Beneficios de orinar mucho
¿Es bueno orinar mucho y muy a menudo o puede implicar algún problema de salud relacionado con el sistema urinario? ¿Cuántas veces se supone que tenemos que orinar al día?
Índice
¿Cuántas veces es normal orinar al día?
La mayoría de las personas orina entre 4 y 7 veces al día, aunque la frecuencia con la que se va al baño depende mucho de cada apersona, de su edad, de la cantidad de líquido que beba y de los líquidos que ingiera, puesto que el alcohol y la cafeína, por ejemplo, son irritantes para la vejiga y obligan a ir más veces al baño. Igualmente, hay personas que van más al baño por la mañana, mientras que, otras, tienen que levantarse una o más veces por la noche.
Asimismo, la sensibilidad tiene un papel muy importante en el número de veces que vamos al baño. Algunas personas, con la menor estimulación, sienten ganas de ir al baño, mientras que otras pueden aguantar hasta que la vejiga está totalmente llena.
Pero, como decíamos, en una persona sana, cuanto más beba, más irá al baño, siendo lo normal ir cada 3 o 4 horas si bebe muy a menudo. Lo habitual es expulsar entre medio litro y dos litros de orina diaria. Y esto es algo normal, ni bueno ni malo. Por supuesto, ir poco a orinar puede ser perjudicial, ya que a través de la orina eliminamos residuos y toxinas y ayudamos a mantener el equilibrio, tanto de los líquidos como de las sustancias que ya no se deben incorporar a la circulación de la sangre, por lo que si aguantamos mucho las ganas de orinar, podemos dañar la función de la pared de la vejiga, estropear el funcionamiento de los músculos que sirven para vaciar la vejiga, e incluso padecer infecciones urinarias más a menudo, puesto que permitimos que las bacterias pasen más tiempo en la vejiga y los conductos urinarios.
Sin embargo, orinar muy a menudo también puede ser malo para la salud, sobre todo si se acompaña de otros síntomas que puedan indicar alguna de estas enfermedades:
1- Síndrome de vejiga hiperactiva, que se caracteriza por la presencia de contracciones involuntarias de los músculos de la vejiga que obligan a ir al baño a orinar muy a menudo. Estos episodios pueden ser tan fuertes, que la persona no se aguanta y puede hacerse pis encima.
2- La ansiedad y el estrés también pueden hacer que sientas más ganas de ir al baño, puesto que los nervios aumentan la sensibilidad de la zona y, enseguida, parece que tenemos la vejiga llena y que hay que ir de nuevo al baño.
3- Estar enfermo hace que orinemos menos, puesto que la fiebre, los vómitos o la diarrea pueden hacer que expulsemos los líquidos sobrantes por otras partes. También las personas que hacen mucho deporte van menos al baño, ya que pierden líquido a través del sudor.
4- Una de las causas más habituales del aumento de la frecuencia urinaria son las infecciones del sistema urinario. La más habitual es la cistitis, pero el aumento de bacterias malas en cualquier zona del aparato puede causar una infección bacteriana que requiere la ingesta de antibióticos para su curación.
5- Tomar diuréticos también puede hacer que tengamos que ir más al baño, ya que estos medicamentos provocan la eliminación de agua y electrolitos a través de la orina.
6- La enfermedad crónica de la diabetes, si no está bien controlada, puede aumentar las ganas de orinar, ya que el sistema sanguíneo presenta un exceso de azúcar en la sangre y el organismo intenta eliminarlo a través de la orina.
7- La hiperplasia prostática, es decir, el agrandamiento de la próstata, causa un aumento de las ganas de orinar. Es más habitual en hombres mayores de 45 años y, generalmente, les obliga a levantarse 2 o más veces en la noche para ir al baño. El tratamiento en este caso consiste en la ingesta de ciertos fármacos que relajan los músculos de la próstata.
8- En las mujeres, sin embargo, es más habitual sufrir incontinencia urinaria a partir de la menopausia, sobre todo en mujeres que han pasado por varios partos. Los ejercicios de kegel pueden ayudar a fortalecer los músculos del suelo pélvico para evitar la incontinencia.
9- Y, por último, hay que tener en cuenta que, durante el embarazo, aumentan las ganas de orinar desde las primeras semanas debido a los cambios hormonales, al aumento del volumen sanguíneo y al crecimiento del útero, que deja menos espacio para la vejiga.
¿Cómo debe ser la orina?
La orina está compuesta fundamentalmente por agua y por sustancias que el organismo debe eliminar, principalmente urea, creatinina, ácido úrico y sales minerales (potasio, sodio, fosfato…).
La orina, en una persona sana, debe ser de color amarillo claro, aunque, según la dieta, puede adquirir un tono o matiz diferente. Sin embargo, cuando la orina es muy oscura indica que estamos bebiendo poco agua y no estamos bien hidratados (es normal que la primera orina de la mañana sea un poco más oscura, ya que llevamos horas sin comer ni beber nada). Y si es de color amarillo intenso o naranja (y no has comido zanahoria o remolacha recientemente), puedes tener un problema del hígado o infección bacteriana.
La orina espumosa también indica un problema, ya que esta espuma está causada por la presencia de proteínas. La proteinuria suele indicar un problema renal. La orina turbia o de mal olor también indica infección o cálculos en las vías urinarias, así como el dolor al orinar, el escozor, los escapes de orina o seguir teniendo ganas de ir al baño, aunque se acabe de ir.
La poliuria es el nombre científico que se le da a la excreción abundante de orina, es decir, más de 3 litros de orina en 24 horas. Y, tanto en este caso como en los anteriores, se recomienda ir al urólogo para que evalúe los síntomas, haga las pruebas necesarias e indique el tratamiento a seguir según la causa.
Por otra parte, para evitar estos problemas es fundamental beber mucha agua (unos 2 litros diarios), seguir una dieta sana y no fumar ni beber alcohol.
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