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Cómo conseguir que te despidan del trabajo

Cómo conseguir que te despidan del trabajo

En muchas ocasiones no estamos contentos con nuestro trabajo y necesitamos un cambio de aires en el mundo laboral, pero no queremos dejar el trabajo, si no que nos echen. ¿Qué hacer en estos casos?

Índice

¿Por qué dejar el trabajo?

La mayoría de la gente quiere dejar su trabajo porque considera que el sueldo está muy por debajo de lo que en realidad le corresponde. Así, son muchas las empresas que no pagan lo que deberían o lo que creen los trabajadores tener que recibir por el trabajo que desarrollan. Por este motivo, una gran mayoría de ellos decide marcharse a buscar otros trabajos donde la remuneración sea más alta.

En otros casos, existen trabajadores que están descontentos con el clima generado en su empresa. Algunos no tienen buena relación con su jefe por su perfil mandatario, por ejemplo, o quizás con sus compañeros por una posible competencia o rivalidad constantes. Es una tarea complicada la de tener que permanecer durante horas con personas que no son de tu agrado por un motivo u otro.

Uno de los lugares donde gastamos más horas es allí, en el trabajo, y un ambiente tenso no le hace bien a nadie. Tampoco es plato de buen gusto saber que estás realizando un trabajo duro, responsable y constante durante horas sin llegar a obtener incluso el sueldo mínimo.

Sin embargo, aunque todo ello sea importante para estar completamente feliz en el trabajo, debes estar seguro de que la solución es el despido y el desempleo. Si es así, sería aconsejable tener algo en mente o ya incluso la oferta de un nuevo trabajo.

Si lo tenemos claro y nos hemos dado cuenta de que sentimos frustración, por ejemplo, ante una falta de ascensos, nos sentimos tan aislados que parece que no formamos parte de la empresa en la que trabajamos o bien tenemos que soportar cada día las injusticias profesionales, entonces puedes lograr tu despido de diversas formas.

Consejos para que te echen

Pasar las horas resolviendo asuntos personales en el ordenador de empresa o ir a la oficina a socializar con los compañeros son unas malas costumbres que a los jefes no les suele gustar demasiado.

En el primer caso, sabemos que es inevitable pasar todas y cada una de las horas trabajando sin parar y no hacer siquiera un descanso mínimo para echar un vistazo al WhatsApp o bien mirar el correo. Sin embargo, tomar esto como costumbre e incluso pasar largos minutos comprando un billete o mirando destino para las próximas vacaciones puede cansar y llegar a irritar demasiado a tus superiores. Si quieres acabar con su paciencia y lograr el despido es una buena opción.

Sucede igual con lo segundo. Al trabajo se va a trabajar, por tanto, socializar en extremo con los compañeros refleja poca profesionalidad por tu parte. Si estás deseando que te despidan, puedes empezar a charlar todas las mañanas sobre “vuestras cosas” durante tu jornada laboral.

También podemos recurrir a la técnica de hacer lo necesario, no más. Es decir, nunca trabajar más de la cuenta. De esta manera, puedes demostrar a tu jefe que no haces las cosas con pasión y que tu aportación en el trabajo es mínima. Para tu jefe existirán entonces cientos de trabajadores que necesiten verdaderamente el trabajo y disfruten haciendo alguna hora extra.

Además, puedes “ponerte enfermo” los días fuertes de la semana, como los lunes o algún día festivo que no te han concedido porque tu compañero se lo pidió antes que tú. Según algunos estudios, en España, alrededor de un millón de personas no acude al trabajo todos los días. Muchos de ellos se inventan resfriados graves, o incluso, algunas enfermedades. Tomar esta opción como rutina puede facilitar la tarea a tu jefe y darse cuenta de que se puede prescindir de ti.

Algo que puede molestar mucho es no saber aceptar las críticas. Por ejemplo, cuando enseñamos a nuestro jefe la labor realizada y esta precisa de unos pequeños cambios o retoques que nosotros no consideramos necesarios y nos negamos a modificar, puede convertirse en una gran pesadilla para él. Si existe una manera distinta y mejor, pero tú no admites críticas constructivas para intentar progresar, se puede poner en riesgo tu situación laboral.

Prometer a los clientes lo que no se está autorizado a cumplir puede meter en líos a los compañeros y a los superiores. Eso puede poner a la empresa en una situación complicada, lo que sin duda enfadará a tus jefes.

Cuestionar (por detrás) las decisiones de tu jefe, mentir o exagerar los resultados de algún trabajo o informe son otras actitudes que harán que el empresario no esté nada satisfecho contigo y se plantee echarte.

Coger todo tipo de material de escritorio (e incluso rollos de papel higiénico). Los ladrones a pequeña o gran escala no están bien vistos, así que es otra opción, aunque si te pasas, pueden denunciarte…

Hablar mal de los compañeros, criticar, soltar rumores o crear un mal ambiente es otra opción para conseguir que tus jefes se cansen de ti.

Y por supuesto, el clásico descuidar la higiene personal. Oler mal, llevar rota sucia, vieja o rota, no peinarse o ir siempre con malas pintas seguro que no cuadra con los ideales de tu empresa. Aunque seguro que tampoco con los tuyos.

Por tanto, ya puedes escoger alguna de estas opciones o bien todas a la vez para acabar con la paciencia de tu jefe y que este considere que tu tarea puede realizarla cualquiera y con muchas más ganas que tú los lunes por las mañanas.

Eso sí, ten en cuenta de que si el despido es procedente puedes quedarte sin indemnización. Y que ninguna de las opciones que hemos planteado son nada éticas ni morales.

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