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Las mujeres no pueden guardar un secreto más de 47 horas

Las mujeres no pueden guardar un secreto más de 47 horas

“Las mujeres no saben guardar secretos” o “Las mujeres son más cotillas” son frases hechas que mucha gente dice e incluso cree que son ciertas. Ahora, un estudio confirma que a la mayoría de mujeres les cuesta mucho guardar un secreto, de hecho, estos investigadores dicen que no pueden aguantarse más de 47 horas.

Índice

¿Crees que es cierto que las mujeres no pueden guardar un secreto?

Estos investigadores dicen que sí. O al menos esa es la conclusión a la que han llegado con su estudio: una mujer contará a otra persona un secreto antes de que pasen 47 horas y 15 minutos de que se lo hayan contado a ella.

Estos investigadores creen que las mujeres se ven superadas por un deseo ardiente de compartir chismes tan pronto como los escuchan. Además, el estudio también afirma que, dependiendo de quién trata el cotilleo, es más probable que su novio, esposo, mejor amiga o madre sea el destinatario inicial de la información.

El estudio, realizado con 3.000 mujeres de entre 18 y 65 años, también encontró que cuatro de cada diez mujeres admitieron que no podían mantener un secreto, sin importar cuán personales o confidenciales fueran las noticias.

También descubrió que el alcohol por lo general nos ayuda a desvelar secretos, y más de la mitad admitió que una copa o dos de vino podría llevarlos a contar un secreto que no debían de contar. Probablemente de ahí venga el dicho de “Todos los borrachos dicen la verdad”; no es que no se pueda mentir estando borracho, sino que el alcohol nos da alas para decir cosas que deberíamos callar.

Michael Cox, Director de Vinos de Chile en Reino Unido, quien encargó la investigación para conmemorar el Día Nacional de Chile, dijo a raíz de este estudio: "Es oficial: las mujeres no pueden guardar secretos. Estábamos ansiosos por descubrir con esta encuesta cuántos secretos se cuentan a las personas. Hasta ahora no sabíamos la rapidez con que los transmitimos a aquellos en quienes confiamos. Ahora sabemos que no importa cuán valiosa sea la información, a menudo sale al dominio público en 48 horas.

Eso significa que cada británico que ha confiado en un amigo debe estar preocupado porque no sabe a dónde se dirige su secreto. El hecho de que se cuenten chismes a alguien completamente ajeno al asunto o en un grupo social diferente puede ser reconfortante. Pero los chismes jugosos probablemente salgan a la luz después de un par de copas de vino".

Otras conclusiones de este estudio

- Las mujeres británicas escuchan unos tres cotilleos por semana, y todos terminan transmitiéndolos a por lo menos a otra persona.

-  6 de cada 10 se lo cuentan a alguien que no tiene nada que ver con el secreto, de modo que la persona a quien pertenece el secreto nunca lo sabrá.

- 3 de cada 10 admiten tener la necesidad de revelar un secreto en cuanto lo escuchan. Por eso, casi la mitad (45%) divulga secretos solo para no tener ese peso sobre sus hombros.

- Dos tercios terminan sintiéndose culpables, aunque continúen contando secretos.

- Tres cuartas partes dicen que son capaces de guardar silencio, y el 83% se considera 100% confiables dentro de su grupo de amigos. Sin embargo, cuatro de cada diez admiten haber cotilleado de un amigo cercano a otro dentro del mismo grupo de amigos.

- Más de cuatro de cada diez piensan que es aceptable compartir el secreto de un amigo con alguien que no los conoce, y más del 40% dice que su esposo es su último confidente.

- Los temas íntimos, el verdadero costo de las compras y problemas de relaciones se sitúan en la parte superior de la lista de secretos que se revelan, ya fuera en una conversación secreta cara a cara, por teléfono o por mensaje de texto.

- Sin embargo, afortunadamente para algunos, más de un cuarto (27%) dijo que olvidaron lo que les dijeron el día siguiente.

En definitiva, parece que las mujeres, al menos las británicas, no saben guardar un secreto. Eso sí, intentan contárselo a alguien que no tenga relación con el mismo para que la otra persona nunca se entere de que contó su secreto y para proteger, en cierta forma, ese secreto. Aunque por supuesto lo mejor sería callárselo, pero parece que eso es algo que nos cuesta. Los secretos nos queman por dentro.

Si no quieres que algo se sepa, no lo cuentes.

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