producido. Lo mejor será optar por acordar el trato más cordial posible, ya que seguirán existiendo lazos comunes y las decisiones también serán en común.

Sabemos que las consecuencias de un divorcio suelen ser con frecuencia bastante complicadas, pero seguro que si se siguen estas pautas, el proceso podrá ser mucho más llevadero y nos sentiremos completamente satisfechos si realizamos correctamente todos y cada uno de los trámites necesarios.

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