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¿Tu marido es igual de alto que tú? No es una casualidad

¿Tu marido es igual de alto que tú? No es una casualidad

Si piensas en tu marido, seguro que es alguien parecido a ti, con tus mismos gustos, una inteligencia similar, un peso corporal parecido, unos hábitos de vida similares… Y todo esto no es fruto del azar o una mera casualidad, sino que un nuevo estudio realizado a decenas de miles de parejas casadas sugiere que no nos casamos con personas educadas porque pasamos el tiempo con personas educadas, por ejemplo, sino que las buscamos activamente. Y estas preferencias están dando forma a nuestros genomas.

Índice

¿Tienes rasgos comunes a tu pareja?

Hasta ahora, muchos eran los estudiosos que se preguntaban por qué las parejas casadas tenían tantos rasgos, no solos culturales o sociales, sino también genéticos, en común. Este nuevo estudio intenta arrojar luz a esta duda.

Para llevarlo a cabo, Matthew Robinson, del laboratorio del genetista Peter Visscher en la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, y sus colegas recurrieron a grandes bases de datos que incluían información sobre rasgos físicos y genéticos humanos. Se centraron en los marcadores genéticos de una persona para los rasgos tales como la altura y el Índice de Masa Corporal (IMC) para predecir la altura y el IMC de su pareja. Si los rasgos genéticos subyacentes sugerían que un individuo era alto, por ejemplo, su pareja también debería ser alta. Luego, los investigadores compararon la altura real del compañero con la altura pronosticada.

Cuando los científicos realizaron estos cálculos para más de 24.000 pares de maridos y esposas de ascendencia europea, encontraron una fuerte correlación estadística entre los marcadores genéticos de las personas para la altura y la altura real de su compañero. También encontraron una correlación estadísticamente significativa, pero más débil, entre los genes de las personas para el IMC y el IMC real en sus parejas. Conclusión: estas personas habían elegido activamente socios con genes similares a ellos.

Apareamiento selectivo

Esto es una prueba de que entre los humanos hay también un apareamiento selectivo, es decir, una forma de selección sexual en la que individuos con rasgos similares se aparean entre sí con más frecuencia de lo que se esperaría bajo un apareamiento aleatorio. Se ha documentado en la naturaleza, como cuando los pájaros azules de colores más brillantes se aparean entre sí y cuando los pájaros azules de colores más opacos se emparejan, o cuando los grandes sapos comunes se aparean, mientras que los pequeños se eligen entre ellos. Tal apareamiento selectivo aumenta la relación en las familias y puede ayudar a que sus descendientes sobrevivan mejor siempre que el rasgo elegido (mayor tamaño, por ejemplo) continúe siendo beneficioso: ayudar a los machos a adquirir y defenderse de sus parejas, por ejemplo.

Los investigadores también probaron el apareamiento selectivo en otros rasgos, como los años de educación, en 7.780 parejas en una base de datos del Reino Unido. Buscaron concordancia entre las parejas en los marcadores genéticos previamente vinculados a los años de educación, y encontraron una correlación notablemente alta. Esto no significa que las personas elijan compañeros según los años reales de educación, pero probablemente implica que seleccionen intereses similares, asociados muchas veces con el nivel de educación, como el gusto por ir a museos, por ejemplo.

Estos hallazgos sugieren que la elección del compañero "afecta a la arquitectura genómica de los rasgos en los humanos", informó Robinson. El apareamiento selectivo aumenta las probabilidades de que un rasgo, como la altura, se transmita a la descendencia. Eso tiene implicaciones para los modelos genéticos que predicen la probabilidad de que los miembros de una familia hereden un rasgo, ya sea una enfermedad como la esquizofrenia o un rasgo físico, como la altura.

El siguiente paso, explican, es usar el nuevo método para "entender por qué los cónyuges son similares en muchos otros rasgos de conducta, como cociente intelectual, preferencia política ... o trastornos psiquiátricos". Robert Plomin, genetista del comportamiento en King's College London, agrega que una nueva investigación sugiere que los humanos con autismo, esquizofrenia y trastorno de hiperactividad con déficit de atención tienden a casarse entre sí, y que el nuevo método puede explorar si esas elecciones también tienen sus raíces en el ADN.

Fuente:

Genetic evidence of assortative mating in humans”, Matthew R. Robinson et al. Nature Human Behaviour volume 1, Article number: 0016 (2017). doi:10.1038/s41562-016-0016.

Redacción: Irene García

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