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Jurar a todas horas es un signo de inteligencia

Jurar a todas horas es un signo de inteligencia

El uso habitual de un lenguaje obsceno, o de los juramentos, se ve a menudo como una señal de que el hablante carece de vocabulario, no puede expresarse de una manera menos ofensiva, o incluso carece de inteligencia. Sin embargo, ciertos estudios han demostrado que el juramento puede mostrar un uso más inteligente del lenguaje, en lugar de al revés.

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Si bien el jurar puede convertirse en un hábito, elegimos jurar en diferentes contextos y para diferentes propósitos: para conseguir un gran efecto lingüístico, para transmitir emoción, o incluso para ser deliberadamente desagradables.

Los psicólogos interesados ​​en cuándo y por qué las personas juran han intentado mirar más allá del estereotipo de que jurar es un lenguaje propio de las personas poco inteligentes y analfabetas.

De hecho, un estudio realizado por psicólogos del Marist College, encontró vínculos entre la fluidez de una persona en el idioma inglés y la fluidez con que la que jura.

La fluidez verbal se puede medir pidiendo a los voluntarios que piensen en un minuto en tantas palabras como puedan que comiencen con una determinada letra del alfabeto.

Las personas con mayores habilidades lingüísticas generalmente pueden pensar en más ejemplos en el tiempo asignado. Con base en este enfoque, los investigadores crearon la tarea investigar la fluidez al decir juramentos o palabras obscenas. Para ello, los voluntarios tenían que enumerar tantas malas palabras como se les ocurriera en 1 minuto.

Al comparar los puntajes tanto de las tareas de fluidez verbal como de juramentación, se encontró que las personas que obtuvieron los puntajes más altos en la prueba de fluidez verbal también tendían a obtener mejores resultados en la tarea de jurar con fluidez. Del mismo modo, los más débiles en la prueba de fluidez verbal tampoco obtuvieron buenos resultados en la tarea de jurar con fluidez.

Lo que esta correlación sugiere es que jurar no es simplemente un signo de pobreza en el lenguaje, falta de vocabulario general o poca inteligencia. En cambio, jurar parece ser una característica del lenguaje que un hablante hábil puede usar para comunicarse con la máxima efectividad. Y, en realidad, algunos usos de las palabras malsonantes van más allá de la mera comunicación.

Alivio del dolor natural

La investigación pidió también a los voluntarios que mantuvieran la mano en agua helada durante todo el tiempo que pudieran tolerar, mientras repetían una palabrota.

El mismo grupo de participantes se sometió a la prueba de agua helada de nuevo, pero esta vez repitieron una palabra neutral, sin insultos. La frecuencia cardíaca de ambos grupos de participantes fue monitoreada.

Lo que encontraron los investigadores fue que aquellos que juraron resistieron el dolor del agua helada por más tiempo, lo calificaron como menos doloroso y mostraron un mayor aumento en la frecuencia cardíaca en comparación con aquellos que repitieron una palabra neutral.

Esto sugiere que tuvieron una respuesta emocional al jurar y a la activación de la respuesta de lucha o huida: un mecanismo de defensa natural que no solo libera adrenalina y acelera el pulso, sino que también incluye un alivio natural del dolor conocido como analgesia inducida por el estrés.

De hecho, esta parte de la investigación surgió cuando uno de los científicos oyó a su mujer jurar durante todo el parto. El investigador cuenta que las matronas estaban sorprendentemente imperturbables y le explicaron que jurar y decir palabrotas es una ocurrencia normal y común durante el parto, tal vez por razones similares a las antes descritas con el experimento del agua helada: decir palabrotas en voz alta ayuda a soportar el dolor del parto.

Relación emocional bidireccional

Además, se plantearon investigar el vínculo entre los juramentos y las emociones. En concreto, querían ver si las emociones podían causar un aumento en la fluidez de la juramentación.

Para ello, se les pidió a los participantes que jugaran un videojuego de disparos en primera persona para generar excitación emocional en el laboratorio. Jugaron durante diez minutos, durante los cuales exploraron un entorno virtual y lucharon y dispararon contra una variedad de enemigos.

Esta era una forma exitosa de despertar emociones, ya que los participantes reportaron sentirse más agresivos después en comparación con aquellos que jugaron a un videojuego de golf.

A continuación, los participantes llevaron a cabo la tarea de jurar. Como se predijo, los participantes que jugaron al juego de disparos pudieron enumerar una mayor cantidad de palabras malsonantes que aquellos que jugaron al juego de golf.

Esto confirma una relación bidireccional entre los juramentos y las emociones. No solo el jurar puede provocar una respuesta emocional, como se muestra con el estudio del agua helada, sino que la excitación emocional también puede facilitar una mayor fluidez.

Con estos estudios se muestra que jurar es mucho más que ofender o falta de vocabulario. El lenguaje es un conjunto de herramientas sofisticadas y jurar forma parte de él.

Como era de esperar, muchas de las palabras finales de los pilotos fallecidos en accidentes aéreos, recogidas en las cajas negras, son juramentos. Y esto enfatiza un punto crucial, que el jurar debe ser importante dada su prominencia en asuntos de vida o muerte.

En resumen, el hecho es que el tamaño de tu vocabulario de palabrotas está relacionado con tu vocabulario general, y el jurar está inextricablemente vinculado a la experiencia y expresión de sentimientos y emociones.

Fuente:

“Taboo word fluency and knowledge of slurs and general pejoratives: deconstructing the poverty-of-vocabulary myth”, Kristin L. Jay, Timothy B. Jay, https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S038800011400151X.

Redacción: Irene García

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