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No consigo concentrarme para estudiar

No consigo concentrarme para estudiar

Exámenes finales, oposiciones, trabajos interminables… Ya no sabes ni lo que estás estudiando, ni si merece la pena tanto esfuerzo. Lo único que quieres es estar tumbado a la sombra de una palmera, o viendo una película tranquilamente en el sofá. Pero no puedes rendirte ahora, sólo te falta una dosis de concentración extra y clavarla en los exámenes. No es imposible. Lo vas a conseguir.

 

 

 

Índice

¿Por qué no me concentro?

Existen diversos motivos que pueden reducir tu capacidad de concentración:

- Distracciones externas como el móvil, redes sociales, ruidos, voces...

- Distracciones internas como hambre, sueño, aburrimiento, cansancio...

- Preocupaciones

- Estrés y ansiedad

- Falta de motivación

- Problemas de aprendizaje y atención

- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Por lo tanto, un primer paso para concentrarse mejor es averiguar por qué te cuesta tanto concentrate para intentar evitar esos problemas o distracciones. Y, si es necesario, buscar ayuda de un profesional de psicología.  

El lugar

El espacio es muy importante para crear un clima de estudio. De hecho, es casi determinante para poder sentirse cómodo pero dentro de un contexto que te exija estar concentrado con la tarea que realizas.

- Crea una atmósfera adecuada: estudia en una mesa amplia; si en tu casa hay un cuarto de estudio, mejor. Organiza la mesa o escritorio de tal forma que tengas tus libros, cuadernos, lápices, reglas, marcadores, calculadora y demás útiles a la mano. Pero sin que te agobie y te permita libertad de movimiento. Esto hará que ahorres tiempo en la búsqueda del material que necesitas para estudiar y evitar las distracciones en tu mente.

- Silencio: no dejes que el silencio te asuste. Muchas veces es como ‘abrir la caja de Pandora’ de los sentimientos. Aprende a manejarlo y a escucharte. Si en tu mente puedes ‘hacer ruido’ con tus deducciones y pensamientos provinientes de la materia que estudies, habrás superado la mayor prueba de concentración. Debes estudiar sin ruido, para eso pide la colaboración en tu casa y avisa a tus familiares que vas a estudiar y que te ayuden porque necesitas concentrarte. En caso de que sea casi imposible lograr la paz y el silencio que necesitas, compra unos tapones para los oídos.

- ¿Biblioteca o casa? Si no hay forma de concentrarte y tener paz en tu casa entonces estudia en la biblioteca, ahí encontrarás el silencio necesario para estudiar y estarás lejos de gran parte de las distracciones. En cambio, si eres de los que cualquier estímulo nuevo les distrae, busca un rincón especial en tu propia casa y monta ‘tu biblioteca ideal’.

Lugares prohibidos. No estudies en la cama: es casi seguro que si estás estudiando en tu cama te va a dar sueño. Cuando estamos en lugares demasiado cómodos, es más fácil dejarnos llevar por la corriente de pensamientos –positivos o negativos– ajenos al estudio.

Cuándo estudiar

Ponte un horario … ¡Y cúmplelo!  Lo recomendable es que por cada hora de estudio descanses unos 15 minutos. Está demostrado que el cerebro humano no puede atender perfectamente a una tarea por más de una hora. Tu cerebro necesita recargarse luego de procesar tanta información. Para ello existen métodos como el ‘pomodoro’, que consiste en hacer periodos de descanso alrededor de 15 minutos en los que tendrás que dejar lo que estabas haciendo y distraerte. Los tiempos varían según cada caso y lo mejor es que descubras qué es lo mejor para ti. En algunos casos, tomar un descanso y caminar un poco mejora la memoria para recordar y pone a prueba a tu memoria sobre algunos temas

- Establece tu objetivo: antes de comenzar a estudiar fíjate un objetivo del día. Lo más importante: que sea realista. Una acumulación de objetivos no conseguidos puede ser visto como un fracaso o que no somos capaces de estudiar como es debido. Y siempre es porque nos marcamos objetivos por encima de nuestras posibilidades.

