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¿Por qué las mujeres aman demasiado?

¿Por qué las mujeres aman demasiado?

Cuando estar enamorada significa sufrir, quizás es porque estamos amando demasiado ¿verdad? Cuando la mayoría de nuestras conversaciones son acerca de nuestra pareja, de sus acciones y sentimientos también estamos amando demasiado, o eso es quizás lo que quiere transmitir a las mujeres Robin Norwood con su libro “Las mujeres que aman demasiado”, un libro que según la propia autora ayuda a las mujeres adictas a esa clase de amor a reconocer, a cambiar su manera de amar, a comprender y a establecer relaciones de pareja sanas y duraderas.

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¿Es malo amar demasiado?

Pero para la autora del libro hay mucho más porque quizás también eres una mujer que ama demasiado cuando solamente hablas de esa persona, de sus ideas y de sus sentimientos con tus amistades más cercanas, cuando disculpas siempre su carácter o su mal humor o su indiferencia y sus desaires debidos a una infancia infeliz y tratas de convertirte (sin sentido alguno) en su psicoterapeuta. Quizás estás amando demasiado, cuando lees, por ejemplo, un libro de autoayuda y subrayas todo lo que le ayudaría él, cuando no te gustan sus conductas, valores y características básicas, pero las soportas con la idea de que, si fueras lo suficientemente atractiva y cariñosa él querría cambiar, pero, sobre todo, si esa relación lo único que hace es perjudicar tu bienestar emocional y tu salud e integridad física definitivamente estás amando demasiado.

Entonces ¿es cierto? Al igual que Robin Norwood hay muchísimas más autoras en el mundo que contemplan la idea de que, por supuesto, existen este tipo de mujeres, las que aman demasiado. Y si ellas se han dado cuenta, probablemente si tú también eres una mujer que ama demasiado podrás hacerlo también. De hecho, hay algunos indicios que señalan si eres realmente una mujer que ama demasiado. Una de las principales cosas que debes analizar para darte cuenta de si realmente pudieras ser una de ellas es la familia. De hecho, probablemente esta sea el origen de muchas cosas. Porque los modelos que recibimos durante la niñez y la adolescencia son claves y, por ejemplo, cuando se da un hogar disfuncional, es decir, que no cubre las necesidades funcionales, hay mayor probabilidad de que seas una mujer de esas que “aman demasiado”.

Diferencias biológicas que afectan al amor

En algunas ocasiones, además, se suele decir que el amor es igual para todos. Sin embargo, lo que la genética de nuestro cerebro revela es otra cosa absolutamente distinta. Según se ha comprobado, las mujeres poseen un cuerpo calloso un 30% más grande que los hombres, lo que permite una mayor interacción entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho que da como resultado un proceso de apego más profundo y duradero. En el caso de los hombres, la amígdala cerebral es 80% mayor, lo que les hace más violentos y protectores. Además, en el caso del varón, especialmente el área denominada NIHA-3 (tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior) es entre un 10 y un 12% superior al femenino, y esto es precisamente lo que promueve el desapego, la promiscuidad y la superficialidad de los hombres.

Sin embargo, a esto hace referencia el Jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría, Eduardo Calixto, afirmando que dichas diferencias anatómicas no deben ser motivo de desaliento para las parejas enamoradas sino más bien una manera para comprender que en una relación, tanto la mujer como el hombre, son complemento uno del otro. Entonces ¿existe un amor único? Para Calixto, cuando se inicia el proceso de enamoramiento lo que sucede es que se activan nueve áreas del cerebro para ambos sexos, con la única diferencia de que en los hombres este mecanismo es distinto en cuanto a orden e intensidad. Además, es importante tener en cuenta también que el enamoramiento solamente dura alrededor de tres años (según algunos estudios) y que después se entra en una fase de “amor compasivo” en el cual la pareja se conoce de una manera más profunda, pero ya sin la influencia de las hormonas. No obstante, lo que sí se ha descubierto es que las personas podemos enamorarnos hasta siete veces con la misma intensidad de la primera vez, pero de forma algo distinta porque el cerebro ya está preparado de otra manera al aprender con cada experiencia.

Merece la pena destacar también que, según una investigación realizada en California, en Estados Unidos, de la mano de Andrew Galperin y Martie Haselton, “los hombres son quienes se enamoran más profundamente de las mujeres”, aunque es cierto que los hombres normalmente pueden tratar de ocultar cuando se sienten enamorados por temor a salir peor de la relación, pero en realidad son ellos quienes “se enamoran más rápido y más profundamente que las chicas”. En el estudio, ambos autores también afirman “que la rapidez con la que el hombre se enamora es directamente proporcional a la competencia, es decir, que se comprometen cuando ya notan que la mujer tiene hombres pretendiéndola o cuando simplemente se dan cuenta de que esta resulta atractiva para los hombres”.

Entonces mujeres y hombres del mundo ¿quién ama más? ¿Y mejor?

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