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Beneficios de rezar

Beneficios de rezar

Para las personas religiosas, sean de la religión que sean, rezar es una manera de comunicarse con su dios y pedirle algo, darle gracias o, simplemente, mostrarle su creencia hacia él. Para ellos, rezar puede aportarles tranquilidad y paz, entre otros beneficios.

Índice

El impacto de rezar en nuestro bienestar

Rezar es pronunciar una oración dirigida a Dios, que puede ser una oración ya hecha o, simplemente, hablar con Dios para expresarle nuestros problemas, preocupaciones, solicitudes o agradecimientos. En definitiva, es la manera de ponerse en contacto con el Dios en el que creemos.

En el mundo hay muchas religiones, aunque las principales son monoteístas, es decir, creen en un solo dios: Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Budismo… Estas religiones son las mayoritarias y, aunque cada vez menos gente se declare creyente, todavía son miles de millones las personas en todo el mundo que creen en algún Dios. Incluso en los malos momentos, los menos creyentes se acuerdan de Dios pidiendo su amparo y protección, es decir, rezándole.

Y es que rezar puede ofrecer diversos beneficios a la persona que lo practica:

1- Aporta paz. Rezar nos aporta paz y tranquilidad. Orar, ya sea en la iglesia, sinagoga, mezquita o en casa, nos proporciona unos momentos de paz y recogimiento que nos pueden ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva y evitar el estrés y la ansiedad que podemos sentir en medio del caos de vida que llevamos. La oración, ya sea individual o colectiva, aporta mucha paz al que la realiza.

2- Consuelo y ánimo en momentos difíciles. Cuando algún familiar está enfermo, tras un accidente, un despido o cuando atravesamos momentos muy complicados, rezar nos puede dar consuelo y hacernos sentir que no estamos solos y que todo se puede arreglar. Creer que hay un ser superior que cuida de nosotros y nos ampara nos puede ayudar a sentir mejor en esos momentos tan difíciles.

3- Guía para tomar buenas decisiones. Ante una encrucijada o una decisión complicada que puede cambiarnos la vida, rezar nos puede ayudar a vislumbrar el camino más correcto y saber qué debemos hacer para no equivocarnos y para elegir la decisión que más nos puede beneficiar o con la que menos daño podemos hacer a otras personas.

4- Perdón por los errores. Aunque el perdón se debe pedir a las personas a las que hemos daño en primer lugar, muchas veces eso no nos basta y nos sentimos culpables por algún gran error cometido, arrastrando esa culpabilidad que nos impide seguir adelante y ser felices. En esos casos, rezar a Dios puede ayudarnos a perdonarnos a nosotros mismos al sentir que Dios también nos perdona, sobre todo si estamos arrepentidos y no vamos a volver a cometer ese acto.

5- Pedir por los demás o por nosotros mismos. Sin duda, la mayoría de la gente usa la oración para pedir a Dios por los demás o por nosotros mismos. Cuando tenemos a un familiar muy enfermo o al borde de la muerte, pedirle a Dios por su curación es lo único que podemos hacer, y sentir que estamos pidiendo por su vida nos puede ayudar a estar un poco menos preocupados y tener esperanza de curación.

6- Dar las gracias. Y, cuando ese familiar se cura o ese gran problema se resuelve, muchos sienten que Dios ha intervenido y ha tenido mucho que ver en ese desenlace feliz, por eso recurren a la oración para dar las gracias a Dios por los favores proporcionados.

7- Ánimo. Por último, rezar nos puede proporcionar ánimo ante las adversidades y hacernos tener esperanza. La esperanza es lo último que se pierde, y suele durar más tiempo y ser más fuerte en aquellas personas que también tienen fe y creen en un dios todopoderoso que puede ayudarles.

¿Cómo rezar correctamente?

Rezar es algo muy personal, por lo que se puede hacer de muchas maneras diferentes. Lo importante es que nos sirva para sentir que nos estamos comunicando con Dios. Se puede recurrir a las oraciones clásicas que cada religión tiene o hablar con Dios directamente expresándole nuestros problemas y pidiéndole aquello que necesitamos.

Además, se puede rezar en voz alta o en silencio (mentalmente) y se puede rezar tanto en solitario como en grupo. Del mismo modo, se puede acudir a la iglesia, sinagoga, mezquita o templo para rezar, o se puede rezar en nuestra propia casa.

Existen muchas opciones diferentes, la manera de rezar depende de cada persona y de cada religión, ya que no todas comparten la misma forma de rezar ni admiten lo mismo.

Pero, al final, en todas ellas el fin último de la oración es el mismo: comunicarse con Dios y hacerle llegar nuestras plegarias para sentirnos mejor.

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