Cómo estudiar

- Desconéctate: para estudiar cierra tus redes sociales y deja descansar un poco el móvil. No pasa nada, el mundo seguirá ahí cuando terminemos.

- Come sano: sabemos que lo que más apetece en momentos de estudio es una buena pizza, patatas fritas, chocolate o hamburguesas. Y es normal: nuestro cerebro nos pide satisfacción inmediata. Aún así, no tenemos que hacerle caso y la mejor opción siempre será comida sana, que nos mantenga despiertos a largo plazo. Es importante que no estudies con el estómago vacío y los frutos secos como las pasas, las almendras o las nueces deben ser nuestros mejores aliados.

Por otro lado, los ácidos grasos, como el omega-3 y omega-6, y las vitaminas ayudan al desempeño de las funciones cerebrales, potenciando la atención, concentración y memoria. La vitamina B1 aumenta la actividad del sistema nervioso, la vitamina B6 ayuda a regular el estado de ánimo, la vitamina B5 aporta energía y la vitamina B12 ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso central. Puedes encontrarlas en alimentos o recurrir a suplementos dietéticos. 


- Música: busca canciones que te ayuden a concentrarte y que no puedas estar cantando todo el rato. Para ello viene muy bien la música de piano, guitarra, clásica… La letra mejor que sean tus apuntes.

- Duerme lo necesario: si eres de los que se deja todo para el último momento lo mejor es que evites invertir las horas de sueño en el estudio. Para retener la información es necesario que duermas un mínimo de 7 horas. A veces la calidad es mucho mejor que la cantidad.

- Ejercicio físico: la actividad física regular ayuda a mejorar las conexiones neuronales y la salud cerebral al aumentar las neuronas y la irrigación sanguínea la cerebro. Incluso el ejercicio puede agrandar el hipocampo, una estructura cerebral implicada en la memoria. 

Con quién estudiar

A veces encontrar un compañero de estudio puede ayudarnos a ser más eficaces. Elige a alguien que sea sensato y enfocado como tú lo eres en esta actividad. No necesariamente tienes que escoger a tu mejor amigo, ya que podéis confundir las horas de estudio con las de ocio. Podéis ser solidarios el uno con el otro y fortalecer los puntos débiles de ambos.

Tus esquemas, tu mapa

Hay que enfrentarnos a nuestros apuntes como si fueran un mapa del tesoro. Tienen que estar traducidos a ‘nuestro idioma’ y ser capaces de estar en sintonía con nuestra forma de ser. Si hacemos unos apuntes prácticos y divertidos podremos llegar a donde sea. Esto puede que  te requiera mucho tiempo y una gran cantidad de rotuladores o marcadores de colores. Pero sin duda mientras escribes y razonas por tu cuenta, estás aprendiendo la lección.

Sé creativo

Imagina y asocia los conceptos: una técnica útil al estudiar es imaginarse las cosas que vas estudiando; las imágenes mentales ayudan a retener la información y serán de gran utilidad en el examen. También puedes enseñar a otros o explicárselo a tus compañeros: cuando eres capaz de razonar algo y hacerte entender, es que has captado todo el conocimiento. Otras técnicas que te pueden ayudar es leer en voz alta y repetir sin divagar o grabarte –con el audio de tu móvil, ya sea leyendo o explicando un tema para luego escucharlo–.

Las reglas mnemotécnicas son muy útiles para recordar algunos conceptos o listas. Estas reglas consisten en hacer una oración sencilla con las palabras clave o una palabra con las iniciales de lo que quieres recordar. 

¡Ah! Y no olvides felicitarte y sentirte orgulloso de las horas invertidas en el estudio. Los resultados al final son lo de menos. No eres una nota, ni un expediente, ni un título. Eres los objetivos propios que cumples. El aprendizaje es un camino y tú un caminante. Por eso, ya sabes: “Se hace camino al andar”.

Fuente:

Ruiz-Vargas, J. M. (2010). Manual de psicología de la memoria. Síntesis.

Redacción: María Segura

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